Hoy por la mañana, salió a la luz una declaración del presidente de EA Labels, Frank Gibeau, donde explicaba que ya no le daba luz verde a juegos que fueran sólo experiencias solitarias, lo que muchos interpretaron como una forma alternativa de aceptar que se antepone el multiplayer a la historia, pero el ejecutivo aclaró, hace breves instantes, que eso no fue lo que quiso decir.
Déjenme aclarar. Lo que dije fue que no le dábamos luz verde a nada que no tuviera servicio en línea. Puedes tener una campaña individual muy profunda en un juego, pero debe tener un plan de contenidos continuo para mantener a los consumidores comprometidos más allá de lo que hay en el disco inicial. No estoy diciendo que tenga que haber multiplayer en Mirrors Edge, precisó Gibeau.
Dijo que los modos para un solo jugador eran perfectamente aceptables, siempre y cuando hubiera una forma de hacer comunidad, pues han concluido que esa es la mejor forma de hacer negocios para ellos y al mismo tiempo construir experiencias únicas.
Sigo siendo un creyente apasionado de los juegos single-player y pienso que deberíamos construirlos. Lo que quería implicar con mis comentarios era que, en la medida en la que progresáramos de una compañía de bienes empaquetados a un negocio digital, tenía que haber un componente de servicios. Es una forma de decir que quieres un negocio vivo que evolucione y cambie con el tiempo. ( ) No debe confundirse con la muerte del single-player, concluyó Gibeau, no sin antes recordar que la narrativa sigue siendo lo que distingue a los buenos juegos de los malos.
Todo este debate surge de la noción de que a los títulos de la presente generación de consolas suele imponérseles el multiplayer aunque no sea congruente con su género o estilo de juego, esto con el fin de mitigar la reventa o sencillamente porque eso es lo más rentable, pero a juzgar por esta aclaración, hay múltiples formas de entender al frente en línea que van más allá del multiplayer.
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