Sonic X Shadow Generations

Hace más de 10 años, Sonic celebró sus 20 años con Sonic Generations, una entrega que reunió lo mejor de su pasado y sus aventuras más recientes. Debido a que recopiló los niveles más icónicos del erizo y les dio un toque moderno de manera correcta, se convirtió en uno de los títulos favoritos de muchos fans. Esta vez, toca el turno de festejar a su gemelo emo que compra ropa en Hot Topic: Hablamos de Shadow.

SEGA nos trae Sonic X Shadow Generations, un paquete que incluye el Sonic Generations original pero con una manita de gato y una nueva aventura de Shadow en donde repasamos su pasado, la relación que tiene con María y el regreso de uno de sus enemigos más acérrimos: Black Doom. Hacía mucho que el erizo no tenía una entrega en solitario, y la que se nos presenta aquí nos hace ver que le urgía, porque además de ser un personaje icónico al que es bueno ver de regreso, tiene todo el potencial para competir contra lo mejor de Sonic.

Uno siempre regresa a donde fue feliz

Sonic Generations salió en 2011 para el aniversario 20 de la mascota principal de SEGA, y por lo mismo, celebra su historia y lo mejor que había ofrecido hasta ese momento. Lo genial es que, más que ser una colección con sus títulos anteriores, Sonic Team se encargó de recrear algunos de los escenarios más recordados del erizo, lo que los hizo ver y sentirse mejor que nunca.

Esto significa que podemos volver a jugar en niveles como Green Hill Zone original, Chemical Plant, Sky Sanctuary, City Escape, Seaside Hill y más como si fuera la primera vez gracias a la nueva capa de pintura que recibieron. En el acto 1 jugamos como el Sonic clásico, o sea, en 2D, y en el segundo acto los recorremos como el Sonic moderno, o sea, en 3D. Hay una historia que explica por qué los erizos coexisten y tienen que salvar al mundo, pero la verdad es tan sencilla que pasa a segundo plano.

Lo atractivo del Sonic Generations original era justamente volver a jugar los mejores niveles de la franquicia con ambos estilos, que conviven de manera armoniosa y fantástica, a pesar de que son muy diferentes. En este nuevo remaster hay algunos cambios y adiciones que lo hacen aún mejor, aunque muchos no lo crean.

El principal es que ahora el Sonic clásico tiene el Drop Dash, así que basta con apretar el gatillo derecho para recargar y ganar velocidad. Esto hace aún más veloces y fluidos algunos niveles que de por sí ya lo eran, y después de revivir esta aventura, sabemos que difícilmente regresaremos al Sonic Generations original, porque nos sentiremos lentos y algo torpes.

Otra adición maravillosa son los Chaos. En el título original, podíamos recoger en cada acto 5 anillos rojos que nos ayudaban a desbloquear arte, música y más elementos del museo. En esta ocasión, también hay repartidos en cada escenario 3 Chaos que debemos hallar y que sirven como coleccionables. Estos no desbloquean algo del museo, pero cada pequeñín tiene atuendos y looks diferentes,así que en realidad los desbloqueables son ellos.

Sonic Generations se vio excelente cuando salió hace 13 años, porque además de que debutó en la era del HD, logró trasladar a la perfección el look clásico del erizo a la era moderna y tridimensional, y ambos estilos conviven muy bien. En esta ocasión, cada animación se ve aún más fluida, las cinemáticas más naturales y los escenarios más hermosos, sobre todo los detalles que se observan en el fondo.

Entra en escena: Shadow

El platillo principal de este paquete es la nueva aventura de Shadow, que es en donde Sonic Team puso la mayoría de su empeño y atención. Antes de comenzarla, se nos da la opción de ver una cinemática en donde nos cuentan todo sobre el erizo: su pasado, su relación con María y Gerald Eggman, su rivalidad con Black Doom y más. Esto sirve para las personas que jamás hayan conocido sobre el lore del personaje y entiendan lo que acontece en la campaña principal.

