El portal estadounidense The News-Press reporta el arresto de James Dearman, un hombre de 31 años de edad, residente del condado de Sarasota, Florida, quien la noche del pasado 24 de diciembre de 2015, asesinó a su hijo de 6 años, sentándose sobre él, mientras jugaba videojuegos con su pareja, Ashley Cole. Dearman ahora enfrenta cargos por homicidio agravado de un menor y podría pasar más de 10 años tras las rejas.
De acuerdo con los testimonios de Cole y el hermano de la víctima, de 7 años, Dearman mandó a los pequeños a dormir, mientras él y su novia jugaban videojuegos. Los menores se rehusaron y, como castigo, Dearman hizo que se pararan viendo a la pared. Cuando uno de ellos volteó, el padre lo puso de costado sobre el sillón y se sentó sobre él. Dearman mide 1 metro con 85 centímetros y pesa 122 kilogramos.
El forcejeo duró alrededor de 5 minutos. La víctima dejó de moverse, mientras Dearman y Cole iban a fumar un cigarrillo, pero cuando regresaron, descubrieron que el menor tenía los labios azules y no respiraba. El papá entonces llamó al 911, mientras practicaba resucitación a su hijo, pero los esfuerzos resultaron inútiles y lo pronunciaron muerto en el hospital comunitario de Englewood.
Aparentemente, Dearman había permanecido oculto de la madre de los niños durante 3 años; enfrentaba cargos por abuso de animales y daño a propiedad ajena, y había desertado de la Marina. El hermano de la víctima fue puesto a disposición del Departamento de Niños y Familias de Florida.
No es la primera vez que reportamos crímenes donde uno o más familiares de menores, los descuidan por jugar, situación que tiene más que ver con la escala de valores y la formación moral de los culpables que con la práctica del juego misma.
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