De acuerdo con una publicación de Josh Klint, fundador de Leadwerks Software, la industria se aproxima a una crisis similar a la que los videojuegos experimentaron en 1983. Según él, con la llegada de los juegos móviles, los analistas han considerado sólo 2 de los 3 posibles desenlaces.
En el primero, los dispositivos móviles se vuelven la plataforma principal para jugar. Las consolas, por otro lado, se venden con pérdidas y sus números caerían, pues el sector "core" o "hardcore" es incapaz de mantener por sí mismo el mercado. Los casuales se mudarían a un nuevo gimmick los juegos móviles y no comprarían sistemas de juegos especializados.
En el segundo, las consolas de siguiente generación Wii U, PS4 y Xbox One conseguirían atraer y renovar el interés en las consolas de juegos y el panorama continuaría como hasta entonces. Nada sorprendente aquí, salvo que Klint propone un tercer escenario: el declive de las consolas y de los móviles, lo que llevaría a una compresión del mercado.
En esta posibilidad, Klint imagina que los juegos móviles atraeran el interés de las consolas, pero eso no significa que por sí mismos serán capaces de proveer un nuevo ecosistema que sostenga a la industria. Si el free-to-play es incapaz de sostener muchos juegos, muchas compañías irían a la bancarrota y, por otro lado, los ya devaluados precios de los juegos bajarían más. La conclusión es terrorífica: "Si esto ocurre, los juegos en 3D regresarían a la PC y el ambiente de los móviles experimentaría una repetición de la crisis de los videojuegos de Atari. La industria entera se compactaría."
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