Desde que Nintendo reinventó la aventura original de su fontanero comehongos en el DS con New Super Mario Bros., el estudio trató de inyectar ligeras dosis de innovación en entregas subsecuentes, pero en realidad siempre se trata del mismo juego. Con la llegada del icónico plomero italiano al Wii U, sus creadores aprovecharon para dar nueva identidad a la franquicia, y aunque la esencia se conserva, New Super Mario Bros. U es un interesante respiro que explora nuevas mecánicas de juego y apuesta por romper algunos convencionalismos. No podemos decir que justifique la compra de la consola, y mucho menos nos arriesgaríamos a decir que recaptura la emoción de los primeros títulos de Mario, pero sin duda, se trata de una de las entregas más divertidas de la Gran N en mucho tiempo.

Por supuesto, este no puede alejarse de la tradición de todos y cada uno de los juegos de Mario; así, la historia cuenta cómo Bowser rompe una vez más con la felicidad de los pacíficos habitantes del Reino champiñón, secuestra a la princesa Peach y pone incontables trampas en el camino para impedir que Mario cumpla su heroica labor. Lo interesante es que cuando en otras propuestas 2D de la serie dichos obstáculos se presentaban en orden lineal, ahora están esparcidos en un vasto mapa con caminos intrincados y secretos intrigantes. Todavía tienes que cumplir requisitos para avanzar, y no faltan los castillos que alojan a alguno de los secuaces principales de Koopa, sin embargo, al final, tú decides el camino a seguir.

Y es que igual que 3D Land fue un tributo a Super Mario Bros. 3, aquí se hace referencia directa a las maravillas de Super Mario World, tanto en la estructura de la aventura como en la noción de permitirte explorar diversos caminos o recorrer el mundo en el orden que quieras. De los acaramelados desiertos de las Dunas Pasteleras a los pegajosos suelos de la Jungla Jarabe, sin olvidar el flotante Mar de Merengue, todo está interconectado; y si eres suficientemente curioso, puedes descubrir la forma de saltar directamente a los últimos niveles. Claro, eso no es novedad, lo fascinante es la forma en que todo está presentado. Cada locación tiene su propia identidad, pero más allá de obedecer a una temática, no hay nivel idéntico en formato y diseño. Por ejemplo, hay un escenario en los aires cuya única opción es recorrerlo saltando entre criaturas voladoras, mientras otro te pide perseguir enemigos luminiscentes para no quedar en penumbra absoluta.

Cabe mencionar que la incursión de Mario en la alta definición le sentó de maravilla. Los juegos de este memorable personaje se han caracterizado por tener una presentación atractiva y colorida, pero la atención al detalle es digna de elogio, pues hasta los elementos aparentemente insignificantes cuentan con animación, lo que realza la vida de los escenarios. Además, el portento tecnológico da pie a momentos más intensos, dado que al fin puede convivir una masiva cantidad de enemigos en pantalla sin que el framerate se vaya por los suelos, y claro, hay situaciones en que la horda de contrincantes y la presencia de una fortuna en monedas flotantes, juegan un papel crucial en la mecánica del nivel. Para ejemplificar, existe un escenario en el que todos los objetos están en movimiento mientras Mario permanece estático en el mismo punto; al principio tienes tiempo de acostumbrarte, pero después de algunos segundos comienza el caos y te ves obligado a evadir incesantes peligros.

No está de más decir que un sello característico de la franquicia radica en la precisión de su control y el exquisito diseño de sus niveles. En New Super Mario Bros. U ambas máximas se conservan, pero también cobran real valor, de inicio porque la dificultad es mucho más alta que en el resto de los exponentes de la saga, no simplemente de los que llevan el prefijo nuevo, sino también de los que se desarrollan en mundos tridimensionales. Así, la exigencia de habilidad es progresiva, y conforme avanzas crece a pasos agigantados, si bien los mayores retos están diseñados para jugadores que buscan completar todo, pues los secretos y monedas se ubican en los lugares más complicados.