Con sólo 2 películas, Avatar se ha convertido en una de las series cinematográficas más taquilleras de la historia. Se trata de una gallina de los huevos de oro pero, ¿eso quiere decir que funciona como videojuego?

Ubisoft, conocido por traer sagas como Assassin’s Creed y Rayman, decidió ser el valiente e intentarlo. El resultado es un juego con el que muy probablemente te vas a divertir; sin embargo, también está repleto de peros que vale la pena conocer antes de que gastes tu dinero.

Avatar: Frontiers of Pandora ― Disponible en Amazon México

• PlayStation 5
• Xbox Series X

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Un espectáculo gráfico que es más que un reskin de Far Cry

Una de las primeras cosas que notas en Avatar: Frontiers of Pandora es que es uno de esos juegos que te enamora desde la mirada. Su apartado gráfico es despampanante y aprovecha el poder de las consolas de actual generación para entregar un mundo lleno de naturaleza que se percibe repleto de vida. En tu aventura por Pandora encuentras varios paisajes que son tan preciosos que te obligan a detenerte durante varios minutos para apreciarlos.

Si bien es gráficamente impresionante, también lo es en un sentido artístico. Ubisoft supo capturar los elementos más importantes de las películas de James Cameron para transportarte a su mundo. Es en esto último donde se encuentra el verdadero valor del apartado visual de Avatar: Frontiers of Pandora. Sí, no se ve tan bien como las películas; sin embargo, logra capturar su esencia para que sientas que formas parte de una de ellas.

Esto nos lleva al siguiente punto: Avatar: Frontiers of Pandora aprovecha al máximo la licencia. Esto tiene algunas cosas malas que veremos más adelante, pero también trae algunas bondades que terminan siendo sus mayores fortalezas. Es fácil voltear a ver este lanzamiento y pensar que sólo es un Far Cry con skin de una película, pero se trata de algo más. Claro que es fácil compararlo por su montón de similitudes: ambos son juegos de mundo abierto que tratan de explorar y limpiar bases; no obstante, Frontiers of Pandora hace cambios astutos en el apartado jugable para entregar sensaciones únicas.

Lo primero que debes tener en cuenta es que en Avatar eres un Na’vi, una especie alienígena, así que eres considerablemente más alto que un hombre promedio y puedes correr a gran velocidad y saltar distancias enormes. Eso sin contar que puedes usar la flora de Pandora para trepar y, así, aprovechar la verticalidad del planeta. Otro punto a considerar es que tus enemigos son los soldados de la RDA, un ejército con un brazo ofensivo impresionante que te atacará con rifles, helicópteros, explosivos y enormes robots.

Se trata de elementos que entregan identidad jugable a Frontiers of Pandora. Verás: en el juego de Avatar no eres Rambo ni nada por el estilo. Sí, habrá momentos en los que puedas tomar un rifle y disparar a todo lo que se te presente en cámara, pero la mayor parte del tiempo eres una presa; eres el ratón que está esperando a burlar al gato que quiere acabar con él. Así pues, deberás aprovechar el sigilo, conseguir bajas a distancia con tu arco, hackear objetivos para inutilizar las defensas del rival y hasta lanzar explosivos que funcionen como trampas. De hecho, estás en tal desventaja con tus rivales, que en ocasiones el juego ni siquiera te pide eliminarlos; basta con que te escabullas, encuentres lo que buscas en la base y escapes sin ser detectado.

La diferencia de poder entre tu y tus enemigos entrega una dinámica que vuelve más interesante el combate. Como mencionamos, hay oportunidades para que entres con un rifle y dispares a lo loco; sin embargo, es una estrategia que sólo es 100% efectiva con los soldados a pie. Si quieres eliminar a los robots tendrás que hackearlos o dispararles en su punto débil, algo que puede ser muy complicado si te detectan. De este modo, habrá muchas ocasiones en las que dispares, falles y comience una persecución en la que un escuadrón entero vaya por tu cabeza. En estas situaciones sólo te quedará una opción: correr a toda velocidad hacia la vegetación y aprovechar su verticalidad para ocultarte y encontrar otro momento perfecto para atacar.

Es así como el juego ofrece un bucle de combate divertido que constantemente te recompensa y te hace sentir que estás venciendo a fuerzas mucho más poderosas que tú. Desafortunadamente, el apartado jugable tiene otros problemas que explicaremos más adelante, pero por ahora, diremos que en tu tiempo en Frontiers of Pandora harás mucho más que pelear.

El mundo es enorme y puedes explorarlo a pie o montando a la fauna local para ir más rápido o volar. Si así lo decides, esta exploración puede ser más que ir del punto A al punto B. También puede ser una aventura en la que recolectes fruta por medio de un minijuego que aprovecha el DualSense o que caces animales. Es así como consigues ingredientes para cocinar y tener comida que te da diferentes bonificaciones en la exploración.

Además, hay misiones principales que te pondrán a explorar diferentes ambientes bien diseñados, y algunos que incluso tienen acertijos sencillos. Si bien son ambientes simples, la calidad de su diseño es suficiente para elevar los momentos en los que están presentes. Son secuencias donde te sientes en un juego de aventura más que en otro mundo abierto. Ojalá hubiéramos tenido más momentos así a lo largo del todo el juego. Ni hablar…

Aprovecha la licencia de Avatar de forma fiel...para bien y para mal

Antes dijimos que Ubisoft supo aprovechar muy bien la licencia de Avatar. De hecho, lo hizo tan bien, que se quedó con algunos de los grandes errores de las cintas de James Cameron.

Sí, Avatar ha sido un éxito en taquilla cada vez que llega a cines; además, sus películas son verdaderos espectáculos visuales de un mundo increíble. Sin embargo, muchos podemos estar de acuerdo en que su historia deja muchísimo que desear. Son cintas que seguramente disfrutaste, pero dudamos que haya sido por su narrativa, temas o personajes.

