Starfield y Redfall retrasados: ¿quién tiene la culpa?

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La semana pasada trascendió la noticia de que las dos exclusivas más grandes de Microsoft para 2022, Starfield, el próximo gran juego de Bethesda, y Redfall, responsabilidad de Arkane Austin, fueron retrasados para 2023. La noticia resultó una gran decepción para los fans de Xbox, porque la misma les quita sus mayores exclusivas para el año. Es cierto que Redfall no tenía una fecha muy segura, pero Starfield tenía una fecha clara para el 11 de noviembre de 2022, por lo que el retraso se siente áun peor. Pero la polémica no se ha quedado aquí.

El creador de God of War, David Jaffe, ha aprovechado la noticia para lanzar polémicas declaraciones en contra de nada menos que Phil Spencer, jefe de la división de Xbox en Microsoft. Jaffe, conocido por una actitud un tanto irreverente y "rockstar", aseguró que Phil Spencer "apesta" y que los fans de Xbox son ilusos por haber esperado el juego para navidad. Dejando de fuera este desafortunado trolleo, Jaffe sugirió que Phil Spencer es un mal administrador de proyectos, y que la culpa de que Xbox no tenga exclusivas es de él. Jaffe es un conocido troll, y por supuesto no está libre de intereses en el asunto... pero... ¿tendrá razón?

La verdad es que es difícil juzgar esto. Phil Spencer parece ser lo contrario de Jaffe: es una persona centrada y cortés, alejada de la guerra de consolas. Al contrario de su desastroso predecesor, Don Mattrick, Spencer se ha forjado una reputación de seriedad y conciliación que se ha alejado de la lógica de guerra de consolas, construyendo alianzas a lo largo de la industria. Parece estar muy alejado de la lógica de Jaffe, aunque éste podría tener razón si estos retrasos se repiten demasiado. El asunto parece un fracaso para Microsoft, pero creo que hay otras razones para comprenderlo.

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Consideremos los dos más grandes juegos AAA de los años pasados. El primero fue Cyberpunk 2077 de fines de 2020: un desastre. El juego claramente no estaba listo, a pesar de tener una calidad muy grande, pero simplemente al no estar terminado, fue una catástrofe para CD Projekt RED, que perdió la confianza de la industria. Por otro lado, ELDEN RING, de 2022: una obra maestra, bien hecho, bien terminado, cero problemas, el obvio GOTY y el juego que ha derrotado a Call of Duty. La elección es clara.

Es verdad que el dicho de Miyamoto sobre juegos atrasados, es decir, un juego atrasado puede ser bueno eventualmente pero un juego apresurado será malo por siempre, ya no tiene tanto sentido. Un mal juego se puede hacer bueno con un parche. Pero la confianza del consumidor es difícil de conservar, y esa confianza simplemente no se puede arreglar con un parche. Por tanto, aunque decepcionante, la decisión de Xbox es correcta. Vivimos otros tiempos, y el consumidor, cada vez más informado, no podrá ser engañado como antes. En fin, veamos en qué acaba esta nueva guerra de estudios: a pesar de la caballerosidad de Spencer, parece que la animosidad entre Sony y Microsoft irá en aumento. Nos vemos.