El padre de familia sueco, Carl-Magnus Helgegren, generó polémica en fechas recientes, al darse a conocer que llevó a sus 2 hijos, Frank y Leo de 10 y 11 años de edad respectivamente, a Israel y Palestina durante la primavera, a fin de que conocieran una zona de guerra real y disuadirlos así de jugar Call of Duty. El papá los condujo al viaje educativo antes de que se desatara la más reciente confrontación entre ambos Estados, pero de cualquier manera, ha sido objeto de críticas.
"Estábamos sentados para cenar el otoño pasado, y mis hijos empezaron a decirme sobre este juego que querían jugar, el último Call of Duty, y me dijeron sobre armas y misiones.", recordó el padre de familia. "Yo creía tener una buena idea de [lo que era la guerra de] la televisión, pero cuando cumplí 29, me percaté de que no tenía idea de lo que es la guerra. Y mis hijos tampoco tenían idea.", continuó Helgegren.
Luego de descartar regiones más peligrosas, como Irak o Afganistán, el padre eligió Israel y Palestina. No fue un viaje de placer. Llevó a Frank y a Leo a campos de refugiados y hospitales donde chicos de su misma edad recibían tratamiento por heridas derivadas de la violencia que hay en la zona. Cuando regresaron, los pequeños ya no querían jugar Call of Duty.
"Fuimos al campo de refugiados de Shuafat en el Este de Jerusalén. Vieron las condiciones en que estaba la gente, donde la gente quemaba basura en la calle y había un mercado ilegal de drogas a lado de una escuela. Fuimos a una clínica donde los niños recibían puntadas cada día porque habían sido golpeados en la cabeza con la culata de un arma.", explicó Helgegren, quien fue reportero en el Medio Oriente cuando era joven.
"He recibido mensajes llamándome el peor padre del mundo, diciéndome que estoy traumatizando a mis hijos, que soy un bastardo pomposo y que debería ser hervido en napalm. No esperaba esa reacción.", declaró el hombre sueco. Helgegren sospecha que sus detractores piensan que llevó a los niños al viaje durante el más reciente conflicto y curiosamente recibe ataques de gente soltera y sin hijos.
Johanna Nylander, portavoz del área política de la Industria Sueca de Videojuegos concedió crédito de buen padre a Helgegren, pero aclaró que los niños han jugado a la guerra durante generaciones y que la lección había sido, en todo caso, exagerada, sugiriendo en su lugar, acompañar a los hijos mientras juegan.
"Ha habido niños jugando a la guerra por generaciones. Solía hacerse en el bosque con palos, pero lo que separa la guerra de videojuego de la del bosque es que hay menos riesgo de golpearse la cabeza con una piedra o caer cuando juegas videojuegos."
El padre de familia se dijo orgulloso de su medida, rechazó la opinión de la ejecutiva, calificándola como una perspectiva parcial y, aunque reconoció que los videojuegos no eran malos, también criticó la paternidad pasiva que se practica en Suecia.
"Suecia es una nación que no ha visto guerra en siglos. Nuestra noción de la guerra es ingenua. Mientras nuestros niños suecos juegan a la guerra y disparan misiles virtuales, los niños palestinos son hechos estallar por soldados en Gaza.", concluyó.
Es importante mencionar, al margen de cualquier tipo de juicio, que la serie Call of Duty es clasificada Mature, lo que significa que es para mayores de edad.
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