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Conforme se acerca el otoño, una época dominada por el ambiente lúgubre de las festividades de la temporada, nuestras ganas por adentrarnos en experiencias tétricas nos dominan. Algunos optan por escuchar historias o mirar películas, otros se decantan por participar en los eventos de las fechas. Unos cuantos preferimos apagar las luces, tomar el control y quedarnos a solas con nuestra consola; adentrarnos en carne propia en una situación aterradora para enfrentar lo desconocido, cautelosos y alertas, con la cabeza tan fría como se puede al escuchar los inquietantes lamentos a la vuelta del pasillo, al percibir unos pasos que no son los nuestros, al advertir en la penumbra siluetas que podrían no tener importancia o podrían desencadenar una pesadilla.
Así se siente entrar en la mansión convertida en hospital de Tormented Souls, un juego que no es tímido al presentarse como un Survival Horror típico de principios de los 2000, cuando la fórmula planteada por Resident Evil y Silent Hill ya estaba bien pulida y era un estándar para el género de terror, un modelo que se fue diluyendo pasada la mitad de la década, cuando los fans sedientos de una evolución para el género empujaron la creación de Resident Evil 4. Es por ello que da gusto encontrar una obra que demuestra cómo la fórmula original, popularizada por la mítica saga de Capcom, sigue tan vigente como en sus mejores días. ¿Hasta dónde llega la ambición de esta obra realizada por el estudio chileno Dual Effect Games? A continuación te lo cuento.
La presentación y la disonancia
Tan pronto inicia el juego, es evidente que se trata de un viaje a un tiempo donde los títulos de terror eran un tema más serio. Tormented Souls recibe al jugador con una advertencia muy familiar para todos los veteranos del PlayStation: “este juego contiene escenas de violencia explícita y sangre".
Tormented Souls comienza cuando la protagonista, Caroline Walker, recibe una sospechosa carta por correo (esto también resulta retro). La carta incluye una foto antigua de unas gemelas. Ver dicha foto desencadena una serie de efectos en Caroline: dolores de cabeza, pensamientos angustiantes y terribles pesadillas recurrentes. Esto la motiva a investigar al remitente, un misterioso hospital en una zona rural. Tan pronto llega, Caroline es atacada por la espalda y dejada inconsciente. Al despertar, se descubre desnuda en una bañera, intubada y conectada a un respirador artificial. No sólo eso, sus captores le extirparon un ojo y en la pared hay una advertencia: "no dejes que las sombras te dominen".
En este momento, el juego se toma la libertad de ser irrespetuoso con el ritmo de su diégesis, su desarrollo. Ocurre una escena bastante perturbadora en la que Caroline lucha por sacarse la manguera de la garganta. Cuando lo logra, la chica sale de la bañera con dificultad, desorientada, temblando y dando pasos torpes. La escena termina con una pantalla negra, después se escuchan un par de ruidos y, en un abrir y cerrar de ojos, aparece Caroline ahí, fresca como una lechuga, vestida y lista para trotar como si lo que acabara de vivir le ocurriera cada viernes. Lo único que hace al descubrir que la desfiguraron de un ojo es llorar un poco, pero sólo unos segundos porque la vida sigue y los acertijos de ese hospital no van a resolverse solos.
Debo poner lo siguiente sobre la mesa: Tormented Souls es un excelente Survival Horror, sin embargo, muchas partes de su presentación me provocan sentimientos encontrados. No me queda claro hasta qué punto la disonancia entre lo que se narra y lo que se juega es intencional, tampoco sé qué tan deliberados son el planteamiento trillado de la historia, la actuación de voz deficiente o los diálogos que a veces están fuera de lugar. Podría ser un tributo al Resident Evil original: nunca olvidaremos a Barry salvando a Jill de una trampa mortal y luego burlándose de ella, diciéndole que la iban a hacer un sandwich ¿la respuesta de Jill? Soltar una carcajada como si aquello hubiera sido una novatada del colegio. Estos elementos también podrían ser síntomas del limitado presupuesto con el que contaron los chilenos de Dual Effect.
Personalmente, no me importa mucho cuál sea la razón. No me molesta si estos detalles de disonancia ludonarrativa son un tributo o si los desarrolladores sólo buscaron un pretexto forzado para poner a una desafortunada chica en la situación adecuada y, así, crear un buen juego. A mi parecer, Tormented Souls tiene las piernas suficientes para sostenerse de manera sólida a pesar de una presentación que no es mi favorita. Hay elementos que parecen estar ahí únicamente para añadir valor de shock. Afortunadamente, es posible divorciar eso de lo central para el juego: la angustiante experiencia de explorar un hospital decadente y en apariencia abandonado.
