Pese a sus defectos, Kinect es un dispositivo con mucho potencial, tanto, que en sectores fuera de los videojuegos ya lo miran con gran interés, pero sus virtudes podrían convertirse en penitencia para los usuarios de Xbox, pues Microsoft registró una patente para restringir los contenidos de la consola dependiendo del usuario; así, sólo aquellos que pagaron tendrían acceso a lo que se despliega en pantalla.
Dada de alta a principios de abril de este año, la Regulación de distribución de contenido por usuario apuesta por limitar la cantidad de personas que disfrutan gratuitamente todo lo que contiene la consola. Por ejemplo, si compraste una película con licencia para que la vean 4 personas, y Kinect detecta que hay un quinto individuo, el sistema se bloquea y para continuar pide que el recién llegado se vaya, o que pague por ver. Según las especificaciones de la patente, lo mismo sucedería con un juego, si no eres la persona que lo adquirió y registró en Xbox LIVE, simplemente no podrás usarlo.
En el documento se detallan otras medidas para asegurarse de que no intentes romper las reglas, como la necesidad de tener Kinect siempre encendido cada que utilices la consola, y que cada persona que se pare frente a la pantalla tenga registro en alguno de los servicios en línea de Xbox. Por supuesto, es sólo una patente y está entre muchas posibilidades para el futuro, pero no quita que Microsoft considera implementarla en algún momento, si las condiciones son adecuadas.
Y es que el porvenir en la estrategia de Microsoft causa cierto desconcierto, por un lado decidió convertir Xbox en marca de entretenimiento que supere las fronteras de hardware, hay rumores de que planea vender sus consolas bajo un plan de renta similar al de los teléfonos celulares, y está la incursión en el ámbito de los dispositivos móviles con Surface, sin mencionar que promete maravillas de desempeño con las nuevas versiones de Kinect. Como sea, aún si este nuevo plan para fue diseñado para detener la piratería y de paso, redituar más de los contenidos en su tienda, es muy probable que los consumidores lo vean como una medida controladora y totalitaria.
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