La gran persecusión

Casi siempre intento mantener mi blog en el reino del videojuego, pero lo que me pasó el último jueves de enero es digno de contarse: fui parte de una persecución policiaca.

Después de grabar Inside Xbox le estaba dando una ventón a Erich, que conocen de por aquí, entonces tome una ruta distinta a la que usualmente sigo, lo cual es bueno, no me gusta tomar siempre la misma esto me provoca mucha paranoia, pero en esta ocasión la desviación me costó vivir algo que nunca pensé sería parte de mi vida.

Después de dejar a Erich, cuando estaba a dos cuadras de la casa comencé a dar una vuelta cuando vi a alguien que corría hacia mi auto, y lo primero que noté en esta persona fue la automática que traía en su mano. Mi primera reacción fue dar un volantazo,  la segunda, hacerle un favor a la ciudadanía y derrapar el auto un poco para darle con el costado del auto a esta persona y librar a la ciudad de un ladrón... y en eso vi que era un policía. En contra de todo lo que me gritaban mis sentidos, en especial el de la supervivencia, me frené y descubrí que no le puse los seguros al auto después de que se bajó Erich, entonces el policía se subió a mi auto y me gritó "¡Jálale!", ahí fue cuando pensé que un policía me estaba asaltando, pero también via a gente en la acera a fuera de un restaurante queme gritaba "¡¡Arranca, síguelos!!", con la mirada seguí hacía adonde apuntaban sus dedos: dos tipos corriendo a un par de cuadras de ahí.

Desde ese momento todo pasó, como en las películas, demasiado rápido, solté el freno, pisé a fondo y manejé, persiguiendo a las dos figuras que corrían... verán, estábamos a un par de cuadras de Circuito Interior, y veo las noticias casi todas las noches: eran los asaltantes que hace poco habían salido en la tele (o por lo menos eso pensé). Nunca había manejado tan rápido por las pequeñas calles que rodean mi casa, y menos con tan poco respeto por las leyes, el policía gritaba, los tipos cada vez se veían más grande, a agua del velocímetro llegaba cada vez más hacia la derecha... y de golpe todo se terminó, frené el auto tan rápido como lo arranqué, el policía bajo corriendo gritando y apuntando su pistola, yo me quedé viendo y al darme cuenta de que si los asaltantes venían armados me encontraría en medio de la balacera (y a diferencia del policía yo no traía chaleco anti-balas), y arranqué de nuevo, con la potezuela del auto abierta. Pero no me podía quedar sin saber el final de la historia.

Le di una vuelta a la manzana, ya estaban llegando varias patrullas, en el inter llamé al 060 para contar lo que sucedía, y al pasar de nuevo frente a la farmacia donde el policía alcanzó a los animales estos, tenían a uno contra el piso, con una pistola en la cabeza y lo estaban esposando. Me enteré que eran tres, y al juzgar por todas las patrullas que oía, y confirmado por mis preguntas a los oficiales, los estaban buscando, y se sentían bastante seguros de que los iban a encontrar.

Avancé dos cuadras más, me estacioné y subí a la casa. Mi corazón iba a cientos de beats por minutos, la adrealina todavía se diluía en mi sangre, estaba muy emocionado, fue, sin duda, lo más emocionante que he vivido en mi vida. Si, tenía miedo, me pudieron matar en una de esas, pero ya estuve en una persecución real, no unaa actuación, no un juego de adolescentes, traía a un policía armado sentado en mi auto mientras seguíamos a unos asaltantes a toda velocidad.

No pude dormir, hasta hoy paso por esa esquina y me emociono, claro, también espero que los hayan agarrado y que no se hayan fijado en mi auto, que no es exactamente fácil de confundir, en especial por sus colores. Si me sucediera de nuevo seguramente lo repetiría, creo que está mal, estoy seguro de que es peligroso... pero esa emoción no creo que me la vuelva a dar nada en el mundo. Tristemente la realidad de repente se asienta y eso me hace recordar que vivimos en un país ya demasiado peligroso, dejo el sueño hollywoodense y de videojuegos detrás de mi y recuerdo que tal vez sería saludable irme a vivir a un lugar más tranquilo. Por lo pronto, hoy jugaré Left 4 Dead, en espera de no tener que aplicar lo que ahí he aprendido muy  pronto en mi vida cotidiana.