Un reciente estudio publicado en la revista Journal of Industrial Ecology asegura que se utiliza más energía en jugar videojuegos que en producirlos o distribuirlos, y que incluso los gastos energéticos para descargarlos son mayores que los que provoca la distribución física en títulos que pesen más de 1.3 GB.
El estudio, llamado La huella carbónica de la distribución de juegos, encontró que un juego físico genera, aproximadamente, 20.8 kg de CO2 en su producción, manufactura y distribución, mientras un juego digital, en promedio, produce entre 21.9 y 27.5 kg de CO2 en su descarga. El estudio sólo cubre títulos de PlayStation 3 aparecidos en Estados Unidos desde 2010.
En resumen, la investigación asegura: "Los resultados indican que nuestra hipótesis ―que descargar datos sería más eficiente en desechos carbónicos que los discos― no es correcta, excepto para juegos de menos de 1.3 GB. Es de esperar obtener resultados similares para archivos de mayor tamaño en Estados Unidos". El estudio concluye que, curiosamente, jugar videojuegos produce todavía más emisiones carbónicas por su gasto de energía eléctrica que su distribución o descarga.
El documento concede que la distribución de datos se ha vuelto más eficiente desde 2010, pero la mayor eficiencia podría ser contrarrestada por el incremento de descargas. El estudio recomienda a los usuarios considerar configuraciones más responsables y apagar la consola siempre que no se utilice.
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