El Comité Internacional de la Cruz Roja, uno de los grupos humanitarios más respetados del mundo, estaría investigando si las recreaciones ficcionales de la guerra en los videojuegos atentan contra las convenciones de Ginebra y La Haya; de encontrar esto cierto, emitirían una petición para que los desarrolladores se adhieran a estas reglas, además de "sugerir" a los gobiernos a que adopten nuevas leyes de regulación para la industria.
La Convención de Ginebra estipula una serie de normas internacionales para proteger a las víctimas en conflictos armados; estas incluyen a heridos de guerra, prisioneros, refugiados, civiles y no combatientes. La cuestión que se debate es si estas reglas deben aplicarse también a las víctimas en los juegos de guerra.
En la 31o Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja que se celebra en estos momentos en Ginebra, Suiza, miembros del comité debaten lo siguiente:
"Mientras el Movimiento [de Cruz Roja internacional] promueve vigorosamente las leyes humanitarias internacionales alrededor del mundo, también existe una audiencia de aproximadamente 600 millones de videojugadores que podrían estar violando estas leyes."
El escrutinio de asociaciones humanitarias internacionales se remonta a 2007, cuando TRIAL (organización que asesora juicios en crímenes de guerra como genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra) publicó un reporte donde examinaba en qué medida los tratados internacionales eran respetados en videojuegos como Call of Duty, Army of Two, Battlefield: Bad Company 2, entre otros (dato curioso: en el índice del estudio aparece "Metal Gear Soldier 4".
En esta investigación se afirma que "en los videojuegos suele mostrarse violencia, y los jugadores se vuelven 'virtualmente violentos'", pero también que "dichos juegos no son zonas libres de reglas y ética, [por lo que] sería altamente apreciado si los juegos que reproducen conflictos armados incluyeran las reglas que se aplican a los conflictos reales. Estas reglas y valores son aportados por la Ley humanitaria internacional y la Ley internacional de derechos humanos. Ellas limitan la violencia excesiva y protegen la dignidad humana de miembros de grupos humanos particularmente vulnerables."
Como todo jugador medianamente enterado sabe, el estudio encuentra que los juegos suelen retratar situaciones donde se dispara a combatientes desarmados (técnicamente prisioneros de guerra), se tortura y se utilizan armas para hacer daño innecesario. Aunque no se escandaliza por esto, les sorprende la ausencia de consideración a reglas humanitarias en los videojuegos:
"Civiles y objetos protegidos (sic.) como iglesias o mezquitas pueden ser atacados con impunidad; en escenas que retratan interrogatorios es posible la tortura, la degradación y el maltrato inhumano del prisionero sin que [el jugador] sea sancionado por ello, además de la simulación de ejecuciones extrajudiciales."
Sin que el estudio adopte una posición conservadora o francamente prohibicionista, sí toma en cuenta aquellos juegos que penalizan al jugador por dañar civiles; sin embargo, esto parece insuficiente:
"Es lamentable que los productores de juegos casi nunca utilicen esta posibilidad para incorporar creativamente las reglas internacionales... como elementos específicos en sus juegos. Pro Juventute y TRIAL llaman a los productores de videojuegos a utilizar su gran creatividad e innovación para este propósito. Significaría el desperdicio de una oportunidad si el espacio virtual transmite la ilusión de impunidad para el uso ilimitado de la violencia en conflictos armados."
Lo que esta semana se discutirá en Ginebra será la trivialización de las leyes humanitarias internacionales en los videojuegos. Mientras que las amenazas a los derechos internacionales de la población civil en los conflictos armados son una lamentable realidad en muchos lugares del mundo, los videojuegos como toda forma de arte también están regidos por leyes de libertad de expresión.
Cabe recordar nuevamente que los motores gráficos y la tecnología han avanzado a una velocidad mayor de lo que nunca se había visto en la historia de la humanidad. Mientras el escrutinio de organizaciones como la Cruz Roja son muestra de una voluntad política por comprender mejor nuestro pasatiempo favorito, hay que pensar que el cine también provocó un escándalo mayor en las sociedades de principios del siglo xx, por ejemplo.
El punto es que no todos los sectores de la sociedad se desarrollan paralelamente, y lo que unos ven como un pasatiempo divertido, otros lo consideran una posible amenaza al derecho internacional. Los videojugadores no son psicópatas ni criminales, del mismo modo que un lector de novelas de Guillaume Apollinaire o el Marqués de Sade no son abusadores sexuales.
Esperemos que el Comité Internacional de la Cruz Roja tenga en cuenta el punto de vista de los desarrolladores y productores de la industria; Rick Taylor, vicepresidente de comunicación en la Entertainment Software Association, dijo que aunque, como industria, "no podemos comentar los méritos de la propuesta del Comité Internacional de la Cruz Roja, debido a que no los hemos discutido con ellos o visto nada en específico sobre sus acuerdos", también "estamos comprometidos profundamente con los derechos de los desarrolladores a la libertad creativa para llevar a cabo su visión artística."
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