Cuando empecé a jugar Song of the Deep me pareció un grave error realizar un metroidvania con un submarino. De todos los juegos que recuerdo, las secciones bajo el agua en vehículos siempre han sido las peores. El juego me pareció lento, el movimiento, pesado y aburrido. Sin embargo, a medida que avancé, me encariñé con él.

Lo admito: su dirección de arte nunca terminó de agradarme. Hay enemigos increíblemente molestos, más que retadores, y el diseño de niveles puede llegar a ser frustrante. Al final, este pequeño título de Insomniac Games tiene una trama pensada en niños, aunque su relativa dificultad me hace pensar que quizá no son el público apropiado. La heroína es una niña que sale en busca de su padre. El tono general es más de exploración, aunque el combate puede llegar a ser difícil por la movilidad del submarino.

Como en todo juego de este género, comenzarás con movimientos y ataques básicos. El mapa será prácticamente un túnel, pues no podrás acceder a muchas zonas debido a que no tienes las herramientas necesarias. A medida que avances, obtendrás poderes nuevos y lentamente desbloquearás rutas hacia nuevas zonas. El juego en sí no es complejo en este sentido. Te tomará unas 5 o 6 horas terminarlo. Sus jefes no son muy inspirados que digamos y las mecánicas funcionan bien, pero son básicas. No hay movimientos avanzados o estrategias fuera de lo común, como suele ocurrir en este género. Lo único regular en este sentido, es la posibilidad de crear un escudo si atrapas tu propio disparo con una especie de arpón que es tu arma principal. Su dificultad, por desgracia, surge de ciertos enemigos, como las medusas, que simplemente te hacen montón y te abruman, más que por un buen diseño.

En cuanto al mundo y la forma de explorarlo, en su mayoría está bien hecho; sin embargo, hay secciones en las que los errores de diseño te obligan a recorrer mucho terreno si te equivocas. No estoy pidiendo que se castigue menos al jugador, pero aquí claramente son errores los que vuelven la experiencia tediosa y no retadora.

También sufrí algunos problemas de programación. Por ejemplo, pasé cerca de un enemigo justo antes de que empezara una animación. Sin que lograra saber la razón, me siguió y comenzó a atacarme mientras yo no podía hacer nada. Para cuando terminó el video, ya estaba muerto, así que tuve que regresar y repetir todo de nuevo. Pienso que esa experiencia resume bastante bien mi sentir general por Song of the Deep: morir no se siente como un castigo a tu ineptitud, sino como un tedio de tener que repetir una y otra vez secciones mecánicas. De la misma forma, hay puntos en el mapa peligrosos, pues si los pasas por error, no podrás regresar y deberás dar una vuelta enorme. Simplemente son errores de diseño que no esperaría ver en un desarrollador de la talla de Insomiac.

Pero si dejamos lo anterior de lado, el título tiene sus momentos brillantes. Por ejemplo, en un punto descenderás a las profundidades y sólo podrás usar tu sonar, pues las luces de tu submarino atraerán a unos peligrosos enemigos que te aniquilan de un solo golpe. Entonces, deberás avanzar lentamente aprovechando su sonar y esquivando a esas criaturas horribles. El juego genuinamente genera tensión y expectativa. Fue la sección que más disfruté y la mejor lograda. Es una lástima que muchas otras partes del juego pesen y se sientan como una molestia, en lugar de como un reto.

El título tiene sus momentos brillantes

También habrá acertijos. La mayoría fáciles y básicos, en los que, más que buscar un diseño ingenioso, la dificultad es aumentada artificialmente al añadir elementos de forma indiscriminada. Recuerdo, en especial, uno que involucraba reflejar la luz del color apropiado a unas esferas. La forma de subir la dificultad simplemente fue añadir un montón de espejos para volver más confuso todo. No es un diseño elegante, pues había más de una solución y resolverlo no obligaba al jugador a comprender la lógica detrás del diseño.

Son of the Deep se ve feo. El título mezcla elementos bidimensionales con modelos en 3D; sin embargo, el resultado final es poco cohesivo. En la interfaz se muestra a la niña estilo cel shading como indicador visual de cuando recibes daño. Me encantó cómo se ve, por lo que no comprendo por qué el modelo del submarino en el juego luce tan precario, igual que los enemigos. Los ambientes son bellos, pero los elementos con los que puedes interactuar —rejas, palancas, objetos— no son de la misma calidad. El resultado es una apariencia visual dispareja y extraña. La música del juego no es destacada. Podemos decir que cumple, pero no es memorable.

El juego tiene una progresión relativamente satisfactoria. El comienzo es muy lento, en especial porque no puedes acelerar con el submarino. A medida que obtienes mejoras y movimientos, el ritmo se acelera. Ya para el final, realmente disfruté la dinámica de combate: arrojar distintos tipos de proyectiles, protegerte con el escudo, usar tu arpón retráctil para hacer daño de área, acelerar, esquivar. Es una experiencia muy divertida y quizá salva al juego de caer en la mediocridad.

Song of the Deep no es un mal juego. Padece errores de diseño de niveles que pueden volverlo tedioso. Lo mismo ocurre con el combate en un principio, aunque eso es parte de la naturaleza del género. Lamentablemente, no hace nada mejor que ningún otro exponente del género y tampoco tiene algún elemento propio que resalte. Quizá la curva de progresión es muy lenta. Si consiguiera replicar esa sensación del juego final hacia el comienzo, probablemente merecería otra evaluación. Es un juego bueno a secas.