Como si se tratara de un "videojuego de la vida real," Sony ha contratado no uno sino tres equipos de expertos en seguridad digital y control de daños para buscar a los responsables de los ataques a la PlayStation Network; ataques que le han costado millones de dólares a SCE, que dejaron expuesta la información personal de sus usuarios y que han puesto a prueba la credibilidad y confianza de la compañía.
El primer equipo es Data Forté, quienes, según Reuters, son comandados por un "antiguo agente especial del Servicio de Investigación Criminal de la Marina de E.U." Esta empresa se especializa en la "recolección de evidencia electrónica" y tiene experiencia en escándalos mayores: entre sus credenciales está la captura de hackers responsables de robar información sobre un "gran estudio fílmico", cuyo nombre no fue dado a conocer. (Tienen un servicio que a mí me parece intrigante: "Análisis forense de computadoras en investigaciones pre-litigio."
El segundo equipo es Guidance Software, especializado en el entrenamiento de staff para prevenir filtraciones, así como en la venta de software para protección de información corporativa. Guidance ha enviado a sus mejores "detectives de ciber-seguridad" para ayudar en la investigación.
El último grupo, Protiviti, es lo que llamaríamos un "recolector". Ellos se encargarán del nada sencillo trabajo de control de daños, es decir, de ayudar a Sony a limpiar el desorden haciendo una auditoría de riesgos: entender las consecuencias de tener offline la PSN una semana, y enfrentarlas financiera y legalmente.
Abordar el apagón de la PSN como un crimen es un acto de responsabilidad que Sony necesariamente debe asumir: se robó información personal de sus usuarios. Pero la situación también deberá ser abordada como una oportunidad para identificar los puntos débiles y "áreas de oportunidad", y prevenir otra irrupción en el futuro, de esta naturaleza o de cualquier otra.
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