El regreso al horror clásico
Cuando Tormented Souls deja de lado los diálogos o las cinemáticas y se narra a través de sus mecánicas, se presenta como una experiencia de Survival Horror pura. Resaltan sus detallados escenarios, su iluminación escasa y tenebrosa, con colores sepia y contrastes marcados; la puesta en escena se complementa con una cámara semifija que sigue a la protagonista desde ángulos predeterminados, pensados para hacer que el jugador avance con cautela, para desorientarlo e incluso hacer que sienta claustrofobia, dejando siempre a la vista los elementos más importantes para que el juego sea justo.
El diseño de enemigos es una de sus grandes fortalezas. La mayoría de las criaturas parecen salidas de algún hospital de Silent Hill, no sólo en su apariencia, también en sus animaciones que incluyen contorsiones y convulsiones. Se trata de monstruos principalmente humanoides, mutilados y alterados, equipados con algún tipo de artilugio médico o industrial: algunos están cocidos a sillas de ruedas oxidadas, otros llevan cuchillas como prótesis para las extremidades. Los que no están restringidos por grilletes usan tanques de oxígeno, respiradores, trajes protectores y demás equipo de soporte vital. También está la típica criatura con obesidad mórbida. En resumen, todos los monstruos del juego son congruentes con el escenario: un decadente hospital de mediados del siglo pasado.
La atmósfera, la ambientación y el diseño de audio se equilibran perfecto. Dar vueltas por la mansión convertida en hospital es inquietante, pero progresar es bastante gratificante. Resolver un acertijo abre nuevas posibilidades e invita a explorar más. Cada habitación tiene su propia identidad y esconde sus respectivos secretos. Los acertijos recuerdan mucho a Resident Evil, cosas como las cerraduras absurdas de alguna puerta que pide una cresta de león, otra de venado y una más de lobo, mismas que están escondidas en sitios muy lógicos, por ejemplo, alguna empuñadura de una daga oculta entre los bisturís del quirófano, o una caja en la sala de cuidados intensivos. Sí, siempre me pregunté cómo de difícil era llegar al baño en la estación de policía de Racoon City.
En resumen, en lo que se refiere a estructura, el hospital se encuentra muy bien diseñado y explorarlo no se siente tan diferente a producciones de la talla de Resident Evil Zero. Sin duda, la ambientación, la puesta en escena y el diseño de nivel son unos de los grandes fuertes de Tormented Souls. Es un juego de terror tan bien estructurado que, aunque gráficamente no es nada impresionante, logra ser lo suficientemente inmersivo para que eso no importe.
Una carta de amor a las mecánicas de antaño
Tormented Souls se juega como la mayoría de los Survival Horror clásicos. Es posible recoger objetos y examinarlos desde el inventario para encontrar más detalles, combinarlos o incluso para cambiar su configuración; uno de los primeros acertijos requiere ajustar una llave de perico para poder girar una perilla. Aunque la interfaz en general es clara y poco intrusiva, cuenta con 2 debilidades significativas: no hay un botón de atajo para cambiar el ítem que se lleva equipado y examinar los mapas es una pesadilla, quizás la parte más terrorífica del juego.
No tener ese botón de atajo arruina un poco el ritmo del juego. Una parte central de la experiencia es no poder equipar una fuente de luz al mismo tiempo que un arma, algo positivo al brindar una sensación de vulnerabilidad: hay largas secciones del juego que están casi por completo a oscuras y es necesario elegir entre poder ver o poder defenderte, sin embargo, tener que regresar al menú para equipar uno u otro ítem puede ser cansado, arruinar el ritmo o sacar al jugador de la parte más atmosférica de la experiencia, similar a tener que cambiar de botas en el templo del agua en Ocarina of Time.
Por su parte, examinar los mapas es como examinar cualquier otro ítem y eso es un problema. Debes ir al menú, seleccionarlo y hacerle zoom. Otro problema con el mapa es que no hay un indicador que muestre dónde se encuentra el jugador mientras se mueve por el hospital, por lo que toca recordar el nombre de las habitaciones y ver su forma para descifrar en qué parte de la mansión está el personaje. Abrir el menú y examinar el mapa una y otra vez también se vuelve cansado, pero el mayor dilema es lo confuso que puede resultar para el jugador navegar de esta forma, sobre todo tomando en cuenta que los ángulos de la cámara cambian una y otra vez.
