We Happy Few PC

We Happy Few es la historia de un grupo valiente de personas moderadamente terribles tratando de escapar de una vida de alegre negación. Ambientado en un Londres retrofuturista de los años 60 y lleno de drogas, tendrás que mezclarte Seguir Leyendo

We Happy Few es la historia de un grupo valiente de personas moderadamente terribles tratando de escapar de una vida de alegre negación. Ambientado en un Londres retrofuturista de los años 60 y lleno de drogas, tendrás que mezclarte con otros habitantes para sobrevivir, los cuales no tratan bien a las personas que no cumplen con sus reglas poco normales. Colapsar

Detalles

Desarrollador: Compulsion Games

Publisher: Compulsion Games

Género: Acción

Fecha de lanzamiento:

Hace varios meses nos enteramos de que los creadores de Contrast preparaban un nuevo juego destinado a probar suerte en el ámbito del financiamiento comunitario. Nuestra sorpresa fue grande cuando Compulsion Games ―el estudio responsable― nos envió un código de prueba para el prototipo Pre-alpha del título, bautizado We Happy Few. Esta semana, ese proyecto superó su meta de recaudación ($250,000 USD) y la verdad, estamos contentos, pues luego de jugarlo, caímos en la cuenta de que es algo especial.

Esto no es una reseña. We Happy Few está en etapa prematura y saldrá en 2016, lo que significa que, como dicen en Estados Unidos, el producto todavía tiene bordes ásperos, como las rebabas de los soldados de plástico. El sistema ragdoll opera de manera extraña, también lo hacen ciertos sonidos y, en general, el proyecto precisa trabajo adicional, pero tanto la fórmula como la experiencia, yacen ya bien definidos.

We Happy Few es un juego procedural en primera persona, cuyo contexto es Inglaterra durante la década de los 60 ―si vieron alguna película de el Santo o de Enrique Guzmán, saben más o menos a qué nos referimos―. Hablamos de pantalones acampanados, suéteres de cuello alto, sacos de pana, cabello largo sobre la frente (para los hombres) y minifalda, botas plásticas y colores brillantes para las mujeres.

We Happy Few es un juego procedural en primera persona, cuyo contexto es Inglaterra durante la década de los 60

Éste es un juego de supervivencia donde la encomienda es llegar lo más lejos posible en cada pasada y reiniciar desde cero al morir. Empiezas en una bóveda rodeada por un par de pueblos, uno de ellos destruido y gris, y otro pintoresco y ordenado; ambos están habitados por NPC obsesionados con la felicidad (wellies). Verás, la sociedad de We Happy Few es una que está en negación perpetua, así que toma píldoras para estar alegre constantemente y rechaza a todos quienes no encajan con este estado anímico: los downers. Desafortunadamente, tu personaje es un downer que debe hacer una elección interesante: pretender ser un ciudadano modelo y morir o satisfacer sus necesidades rompiendo las reglas.

Y es que el protagonista tiene varios apetitos, como hambre, sed y salud, todos, representados por medidores que se drenan con el paso de las horas en el ciclo día-noche. Si no haces nada, los wellies te dejan en paz, pero tu salud sufre. Para sobrevivir, es necesario lootear todo lo que esté al alcance aunque eso enfade a los ciudadanos y ¡vaya que los irrita! Si te ven hurgando una caja, se abalanzan sobre ti, sartén en mano. Consecuentemente, el juego incorpora mecánicas de sigilo como caminar en cuclillas y la libertad para someter personajes desde atrás a fin de esculcar sus pantalones y pepenar objetos necesarios para hacer tus faenas más tolerables.

Así las cosas, en los baúles, armarios, mesas, pantalones y faldas puedes encontrar de todo, desde pedazos de metal y vendajes hasta botellas vacías, piezas mecánicas, jeringas, comida putrefacta, agua, papas, etcétera. Con eso puedes craftear elementos más complejos, como ganzúas para abrir compartimentos cerrados, ungüentos medicinales para recuperar salud ―incluso, si corres con suerte―, puedes toparte con una pala para repartir odio entre los wellies o píldoras de felicidad para encajar con la norma de conducta de Wellington Wells. En otras palabras, si el refrán: "a donde fueres, haz lo que vieres" fuera un juego, sería We Happy Few porque la encomienda es pretender ser como los demás para pasar desapercibido o afrontar las consecuencias.

