El uso de PC para correr juegos de última generación en conferencias y eventos es una práctica conocida. Una vez más, Microsoft recurrió al camuflaje para sus unidades de prueba en gamescom 2014, lo cual quedó en evidencia cuando un demo de Ori and the Blind Forest crasheó y envió a un jugador al escritorio de Windows.
La ingeniosa estación demo incluye un Xbox One de adorno para convencer al consumidor de que está ante una auténtica consola; sin embargo, el análisis de las unidades de prueba vía Windows revela que los demos corrían en hardware de Nvidia, lo cual resulta irónico, pues las consolas next-gen tienen GPU de AMD.
Curiosamente, el juego que fue maquillado por estos cambios fue nada más y nada menos que Ori and the Blind Forest, un título indie con bajos requerimientos. No obstante, algunos usuarios señalan que debido a que el desarrollo de videojuegos ocurre en PC, resulta más fácil hacer los demos de estos títulos con dicho hardware, mientras que la plataforma de destino, Xbox One, sólo sería un accesorio para dar una idea aproximada.
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