En el apartado de los controles no tengo quejas. Mover a Caroline es muy similar a controlar a los personajes en el remake del primer Resident Evil para Gamecube, es decir, controles de tanque pero que permiten moverse hacia adelante libremente, independientemente de la posición relativa a la cámara. Si jugaste alguno de los primeros Fatal Frame puedes darte una idea perfecta de cómo se siente controlar a Caroline: las direcciones funcionan igual y la chica incluso trota tan lento como si le lastimaran los zapatos.
En cuanto al sistema de combate, es justo lo que se puede esperar: arcaico, funciona en contra del jugador y es mejor evitar los enfrentamientos. Los ítems de recuperación y las municiones son escasas, el combate cuerpo a cuerpo deja muy vulnerable a Caroline y morir penaliza al jugador con regresarlo a la pantalla de inicio, igual que en los viejos tiempos. No existe ningún tipo de auto-guardado, checkpoint o continue. La única manera de guardar el progreso es mediante unas grabadoras repartidas por el hospital y, para usarlas, es necesario emplear cintas consumibles, el equivalente a las tintas del primer Resident Evil.
Por lo anterior, es probable que muchos jugadores repitan secciones enteras del juego si es que, en algún punto, cometen un error y mueren. Aun así, pelear tiene sus recompenzas: los enemigos no hacen respawn mientras el jugador no muera, por lo que encargarse de alguno significa decirle adiós para siempre. Las armas principales son una pistola de clavos y una palanca tipo pie de cabra, como la que usa Gordon Freeman en Half Life.
Talento latinoamericano
La escena de desarrollo latinoamericano de videojuegos está en su mejor momento. En años recientes hemos visto títulos encantadores como Cris Tales, de los estudios colombianos Dreams Incorporated y Syck. También juegos como Greek, de Navegante Entretainment o curiosidades como un tributo a Punch Out, llamado Pato Box, del estudio mexicano Bromio. Entre los títulos latinoamericanos más esperados se encuentra 9 years of Shadows, un metroidvania bastante prometedor del estudio tapatío Halberd Studios.
Tormented Souls, del estudio chileno Dual Effect Games, es una muestra del talento existente en la región, un territorio que, hasta ahora, no se había caracterizado por tener una presencia importante en la escena del desarrollo de videojuegos. Gracias al trabajo de estos estudios y a las nuevas oportunidades por parte de varios distribuidores, es posible ver proyectos que destacan por sus propios méritos.
Las ideas tras analizar la fotografía
Tormented Souls es un gran tributo a los videojuegos que popularizaron al género del Survival Horror. Con esta obra, el estudio chileno Dual Effect Games, demuestra un gran dominio y conocimiento sobre los elementos que hicieron grandes a los juegos de terror clásicos. Aunque gráficamente no es nada impresionante, los escenarios, la ambientación y los monstruos tienen un diseño tan bueno que la experiencia resulta particularmente inmersiva: en ningún momento se siente como si le prendieran las luces al teatro, es decir, la calidad de los gráficos no afecta a la calidad visual de la puesta en escena.
Los acertijos son crípticos pero todas las pistas están a la vista. La dificultad es la que se puede esperar de un Survival Horror de finales de los 90 y principios de los 2000. El combate es lo que debe de ser: torpe pero sin rayar en lo injusto, siempre y cuando el jugador administre sus recursos. El ritmo del juego es bueno y no cuesta mucho progresar aunque uno se atore de vez en cuando con algún acertijo. Las mayores debilidades son, discutiblemente, la presentación de las cinemáticas y los diálogos, así como el funcionamiento de los mapas y la ausencia de un botón de atajo para cambiar el ítem equipado. Además, hay algunas cosas que parecen estar ahí por el valor de shock antes que por ser relevantes para la experiencia en conjunto.
¿Vale la pena jugar Tormented Souls? Si eres fan de los juegos de terror en general o quieres probar una nueva experiencia en el estilo de los juegos que popularizaron al Survival Horror, este título tiene mucho qué ofrecer, incluso si apenas inicias en el género y eres fan de la atmósfera que tienen los 2 títulos de Resident Evil más recientes. Aunque Tormented Souls es un juego indie con un presupuesto limitado, es una experiencia muy completa que tiene las piernas suficientes para ser relevante. Por otro lado, si lo que buscas en un juego son gráficos de última generación o una experiencia que haga énfasis en el combate, lo mejor es que ignores Tormented Souls, igual que Caroline Walker debió ignorar el llamado en su puerta cuando le entregaron esa carta que cambió su vida.
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