En entrevista reciente con el portal IGN, Joachim Kempin, exvicepresidente de ventas de Microsoft, señaló que el Gigante informático entró en el mercado de las consolas con la encomienda específica de detener a Sony, toda vez que Bill Gates temía que el PlayStation eventualmente se convirtiera en un exponente de hardware capaz de competir con la PC tradicional.
La razón principal fue para parar a Sony. Verán, Sony y Microsoft ellos nunca tuvieron una relación amistosa, ¿ok? Y no porque Microsoft no quisiera, explicó Kempin. Sony siempre ponía distancia con Microsoft. Sí, ellos compraron Windows para sus PC pero cuando realmente miras con atención, nunca fueron amigos de Microsoft. Y Microsoft, de cierta forma, quería que fueran amigos porque ellos sabían que había muchas cosas en las que podrían haber cooperado y porque ellos son, en cierta manera, una compañía de entretenimiento. Es decir, al menos una porción de Sony lo es y tienen buenas cosas, pero en cuanto salieron con una consola de videojuego, Microsoft lo vio y dijo: bien, tenemos que ganarles, así que hagamos la nuestra.
Dicho lo anterior, Kempin asegura que el negocio no resultó tan fácil para Microsoft, pues el gasto de producción resultó muy elevado y se recuperó sólo con los licenciamientos de desarrollo y servicios. Primero, cada desarrollador que tiene un juego de Xbox paga una pequeña regalía a Microsoft por el honor de tenerlo en ese sistema, dice Kempin. La otra forma de hacer dinero es que finalmente ordenaron su esquema de servicios y es ahí donde realmente se hace dinero. Así que quizás están obteniendo una pequeña ganancia, eso es todo. No es una gran máquina productora de dinero para Microsoft.
En información relacionada, hoy por la mañana salió a la superficie un rumor que apunta a que la nueva iteración del Xbox no reproducirá juegos seminuevos, pues vendrá con un sistema de activación de códigos.
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