Hay algo inquietante en este pueblo
Hay algo inquietante en este pueblo

Para ilustrar la dinámica, pondré un ejemplo: caminas por las calles de Wellington Wells y tienes sed. Encuentras una llave ―que entonces queda marcada en tu mapa― y bebes de ella para llenar el medidor correspondiente. Si viste una botella o cantimplora en tus andanzas previas, puedes llenarla. Continúas tu exploración, y la ciudad queda revelada como si se tratara del escenario oculto de un juego de estrategia y encuentras un armario donde hay una papa echada a perder. Tienes hambre, así que la comes. Pierdes un poco de vida, pero satisfaces tu hambre; sin embargo, no te percatas de que un wellie te vio esculcar el armario y ahora va tras de ti. Sacas entonces la pala que encontraste minutos antes y lo derribas. Te lastimó un poco, de modo que usas plantas para craftear un ungüento sanador y sigues adelante. Así es We Happy Few. Y esto es nada más una probada.

Ahora bien, como mencioné párrafos arriba, aquí no hay respaldos, si los wellies te abaten, reapareces en la bóveda y comienzas otra vez aunque la ciudad cambia en cuanto a su acomodo, así como otros detalles. Por ejemplo, cuando empiezas a jugar siempre te topas primero con el pueblo destruido y para llegar al pueblo colorido y ordenado, es preciso cruzar un par de puentes, pero a la mitad de ambos hay obstáculos que varían. Una vez te puede tocar que haya policías vigilando; otra, una jardinera y un campamento de wellies muy agresivos; y una más, puede ser que haya un detector de felicidad. En mi experiencia, no hubo forma de cruzar sin alertar a la policía y emprender la huida pueblo adentro con oficiales y ciudadanos siguiéndome de cerca.

Ante tal situación, se vuelve necesario ocultarse bajo una cama o recurrir al combate, diseñado de manera básica pero eficiente. Con un gatillo defiendes, con otro golpeas, pero si te excedes, agotas tu aliento ―como en Dead Island― así que debes tener cuidado de no arrojar puñetazos por todas partes. Para golpear puedes usar desde una piedra, hasta un tubo, con variantes en su poder.

Aquí no hay respaldos, si mueres, empiezas de cero

La inteligencia artificial es competente, pero hasta ahí. Los recorridos de los NPC resultan en extremo robóticos, poco naturales y sólo gozan de un puñado de reacciones, como normalidad, sospecha o agresión. Visualmente, por otro lado, We Happy Few delata de inmediato el carácter Unreal de sus hechuras con un brillo peculiar que, sumado a la dirección de arte, me remitió a BioShock. Las texturas y los efectos son satisfactorios aunque el sistema procedural a menudo conduce a situaciones arquitectónicas inusuales, como ángulos extraños y espacios entre casas suficientemente amplios como para que pienses que es posible pasar, pero suficientemente estrechos como para no poder hacerlo. Ciertas zonas de los pueblos lucen desiertas y, como mencionamos, hay pequeños defectos en el sistema de animación y los efectos de audio, aunque nada que estropee por completo la experiencia.

Lo curioso de We Happy Few es que, al inicio, te sientes perdido, como si te aventaran al mundo de BioShock Infinite a medio juego y sin opción de salvar, pero conforme mueres y reinicias, te percatas de que pese a la imposibilidad de respaldar, existe una progresión en forma de aprendizaje. En cada pasada obtienes experiencia real sobre cómo funcionan los sistemas del mundo, cómo afrontar las situaciones, qué buscar y dónde es viable encontrarlo y, de pronto, la frustración se vuelve mínima y empiezas a entender cada vez mejor y a disfrutar la experiencia de una forma distinta a la de los juegos regulares con estructuras tradicionales de avance y respaldo. Lo curioso es que We Happy Few es sólo un ejemplo entre varios en una tendencia independiente que gusta de esta configuración.
En E3 probamos 2 exponentes adicionales: The Long Dark y The Flame in the Flood, los cuales operan de un modo similar.

Falta aprender mucho de We Happy Few y Compulsion Games todavía tiene tarea pendiente en términos de pulido y encerado para este juego, pero el concepto es muy atractivo y demuestra auténtico progreso en los estándares y la creatividad del estudio. Lo que te podemos decir es que si te gusta BioShock, los títulos de supervivencia e incluso Contrast ―por el arte conceptual―, entonces We Happy Few es una propuesta a la que vale la pena prestar atención.

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