La preocupación de la sociedad por la violencia dentro de los juegos de video siempre ha estado presente, pero en años recientes se ha vuelto un tópico más sonado gracias a la creciente carga de balaceras y agresión en las temáticas de incontables títulos. Pero según la psicóloga Jo Twist, directora de la Asociación de Entretenimiento Interactivo del Reino Unido, no hay evidencia científica que vincule violencia y videojuegos, y en todo caso, si existieran pruebas, no queda en manos de la industria tomar toda la responsabilidad, pues los padres tienen la tarea principal de concientizar a sus hijos acerca de lo que ven en pantalla, sea programación de televisión o videojuegos.
La réplica surgió no sólo por la inquietud de grupos de padres de familia que cada vez externan más su descontento, sino por declaraciones recientes de Andrew Scipione, jefe de policía de New South Wales en Australia, quien asegura que los videojuegos son culpables del aumento de los índices de crimalidad a nivel mundial, dado que nuestros jóvenes están expuestos a toda clase de violencia en los juegos y son recompensados en cada oportunidad por cometer actos criminales, desde robarle dinero a prostitutas, y vandalizar las calles hasta matar gente y violar mujeres.
Twist, por su parte, explica que numerosos estudios demuestran que los niños distinguen claramente entre la violencia de un noticiero y la violencia de un videojuego: saben cuál es real, y cuál ficticia. Además, establece que millones de personas disfrutan de jugar sin incurrir en comportamiento violento, mientras que 92% de los padres reconocen el impacto positivo de los videojuegos en el desarrollo de ciertas capacidades motrices.
La representante del órgano que dirige el sistema de clasificación PEGI la versión europea de la ESRB, dice que hay varias iniciativas para informar a los padres acerca del contenido dentro de un videojuego, para que al final ellos sean quienes protejan a sus hijos, dado que al igual que otras formas de entretenimiento, como el cine o la literatura, hay juegos para toda clase de edades, y si no se reconoce que los videojuegos son un negocio serio que incluye a múltiples audiencias, los malentendidos seguirán durante mucho más tiempo.
Al margen de las responsabilidades, parece que efectivamente hay un aumento en el índice de violencia en el medio, pues sobran las celebridades de la industria que expresan su preocupación, como Dominic Robilliard de LucasArts, quien dice que la madurez de un juego no significa violencia injustificada, postura a la que se suman Warren Spector y Shigeru Miyamoto, sólo por mencionar algunos.
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