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Por Ignacio Bugueño V.*
Microsoft ya ha hecho tradición adelantar sus movimientos presentando sus productos antes que la competencia, esperando abarcar atención de la prensa. En este caso intentaron robarse la película con Kinect (Proyect Natal) pero terminaron entregando una conferencia de prensa bastante bajo perfil.
La presentación fue principalmente un recordatorio del plan Xbox, dejar claro que la consola es una estación multimedia para el hogar. Con esto, la compañía consolida su acercamiento al público masivo la búsqueda por levantar gente de la audiencia Wii. Así paso, pues ni Hideo Kojima salvó a los creadores de Windows de presentar un evento altamente orientado al público menos entusiasta y finalmente quedando en deuda en cuanto a novedades se refiere.
En el bunker de Sony, optaron este año por tocar fuerte el 3D, como ha sido la tónica no sólo con PlayStation sino que con toda la línea de productos de la nipona. En directa respuesta a Microsoft, vimos en extenso el Move, control de movimiento que promete actuar como Wii mejorado y apuntar a un control que sigue estando diseñado para el segmento gamer, a pesar de ser una tecnología que ciertamente ha tenido mayor éxito en el mercado masivo.
Entre estas dos presentaciones, el mensaje es conciso pero fuerte: esta generación no se terminará pronto. El golpe vitamínico que representan estos nuevos controles para sus respectivas consolas tiene el objetivo de prolongar la vida útil de estas. En el caso de Sony es especialmente patente en como PlayStation juega un rol vital en la transición de la compañía en la que busca implementar 3D en todos sus dispositivos de hogar, desde blu-ray hasta televisión HD.
Recordemos que el ciclo de vida normal de una consola de cualquiera de las pasadas generaciones era de no más de cinco años. Por ejemplo el Nintendo GameCube fue completamente desechado en cold turkey luego de cuatro años, fecha que se cumple justamente en este E3 para el caso de las actuales consolas.
Esta filosofía se encuentra obsoleta, ya que cada generación representa un terremoto en las bases de cada empresa. Hace falta traer el ejemplo de Sega para entender esto. La muerte de ellos como creadores de hardware responde a que aquel terremoto simplemente los dejó sin público. Dreamcast terminó por ser consumido por PlayStation y el ingreso de Microsoft al mercado termino por quitarles hasta las sobras.
¿Pero qué pasa con Nintendo? Estamos ante un caso especial, porque Wii es notablemente más propensa a caer presa del modelo clásico de 5 años en relación a sus competidoras. Es obvio que sus prestaciones no están a la altura de la generación y si bien pudo sostenerse mediante la novedad de su control durante este tiempo, la llegada del mismo sistema en la competencia no hace más que romper su ventaja competitiva.
* Ignacio es columnista en la revista Punto Net y escribe para El Cabaret. Contacto: ibugueno[at]tarreo.cl Twitter: @ibugueno
Adultez gamer.
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