Es una pena que, después de no sé cuántas entregas, la gente a cargo del desarrollo de Mario & Sonic at the Olympic Games no logre que el juego valga realmente la pena. Siento que unas veces se complican mucho y otras lo hacen tan sencillo que parece un producto hecho al vapor sin la mínima pizca de alma y cariño en los valores de producción. Si me pongo a hacer teorías rebuscadas, diré que tal vez es una forma sencilla de cumplir con un compromiso y lavarse las manos o tal vez alguien tiene que reportar alguna clase de pérdida por algo que nadie comprará. Antes de buscar más culpables, mejor te cuento mi experiencia con un título que desearía que fuera más que una simple iteración que sale cada 4 años y no aporta algo al mundo de los videojuegos.

Este juego para Wii U tiene una contraparte en 3DS que más o menos se defiende y resulta un excelente matatiempos para aquellos a los que les gusta jugar durante ratitos mientras están en el transporte público. Las principales diferencias entre versiones se encuentran en el uso del control y la presencia de algunas disciplinas. Si ya tienes la de portátil y quieres adquirir la de consola, piénsalo muy bien porque tal vez no sea necesario tener ambas, pues todo es demasiado simple para un juego de consola.

La versión para Wii U de Mario & Sonic at the Rio 2016 Olympic Games es mucho más simple que la de 3DS aunque tal vez debía ser al revés, ¿no? El título empieza con la elección de tu Mii y tu entrada en la playa de Río de Janeiro, de la cual no puedes salir durante las primeras horas de juego.

Después de probar los distintos juegos me pregunté ‘esto debe de tener alguna maldita campaña, ¿no?’ Justo al terminar las modalidades de juego sencillas o si quieres, los arcades, me dirigí a una versión miniatura en la misma playa del estadio Maracaná. Ahí fue donde representé a mi país en la prueba reina del atletismo: los 100 metros planos. Los controles en esta disciplina eran iguales a los del 3DS: cargas con un botón antes de salir corriendo y luego presionas otro botón muchas veces para ir a toda velocidad. Al quedar en los primeros 4 lugares, califiqué a la siguiente ronda; entonces empezó una pequeña historia y pude explorar la pequeña playa y conocer a Miis de otros países. Este detalle me pareció interesante en un principio, pero después lo sentí muy forzado; vaya, es bueno saber que alguna vez la República Checa y Eslovaquia fueron un solo país, pero tal vez esos datos no llamen la atención de muchos jugadores.

Justo al obtener una medalla de oro habrá personajes de la serie de Mario o Sonic que te reten a duelos en lo que parecen partidas más complicadas que las mismas competencias por las que ya pasaste, sin embargo, la dificultad es tan baja, que no tendrás que hacer un mínimo esfuerzo. Esto me pareció triste porque ¿qué chiste tiene jugar solo y que la inteligencia artificial no ponga ni las manos? Una cosa es que el juego sea muy fácil y otra que no tengas que luchar un poco. Me decepcionó mucho lo que hubiera podido ser un gran modo campaña.

Ahora, no todo es tan malo; permíteme contarte que a veces aprendes algo de esta clase de juegos, más cuando, como yo, eres un ignorante en cuanto a deportes ajenos a tu cultura. En este caso, debo agradecer a Mario & Sonic at the Rio 2016 Olympic Games por haberme enseñado lo básico del Rugby. Y lo mejor de todo es que fue tan sencillo, que me pareció entretenido y eso me puso de buenas. El problema llegó cuando participé en disciplinas olímpicas de las que esperaba más, incluso que se aprovechara un poquito el GamePad, pero no ocurrió.

Un detalle que te mantiene jugando durante un buen rato es que poco a poco se desbloquean atuendos que usas durante las competencias y características que tal vez debiste tener desde el principio, como un submenú inmediato, un tablero para Miiverse y el uso de los amiibos. Sí, esto me pareció un tanto ridículo, pero a final de cuentas, sirvió para seguir jugando más de lo que imaginé después de caer en la decepción.

Algo que no quiero olvidar es que intenté participar en la modalidad competitiva, que es la de subir los récords a una tabla mundial de posiciones. La verdad es que me llevé una sorpresa muy agria cuando vi que la marca mundial en los 100 metros planos era de poco más de 7 segundos. Lo mínimo que había logrado era 9.98 segundos. Esas marcas no las tiene ni Obama, así que quiero imaginar que: a) alguien tiene una muñeca muy rápida o b) usaron un control turbo. De cualquier manera, es agradable poder medirse contra gente de todo el mundo.

Del lado de la presentación, el juego luce bien, el problema es que no se aprovecha todo el potencial del Wii U. Los estadios se ven escuetos, los deportes demasiado normales y la sensación es de estar frente a un juego visualmente pobre. Incluso pienso que ésta y la edición de hace 2 años dedicada a los juegos olímpicos de invierno no son muy diferentes. El apartado de la música es demasiado simple, así que no vale la pena tocarlo. Lo único destacado en esta entrega es que, con el paso del tiempo, desbloqueas algunos temas icónicos de Mario y Sonic, pero hasta ahí.

Ya para finalizar, creo que Mario & Sonic at the Rio 2016 Olympic Games queda a deber; es más, siento que vale más la pena quedarse con la edición para el 3DS que jugar ésta. Esta versión tiene calificación más alta porque los controles son mejores, sin embargo, la experiencia deja mucho que desear. Mi recomendación es que si vas a jugar a solas y eres fanático de la serie, te quedes con la portátil y si juegas con amigos en casa entonces aproveches la edición de consola.