Como intuiste, Avatar: Frontiers of Pandora comete el mismo pecado: se trata de un juego visualmente atractivo con el que te la vas a pasar bien pero… ¿y su historia? Difícilmente la llevarás al corazón después de terminarlo. Igual que las cintas, aquí vemos a un grupo de Na’vi que luchan contra el ejército de la RDA, una organización humana que llega a Pandora para explotar sus recursos cueste lo que cueste.

Es un contexto suficientemente bueno para crear una historia interesante. Tristemente, Avatar: Frontiers of Pandora sigue la línea de sus películas y entrega una historia sosa. Si bien trata temas sobre colonialismo, imperialismo y colapso ambiental, lo hace de una forma centrista y cobarde, lo que lo convierte en un juego incapaz de dar un mensaje. Es como si uno de sus creadores se hubiera inspirado en La Princesa Mononoke de la manera más horrible posible: cazándolo cual si fuera animal salvaje, para después portar con orgullo su pelaje y creer que con eso lleva su identidad y corazón. Una acción muy colonialista para una historia que quiere ser anticolonialista.

"[la historia es] centrista y cobarde, lo que lo convierte en un juego incapaz de dar un mensaje"

Lo que puede agradecer Avatar: Frontiers of Pandora es que los desarrolladores tuvieron piedad del jugador y, si quieren, pueden saltarse toda la historia. Lo que tendrán que soportar sí o sí es el diseño de misiones anticuado. Es un juego que muchos considerarían novedoso… si hubiera salido hace 15 años para acompañar el debut de Avatar en cines.

Tampoco es que sea una basura. Simplemente debes estar preparado para un juego con misiones que has jugado una y otra vez, así que la fórmula se desgasta con el paso de las horas. Claro que las decisiones de diseño representan un diferenciador, pero es una lástima que sus buenas ideas estén desaprovechadas por misiones que van a la segura y sólo se atreven a pedirte que elimines enemigos, participes en un gris minijuego de hackeo y actives los poderes Na’vi para descubrir con cuáles objetos puedes interactuar.

Los juegos de mundo abierto son producciones enormes que, cuando salen bien, pueden convertirse en experiencias que mantienen al jugador enganchado de manera orgánica. Desafortunadamente, los desarrolladores se han olvidado de que la mejor manera de hacerlo es creando un juego divertido. En su lugar, lo rellenan de sistemas que aportan muy poco y es evidente sólo quieren gastar tu tiempo.

En Avatar este fenómeno lo vemos reflejado en sus sistemas RPG, que nos dejaron con un sabor agridulce. Por un lado, Frontiers of Pandora decide ser creativo y presenta estos elementos de una manera diferente. Por ejemplo, en Pandora no existe el dinero, así que para obtener armas y equipamiento de los vendedores locales debes aprovechar un sistema de trueques de favores en el que puedes donar objetos para conseguir otros. En papel suena interesante, pero en la práctica termina similar a usar dinero. Temáticamente astuto, pero hasta ahí.

Por otro lado, hay armas y piezas de armadura que te hacen más poderoso e incrementan el nivel de tu Na’vi. Además, completando misiones consigues puntos de habilidad que te sirven para desbloquear diferentes ventajas. Así pues, no tienes que preocuparte por conseguir experiencia para subir de nivel, pero eso importa poco cuando se cometen los mismos pecados de juegos donde sí tienes que preocuparte por eso.

Es decir, en Avatar subes de nivel, desbloqueas habilidades y consigues armas más poderosas. Algo muy estándar, pero esto falla para hacerte sentir más poderoso porque sólo son números que incrementan en la pantalla, pero nunca se traducen en más diversión. Una verdadera lástima.

Un buen intento por parte de Ubisoft que se queda corto

Pero entonces, ¿qué tal está Avatar: Frontiers of Pandora? Dígamos que está bien, pero a secas. Verás: Ubisoft lleva tiempo intentando sacudir la fórmula de sus juegos para ofrecer algo más que experiencias genéricas que parecían acaparadores de microtransacciones en lugar de experiencias divertidas. Es un esfuerzo que poco a poco está rindiendo frutos y en los últimos años hemos visto estrenos que se alejan mucho de horrores como Ghost Recon: Breakpoint o Far Cry: New Dawn.

Bien dicen que los hábitos viejos tardan en morir y eso es precisamente lo que mancha a Avatar: Frontiers of Pandora. Tenemos un juego que sabe aprovechar la franquicia en la que se basa para entregar un producto que hace lo suficiente como para diferenciarse de otros lanzamientos. Pese a que tiene varios momentos de calidad y un diseño astuto, la calidad sufre por un diseño de misiones anticuado, así como por tener una historia aburrida, hueca y cobarde que enseña mucho, pero dice muy poco.

Esto último parece ser una sentencia muy negativa para Avatar: Frontiers of Pandora; sin embargo, sus mejores momentos hacen que valga la pena darle una oportunidad, en especial si llevas tiempo sin jugar un mundo abierto. Esas situaciones donde eres una presa que contra todo pronóstico logra tirar a un ejército poderoso se sienten muy especiales. A eso se suman varios momentos que te van a arrebatar el aliento con paisajes bellísimos.

En pocas palabras: Ubisoft se merece un aplauso sutil por lo que logró Avatar: Frontiers of Pandora. Es un juego con fortalezas claras, pero lo mismo pasa con las debilidades, que además, lo alejan de ser un lanzamiento genuinamente mágico. Si lo encuentras en oferta es muy probable que lo disfrutes, pero por ahora concéntrate en reducir tu backlog que de seguro está lleno de joyas por jugar.

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