En agosto del año pasado, Ashraf Rossli, un estudiante malayo de 20 años, fue víctima de los desmanes y protestas desatadas en el corazón de Inglaterra y que se extendieron por cinco días. Mientras andaba en bicicleta por Barking, al este de Londres, fue atacado por un joven de 17 años, quien le rompió la mandíbula y lo dejó desconcertado y sangrando en el piso. Ante tal escenario, un par de sujetos quienes se hicieron pasar por buenos samaritanos, lo ayudaron a levantarse al tiempo que le robaban su PSP. El video de estos acontecimientos le dio la vuelta al mundo y generó toda clase de reacciones.
Hoy, el largo brazo de la justicia ha alcanzado al perpetrador del ataque y por quien Rossli ahora tiene un par de placas metálicas incrustadas en su rostro. El culpable, Beau Isagba, finalmente fue puesto bajo custodia y encontrado culpable por asalto agravado y robo, además de portación de arma blanca y Cannabis. Me siento muy, muy apenado de mí mismo, sostuvo Isagba, entre lágrimas, mientras comparecía ante el juez Witold Pawlack, quien declaró que Isgba enfrenta una larga condena.
Con este ya suman dos los implicados detenidos por el asalto a Rossli. El otro, Reece Donovan, de 21 años, fue capturado y procesado días después de los acontecimientos. Irónicamente, Rossli, estudiante de contabilidad, quien tenía apenas un mes en Londres cuando se suscitaron los lamentables hechos, sostiene que no guarda rencor para con sus agresores.
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