Cuando se trata de aceleración y potencia, no hay una franquicia más emblemática para Sony y PlayStation que Wipeout, así que tal y como ocurrió con Pure para el PSP, ahora tenemos 2048 para el recién estrenado dispositivo portátil, Vita. Este título, a decir verdad, innova poco pero incluye todo lo que el fanático del sello ha aprendido a amar a lo largo de casi dos décadas, aunado a una que otra sutil adición, y todo, en la palma de sus manos.

Como de costumbre, la experiencia arranca inmediatamente, sin mucho que decir en términos de argumento o algo equivalente. Sólo se nos hace saber que formamos parte de la primera liga de carreras antigravitacionales que ocurren en una urbe bautizada Nova State City; alegoría futurista de la Gran Manzana, donde los recorridos entre calles, parques y puentes son una constante. Se trata de una decisión de diseño interesante por parte de Studio Liverpool, aunque con pros y contras, pues si bien es refrescante, la saturación de detalle en una pantalla pequeña –por más OLED que pueda ser– favorece cierto grado de confusión al atacar los recorridos a 600 kilómetros por hora. Esto hasta que se conocen de memoria, por ahí de la segunda o tercera pasada.

Al margen de lo anterior, Wipeout 2048 luce bien, especialmente los efectos de luz, que además abundan. Cada rayo eléctrico, plasma o misil que surca el aire, supone un deleite visual. Y qué decir de las competencias de zona –que abordaremos más adelante–, las cuales ya son una costumbre y llevan la experiencia estética a la esfera de lo surreal con muy buenos resultados.

Fiel a la tradición, esta entrega viene acompañada de un repertorio musical de catorce temas electrónicos con tintes tecno, dubstep, progresivo y electro-house, que dejarán satisfechos a los fanáticos del sonido sintético. La selección no podría ser más consistente con el concepto de Wipeout, aunque dada la naturaleza secuencial de estos géneros musicales y considerando que se pasan varias horas dentro del juego, a la larga se experimenta un dejo de repetición.

Wipeout 2048 viene presentado de un modo singular y minimalista, donde las competencias conforman nodos dentro de una red de hexágonos. Existe una rama principal de eventos que nos permite avanzar, pero de ella se desprenden carreras alternas que suman puntos de experiencia y desbloquean vehículos con diferentes características.

Existen cinco tipos de competencia: la tradicional carrera por ser de los primeros en cruzar la meta; la batalla, que supone el uso de diferentes tipos de armas ofensivas y defensivas para sumar puntos; la pasada contra reloj, donde hay que recorrer el curso en cuestión en menos tiempo del que determine el sistema; las ya mencionadas zonas, en donde la velocidad va ascendiendo poco a poco y la meta es poder controlar la nave el mayor tiempo posible sin destruir nuestro aerodeslizador; y las vueltas de velocidad, en las que participamos contra nuestro mejor tiempo, en un intento por imponer marcas imbatibles, tanto locales como en línea en cada una de las diez rutas disponibles. Sí, sólo hay una decena de escenarios para explorar, pero la variedad de modos de juego y la dosis de psicodelia visual que viene con las zonas, mantienen la experiencia entretenida durante toda la campaña.