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La ofensiva de Nintendo contra Team Xecuter, el grupo de hackers que vulneró la seguridad de Switch y que propició la piratería en la consola híbrida, sigue dando de qué hablar. Mientras Gary Bowser, miembro activo que pasará casi 5 años en la cárcel y debe millones de dólares a Nintendo, recibió todo el peso de la ley, el líder de la agrupación no solo se tomó el tiempo de burlarse de la compañía japonesa, sino que los retó.
Líder del grupo que hackeó Switch no teme por su situación legal
En una entrevista para el diario francés Le Monde (vía Eurogamer) realizada con motivo de la sentencia contra Gary Bowser, Max Louarn, líder de Team Xecuter, habló sobre sus actividades delictivas y las afectaciones que ha causado a la compañía japonesa. De inicio el hacker, quien vive en un lujoso departamento en Aviñón, Francia con su pareja, una exmodelo rusa, reveló la razón por la que decidió emprender una carrera delictiva: "no iba a terminar como ingeniero en sistemas ganando $5000 USD al mes. A los 18 años me di cuenta de que hackear no solo era divertido, sino que había una manera de ganar mucho dinero".
Posteriormente, Louarn se expresó así del daño que ha causado a Nintendo con las actividades del grupo que lidera: "no me importa robarle a compañías que ganan miles de millones de dólares".
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Max Louarn se ve a sí mismo como un rebelde y aprovechó para burlarse y retar a Nintendo
Por otra parte, se reveló que esta no es la primera vez que Max Louarn tiene problemas con la industria de la tecnología. Primero fue arrestado en 1993 como parte de una investigación emprendida por Nintendo contra la piratería pero en aquella ocasión no fue sentenciado y simplemente se mudó a Mallorca, España. Luego, estuvo en problemas con el gobierno de Estados Unidos al participar en una operación de reventa de tarjetas telefónicas robadas, situación que lo puso contra las cuerdas enfrentando 40 años de cárcel, pero al final solo cumplió 5 años y regresó a Francia.
Después, en 2005 estuvo en la mira de Sony y PlayStation al formar parte de una compañía que vendía modchips para que las consolas de la compañía japonesa pudieran correr juegos pirata.
Finalmente, Max Louarn se sintió tan seguro de que no tendrá problemas con Nintendo que cerró la entrevista con la siguiente declaración: "me odian. Apuesto a que en Tokio tienen mi foto publicada en una oficina. Siempre hemos estado a favor de la libertad, esa es nuestra mentalidad, hacer lo que queramos con las máquinas y que todos tengan acceso a ellas".
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