Ayer, en el marco de su participación en un programa matutino de Estados Unidos, la senadora demócrata por el estado de California, Dianne Feinstein, continuó su crítica hacia los videojuegos, diciendo que aquellos que son violentos fungen como simuladores para los asesinos en potencia.
Pienso que el videojuego realmente violento se convierte en una especie de simulador para practicar. Y permite a los individuos familiarizarse mucho más con el retrato de la muerte y la sangre, dijo Feinstein. Aunque claro, así no es en la vida real, acotó.
Este es el segundo ataque de Feinstein hacia los videojuegos en lo que va de las últimas semanas. El pasado 5 de abril, la legisladora amenazó a la industria del entretenimiento electrónico. Dijo que si no disminuían sus niveles de violencia, el Congreso de los Estados Unidos tendría que intervenir.
Y no es la única congresista empeñada en poner la culpa de hechos violentos recientes, en los videojuegos. Leland Yee, otro político californiano, Jay Rockefeller, representante de West Virginia y Dan Malloy, gobernador de Connecticut, han hecho lo mismo, sólo por mencionar algunos.
Y es que, para nosotros, la violencia en los videojuegos quizá no sea el problema real, sino la perspectiva que de los videojuegos tienen estos políticos. Los invitamos a echarle un vistazo a nuestro artículo especial que trata este tema.
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