Shadow Generations sucede paralelamente a la campaña de Sonic, por lo que Shadow también tiene que recorrer parte de su pasado e historia para derrotar a Black Doom. Lo que es totalmente nuevo es el Overworld, llamado White Space, que está inspirado en el mundo abierto de Sonic Frontiers, pero el equipo de desarrolladores tomó nota sobre algunas quejas de los fans y lo mejoraron considerablemente.

Las críticas principales eran que el mundo de Sonic Frontiers se sentía vacío y que había secciones que parecían introducidas a la fuerza y que no conviven correctamente con el resto del espacio. En White Space hay muchísimas cosas por hacer: encontrar piezas perdidas, completar miniretos, hallar los cofres que contienen música o arte conceptual y más. Conforme pasamos los 2 actos que hay en cada nivel desbloqueamos más zonas del mundo, y recorrerlas es un deleite.

Algunas veces, estos coleccionables son muy visibles y alcanzarlos es muy sencillo, pero en otras ocasiones, debemos deslizarnos por barandales, brincar entre muros, activar interruptores, hacer movimientos precisos y más actividades para encontrarlos. Es bastante fácil distraerse en White Space y que el tiempo vuele, porque hay tanto por hacer y completar, que la mitad del juego es básicamente recorrer cada uno de sus rincones.

Los niveles son similares a los de Sonic Generations; en cada uno hay que completar 2 actos, en el primero recorremos el mundo de manera 3D y en el segundo en 2D. En ellos podemos hallar 3 coleccionables que desbloquean los cofres con música y arte en el White Space; son menos objetos que los que hay en la aventura de Sonic, y aunque son significativos para la ampliar lo que podemos hacer en el Overworld, nos hubiera gustado que hubiera más; incluso los anillos rojos hubieran servido.

Lo mejor de ambos mundos

Es casi imposible decidir qué parte nos gustó más: si los niveles en 3D o en 2D, porque todos son increíbles. Los de 2 dimensiones son muy parecidos a jugar un Sonic clásico pero con las implementaciones de los modernos. Además de tener el Spin Dash para cargar velocidad, también está el Homing Attack, así que cuando llegamos a una parte con muchos enemigos, podemos atacarlos en el aire al instante, lo que permite que el ritmo nunca baje y que sea más sencillo llegar a ellos en poco tiempo.

Los que son 3D también son similares a los de Sonic, pero tenemos disponibles una Chaos Emerald que permite ralentizar el tiempo. Para cargar su barra de energía simplemente debemos eliminar enemigos, y es de muchísima ayuda en secciones donde hay plataformas en movimiento, muchos monstruos u objetos cayendo desde el cielo. La velocidad en estos actos es muy intensa, e incluso con la ayuda de la esmeralda, casi nunca se detuvo.

Ese fue otro aspecto que amamos de los niveles de Shadow: están excelentemente diseñados para que la aceleración sea continua y el ritmo se mantenga sumamente fluido. En todo momento sentimos que la cantidad de enemigos y su posicionamiento era perfecto, al igual que los obstáculos como muros y plataformas; además, los tramos para ganar velocidad tienen el tamaño perfecto y constantemente hay barandales, resortes y más detalles que añaden diversión y variedad.

Todo esto ayudó a que nunca hayamos considerado torpe a Shadow ni a nosotros; al contrario, hubo muchas secciones en donde nos sentimos los mejores jugadores del mundo, pero creemos que en gran parte se debe a que el diseño de niveles nos lo permitió. Tanto White Space como los escenarios nos recordaron a Super Mario 3D World + Bowser’s Fury porque, además de tener un Overworld muy divertido y repleto de cosas por hacer, creemos que es la dirección que la franquicia debe seguir en las siguientes entregas.

