Hace algunos días, el joven chino de 18 años, Guo Quan, falleció tras una maratónica jornada de juego de 24 horas que condujo a muerte cerebral. Desafortunadamente, noticias como ésta son cada vez más comunes, pero si se puede rescatar algo especial del drama, es que los padres del chico decidieron donar sus órganos, gesto poco común en aquel país asiático donde la cultura de la donación aún está lejos de ser el estándar.
Nuestro hijo murió muy joven. Es muy trágico lo que ha pasado, pero esperamos que él [Guo Quan] pueda ayudar a renovar la vida de alguien más, declaró el padre del muchacho.
Guo Quan trabajaba en una fábrica de zapatos en la provincia de Guangdong y, según los reportes, fue ahí donde un compañero lo introdujo en el mundo de los juegos en línea, lo que se convirtió en una obsesión con consecuencias trágicas.
De acuerdo con especialistas, la falta de movimiento asociada con sesiones prolongadas de juego o incluso vuelos largos, puede propiciar la formación de coágulos que causan infartos.
El año pasado se reportaron varios casos similares a los de Quan, varios de ellos relacionados con Diablo III.
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