Durante las grandes convenciones de videojuegos, como E3, los desarrolladores acostumbran mostrar sus propuestas valiéndose de equipo prototipo y unidades experimentales. A pesar de ser fabricante de consolas, Microsoft no es la excepción, pues durante la más reciente edición del evento decidió presumir su alineación sobre computadoras de escritorio, pero en lugar de recurrir a especificaciones equivalentes a Xbox One, optó por optimizar el desempeño con un procesador gráfico GTX serie 700.
En una de las numerosas entrevistas que se hicieron dentro del centro de convenciones de Los Ángeles, el director operativo de Electronic Arts, Peter Moore, confesó que para la demostración de Battlefield 4 se utilizó un equipo modificado en lugar de la consola original, aunque aseguró que se trataba de una unidad con componentes idénticos a los del Xbox One.
La ironía es que al parecer, en el booth de Microsoft se ocupó tecnología más avanzada, lo que en consecuencia pudo provocar una percepción distorsionada de la experiencia de juego. O dicho de otro modo, la compañía con sede en Redmond, California, se aseguró de que los visitantes a la convención se quedaran con una buena impresión.
Muchos espectadores sospechaban que los juegos de Microsoft ―y para efecto práctico, también los de Sony― no estaban funcionando sobre la versión final de las consolas de siguiente generación, pero fue hasta que surgió la evidencia fotográfica del portal de entretenimiento, Cinema Blend, que la realidad se hizo evidente.
En la foto se muestra una computadora equipada con una tarjeta de Nvidia, de la serie 700, la más reciente lanzada por el fabricante. Más allá de que el GPU en Xbox One es de AMD, se supone que el chip tiene equivalencia al de una Radeon 7790, perteneciente a una generación algo obsoleta. Es decir, lo que se muestra en imagen es mucho más potente de lo que tendrá la próxima consola de Microsoft.
Como siempre, la información debe catalogarse como rumor hasta que Microsoft emita una declaración oficial, pues tal vez se trate de un mal entendido, pero mientras eso sucede, no queda más que preguntarse si los juegos de Xbox One que la gente probó durante E3 2013 ofrecían la experiencia real o sólo una simulación más fluida.
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