Desde la generación pasada,
el Xbox logró atraparme; su sistema en línea me llamó mucho la atención, me
atrajeron sus títulos, en fin, abandoné las demás consolas por un buen rato. Lo
mismo pasó con la salida del Xbox 360; desde su salida en México me volví súper-fan
y he tratado de poner mis garras sobre casi cada juego que me ha parecido
interesante; he comprado casi todos los accesorios que hay para este sistema,
menos el volante porque realmente apesto en los títulos de carreras
Esto no quiere decir que
odie a Nintendo o a Sony. En la época en la que sólo jugaba en mi PS tuve
muchos consentidos: Metal Gear Solid, Syphon Filter, Bushido Blade 2. Este
último todavía es uno de mis favoritos de todos los tiempos en el género de
peleas, disfrutaba destruir a mis amigos y a mis hermanos utilizando una broad
sword o las espadas dobles del Highway Man. También recuerdo las largas noches
estudiando para mis extraordinarios, resultado de aún más largas noches jugando
Final Fantasy VIII. De Nintendo he tenido todas las consolas menos el
Wii, como ya conté alguna vez; el NES fue la consola que me introdujo a la
escena del videojuego. Super Mario Bros. fue el que provocó mi
adicción desbordante por la aventura que solamente un juego de video te puede
brindar. Después, Super Mario World sería el encargado de transportarme a
la nueva generación de 16 bits, en donde mi mente alcanzó cimas desconocidas, sólo
superadas con la llegada de Metal Mario
en el Nintendo 64
Así que después de toda
esta historia, les contaré una más reciente. Cuando entré a trabajar a LEVEL UP,
comencé a pensar que ya era tiempo de juntar mis domingos y el dinero que me
deja el Ratón de los Dientes para comprar un PlayStation 3. El tiempo era
perfecto, Metal Gear Solid IV había bajado un poco de precio, Killzone
2 se perfilaba como el gran juego que ahora todos sabemos que es, en fin la
necesidad crecía en mí. Con decirles que mucho antes de comprar el PS3 ya tenía
mi copia de Metal Gear Solid IV y un par de semanas después, estaba adquiriendo
mis primeros Blu-Rays y el control BD. Algunos pensarán que es una enfermedad
gastar tanto dinero en algo que no podía usar, quizás tengan razón, pero a fin
de cuentas fue la manera de obligarme a dejar de posponer la compra.
Unos días después, recibí
una llamada de JaDW, que se encontraba en la PlayStation Store acompañando a
Mefisto, quién también quería comprar un PS3. Después de rogar y
convencer un poco JaDW, accedió a comprarme uno y esa misma noche comenzó la
magia. Al llegar a mi casa aventé todas mis cosas y corrí a abrir la caja,
sacar mi consola y conectarla. Debo decir que grita ¡lujo! desde que la tomas
en tus manos. Mi única queja es la selección de cables de video con la que la
empacan, fuera de eso todo es perfecto.
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