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Dissidia es el sueño húmedo de todo fan de Final Fantasy: peleas con los personajes más emblemáticos de toda la franquicia, usas sus poderes y sus armas y los ves interactuar en una realidad alterna. Desafortunadamente, no todo es tan bello como se escucha y el juego es una mezcla de aciertos y errores que puede resultar difícil de describir.
Dissidia Final Fantasy NT es un port de un juego de arcade que lleva varios años en las maquinitas de Japón y, por su naturaleza, su enfoque está en las peleas y no en algún tipo de elementos RPG, así que no esperes que cosas como subir de nivel sirvan para mucho. Claro que esto no sería malo si el sistema de batalla estuviera bien implementado, cosa que desafortunadamente es algo agridulce en Dissidia.
El sistema de peleas es diferente y único. En él, básicamente cuentas con 2 ataques: Bravery y HP. Los primeros sirven para bajar la bravura del oponente e incrementar la tuya, los segundos bajan la energía de tu oponente y lo noquean. Para lograr vencer a tus adversarios debes acumular puntos de Bravery que superen el HP de tu contrincante. Una vez que lo logres verás que el marcador se pone morado, lo que indica que podrás usar tu golpe de HP para inhabilitar a tu oponente. Al principio este sistema puede parecer difícil y, a decir verdad, sí cuesta un poco de trabajo entender un concepto tan diferente, pero después de un rato agarras la onda y resulta un concepto interesante y nuevo que añade algo de estrategia extra a las batallas.
Las peleas se llevan a cabo en arenas tridimensionales en las que puedes moverte libremente. A esto se suma que puedes volar, lo que agrega una capa de dificultad y margen de error al juego. Este nivel de libertad suena bien, pero en la práctica puede ser difícil de controlar y algo desordenado. La mayoría de tu tiempo la pasarás en peleas de 3 contra 3 y, a pesar de que el juego tiene auto aim para concentrarte en un enemigo cada vez, muchas veces se te dificultará pegarle y varios de tus ataques serán al aire, pues no estarás en el mismo nivel que tu contrincante y algunos movimientos ofensivos se dan en línea recta. Por supuesto, poco a poco entenderás cómo lograr golpear a tu enemigo y cambiarás de personajes para ver con cuáles te acomodas más. Aun así, la experiencia general puede resultar muy frustrante y desalentadora, pues el combate rara vez se siente sólido y generalmente es confuso. Hay veces que todo sale como quieres y tendrás batallas épicas que sean muy satisfactorias y hasta te acelerarán el corazón de la emoción, el problema es que la experiencia es inconsistente y puede que tengas una batalla memorable o una en la que sólo entraste a ver cómo te pega todo el mundo sin que puedas hacer mucho. También tienes un botón de defensa que es muy difícil de usar porque la defensa sólo se activa cuando acaba la animación en la que estés, de manera que, aunque te anticipes al golpe que viene en tu camino dependes de que acabe la animación para poder bloquearlo.
Como en casi todos los Final Fantasy, en Dissidia también puedes invocar Summons y aquí la confusión y el caos llegan a su nivel crítico, pues sus ataques ocupan gran parte del mapa. Muchas veces estarás peleando satisfactoriamente con alguien, pero si su equipo invoca a un Summon de pronto ya no sabrás dónde estás parado, dónde quedó tu enemigo ni de dónde te están pegando debido a que la pantalla se convierte en una mezcla de luces, flashes y confusión total. De la misma forma, cuando haces el Summon, muchas veces tu visión se verá obstruida y no sabrás bien qué está pasando. Las peleas pueden ser un caos sin sentido, pero cuando las cosas salen bien son muy divertidas, pueden realmente emocionarte y te muestran el potencial desperdiciado de este juego que pudo ser simplemente genial si no se perdiera en su propia locura.
Entender el ritmo del juego y sus pequeñas complejidades toma tiempo y, desafortunadamente, el tutorial no ayuda mucho porque sólo te explica las partes básicas y te abandona a tu suerte. Por ejemplo, no encontré un menú de movimientos de los personajes individuales, así que tuve que buscarlo en Internet sólo para darme cuenta de que la mayoría de los personajes tienen combos de un solo botón, lo que me dejó claro que no estaba haciendo mal al apretar incesantemente el botón de Bravery, rezar que mis ataques fueran exitosos hasta ver que el marcador se ponía morado y luego apretar incesantemente el botón del ataque de HP para noquearlo.
Hay 4 tipos de personajes: Asesinos (que por alguna razón tradujeron como “hostigadores”), Vanguardias, Conjuradores y Especialistas. Estos últimos son los que más variedad presentan y los que tienen diferentes combinaciones de botones para atacar, pero también los que más tiempo toma dominar.