Así como en Sonic Generations, una vez que completamos los niveles y sus 2 actos, aparece una puerta en donde pelearemos contra algún jefe. Para abrirla, necesitamos 3 llaves que conseguimos al completar algunos retos en los escenarios que recorrimos. Estos van desde pasar otra vez un nivel pero sin recibir daño, recorrerlo en cierto tiempo, volar sobre una plataforma que pasa entre bolas con púas hasta destruir una cantidad específica de robots y más.

Son cortos pero muy entretenidos, y aunque nos obligan a recorrer algún nivel de nuevo, jamás lo vuelven repetitivo, porque cambian la manera en la que vimos y recorrimos el escenario. Además, sirven para que mejoremos como jugadores y familiarizarnos con movimientos que tal vez aún no habíamos pulido, y también agilizar nuestros reflejos. Lo que nos hubiera gustado es que hubiera un poco más de variedad en ellos para así explorar aún más el diseño de los escenarios.

Un Shadow como nunca lo habíamos visto

Una de las adiciones más atractivas de esta nueva aventura son los poderes Doom, que vamos adquiriendo conforme desbloqueamos puertas y más secciones de White Space. Estas habilidades son una especie de simbionte que entra en el cuerpo de Shadow y lo modifica para hacerlo más fuerte. Cada vez que conseguimos una, las cinemáticas les hacen justicia porque lucen imponentes.

Entre estas habilidades están las Doom Spears, que nos permiten lanzar proyectiles para paralizar enemigos y activar interruptores fuera de nuestro alcance; el Doom Blast, que es una patada que ayuda a derrotar, sacar volando y hacer combos contra enemigos más fuertes; Doom Surf para surfear en secciones de agua; Doom Morph, que nos otorga un lazo para balancearnos en el aire y nadar sobre superficies tóxicas; y, por último, las Doom Wings, para volar.

En el White Space, estas habilidades son parecidas a las de un metroidvania, en el sentido en que, una vez que las conseguimos, podemos llegar a zonas y coleccionables a los que antes no teníamos acceso. En los niveles normales agregan movimientos a nuestro repertorio, en algunas partes son obligatorias y en otras simplemente pueden simplificarnos la vida.

Estas habilidades, además de ser impresionantes, divertidas y una bocanada de aire fresco para la jugabilidad de los Sonic en 3D, se sienten mucho más naturales que las armas que teníamos en la entrega de Shadow de 2005. En la historia se nos explica que Black Doom se las ofreció al Dr Eggman abuelo para que el erizo pudiera ser la forma de vida más completa en el universo, pero la consecuencia es que ahora tenemos un lazo eterno con él.

O sea que, mientras más fuerte nos volvemos, también lo hace Black Doom, por lo que el enfrentamiento final es épico, poderoso y pone a prueba todo lo que aprendimos durante las 5 horas aproximadas que dura la campaña. En general, toda la historia se siente mucho más natural que la del título original, y aunque no aprendimos casi nada nuevo sobre el personaje, funciona para repasar su pasado y conocer su personalidad.

Veredicto

Sonic X Shadows es un paquete que todos los fans de ambos erizos deben probar, porque, además de ser una versión mejorada de la celebración de 20 años de Sonic, le hace justicia al extraordinario personaje que es Shadow y lo que representa para la franquicia. Además, tenemos la esperanza de que sea un vistazo al futuro de estos títulos, porque creemos que es un paso hacia la dirección correcta.

Sonic Generations puede parecer el mismo juego de hace 13 años, pero se agradece que agregaran la búsqueda de los Chaos, así como una estiradita de cara que lo hace ver más guapo. Shadow Generations, además de añadir básicamente un juego nuevo al paquete (ambos tienen la misma duración) nos permite ver de lo que este erizo enojón es capaz y el potencial de sus siguiente aventuras.

Lo mejor es que, la mayoría de lo que Shadow Generations hace de manera eficiente, puede aplicarse igualmente en los próximos juegos de Sonic, así que es un ganar ganar para ambos. Por último, estos títulos sin duda ayudaron a que nuestro hype por la tercera película de Sonic creciera, y esperamos que Shadow brille ahí de igual manera como lo hace aquí.

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