Desafortunadamente, el juego hace un pobre trabajo explicándote las ventajas y desventajas de cada clase y te tomará mucho tiempo y experimentación descubrirlo solo… o puedes buscarlo en Internet, claro.
A todo esto se suma que la interfaz gráfica del juego está muy recargada: tienes tu indicador de Bravery y el de HP, así como el de todos tus contrincantes y aliados, el número de Knock Outs por equipo, el minimapa, tus habilidades, el tiempo de batalla restante, el medidor de Summons y el bonus de break, todo al mismo tiempo en la pantalla y todo importante.
El juego cuenta con un modo Historia donde puedes ver a todos los personajes interactuando, está lleno de fanservice y, básicamente, consta de algunas peleas y cinematics que tendrás que desbloquear mediante memorias que obtienes al jugar otros modos como el de peleas offline u online. Esto no es opcional, para ver la historia debes jugar muchas veces los otros modos, lo que puede ser un poco frustrante si ya quieres ver los cinematics de la campaña, en especial el del final que es realmente emocionante para los fans de la franquicia. Una vez que pasas las peleas del modo Historia éstas se van al modo offline donde puedes jugarlas en diferentes dificultades, pero estarás acompañado de compañeros controlados por inteligencia artificial y a veces los noquearán fácilmente y podrás perder por su culpa, lo cual es especialmente frustrante en los modos más altos, que pueden ponerse realmente difíciles.
El modo online no es muy diferente, pero en él no puedes escoger a tus acompañantes, por lo que es muy probable que te toquen 2 compañeros: Tidus, Clouds o Noctis, lo que dificulta tu estrategia para ganar. Bueno, a menos que entres a jugar directamente con amigos y vayas con un equipo más equilibrado.
La historia tiene grandes momentos de gameplay, sobre todo cuando te toca pelear contra los summons del juego que pueden ponerse realmente difíciles. De hecho, estas peleas tal vez fueron lo que más me gustó de Dissidia y me hubiera gustado que se enfocara más en este tipo de batallas, pues requieren que aprendas los movimientos de los enemigos y que tengas un poco de estrategia para derrotarlos. Tal vez si lo hubieran hecho con todos los personajes y no sólo con Summons tendríamos un tutorial más útil.
Pero bueno, hablemos de los aspectos positivos del juego. La implementación de los personajes clásicos de la franquicia es excelente. Es genial ver a Cloud, Firion, Warrior of Light o Squall en alta definición y es increíble ver modelos de personajes como Bartz, Terra y Firion basados en los diseños de Yoshitaka Amano. Los creadores del juego respetaron las personalidades de los personajes y sus diálogos, voces y movimientos son constantes en los juegos donde nacieron respectivamente y, en el modo historia, su interacción parece congruente con su forma de ser.
En las batallas los poderes de los personajes son los mismos que usaron en sus respectivos juegos y es genial verlos en toda su gloria en HD en medio de enormes batallas. El golpe a la nostalgia es fuerte al ver el limit break de Cloud, el sistema de trabajos de FF III en Onion Knight o a Terra transformarse en Trance Terra. Cada personaje está hecho con atención, todos sus pequeños detalles están muy bien cuidados y eso hace que cualquier fan de Final Fantasy se emocione sin fin, sobre todo cuando tocan batallas clásicas como Cloud contra Sephiroth o situaciones que siempre quisiste ver como Tidus contra Jecht.
En el apartado de audio, Dissidia lo hace muy bien e incluso cuenta con muchas de las voces originales que aparecieron a partir de Final Fantasy X. Los efectos de sonido son buenos y la música contiene los clásicos de la serie, algunos remasterizados. A veces la música es la original de 8 bits y aunque suena un poco extraño en un juego con tanta acción, es un buen toque que nuevamente apela a la nostalgia y lo hace bien.
Es importante decir que el juego tiene Loot boxes, pero tranquilo, no son como las que odiamos porque no puedes comprarlas con dinero real, sino con gil del juego.
En resumen, Dissidia Final Fantasy NT es un juego para fans, pero no para todos, pues a pesar de tener mucho potencial se pierde en su rareza y lo hace poco accesible para quienes podrían no tener la paciencia de jugar el tiempo requerido para descubrir todas sus complicaciones y seguramente acabarán spameando el botón de Bravery para apretar el de HP cuando el marcador se ponga morado una y otra vez hasta aburrirse.
Aquellos que siguen y aman la franquicia desde hace años verán mucho valor en el cuidado con el que se crearon los personajes y disfrutarán los golpes de nostalgia mezclados con los gráficos modernos y recuerdos de una época dorada en los videojuegos.
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