Antes de ganarse el título de Caballero de la Noche, Batman era considerado un criminal y una amenaza potencial tan grande como cualquier supervillano de los que habitan Gotham City. Batman: Arkham Origins no cuenta exactamente los orígenes del personaje, pero sí muestra un lado mucho más frío que el visto en Arkham Asylum o Arkham City. Presenta a un vigilante enmascarado que sigue atormentado por los fantasmas de su pasado, producto de una traumática experiencia que vivió durante la infancia; un hombre que espera hacer justicia por cuenta propia, sin ayuda y sin esperar algo a cambio.

En esta ocasión, Arkham Origins no fue desarrollado por Rocksteady Studios, sino por Warner Bros. Montreal. Como a algunos de ustedes, dicha situación me hizo pensar que habría muchos cambios con respecto a lo presentado en las entregas anteriores (y que no serían precisamente para bien). Fue una sorpresa encontrar que todo lo que nos gustó de esos títulos, desde el sistema de combate hasta el modo predador, permanecen intactos. Warner había dicho que así sería, pero aquí aplicaba la frase “ver para creer”.

La historia nos coloca ante una situación complicada para Batman. Parece que sus intentos por limpiar la ciudad de delincuentes comienzan a repercutir en el negocio de los criminales. Black Mask es uno de los afectados; así que contrata a 8 de los asesinos más peligrosos en Gotham para aniquilarlo. Quien logre cumplir la tarea ganará la nada despreciable cantidad de $50 MDD.

Esto sucede en plena madrugada de Navidad, al interior de un mundo abierto que, en dimensiones, es mucho más grande que el de Arkham City, donde Batman puede incluso usar su Batwing para desplazarse de un punto a otro de manera instantánea. El transporte no es controlable, pero resulta sumamente práctico cuando se quiere cumplir rápidamente con misiones que están muy retiradas de la ubicación del encapuchado personaje, sobre todo cuando un largo, tedioso e innecesario puente es el punto de anclaje entre las 2 islas que conforman a la urbe.

New Gotham es el nombre del lugar y representa para Batman una amenaza mucho más peligrosa que Arkham City, pues tiene que lidiar con toda clase de criminales y con la policía local. Esto se debe a que en el contexto de Arkham Origins (durante el segundo año de carrera de Batman como héroe) el capitán James Gordon intenta capturarlo; esto sin mencionar que muchos de los policías son corruptos y también están tras la recompensa ofrecida por Black Mask.

Batman sólo cuenta con ayuda de Alfred, su fiel mayordomo, quien por fin hace su primera aparición física en la serie, junto con la Batcave original. Aún cuando todo lo que rodea a nuestro protagonista parece estar en su contra, su tecnología, habilidades en combate y prodigioso intelecto, son una combinación suficiente para salir bien librado de las situaciones más peligrosas.

Casi todas las herramientas que Batman usó en sus primeras 2 aventuras están presentes y disponibles desde el principio, por ejemplo el gel explosivo, los batarangs y el clawgrapper. Esto significa que se puede explorar y descubrir gran parte de los secretos que resguarda la ciudad ―como los coleccionables de Riddler, quien en ese entonces se autonombraba Enigma― apenas inicia la historia. Por supuesto, hay juguetes nuevos, como las granadas de pegamento y el detonador de conmoción, los cuales no sólo permiten progresar en la historia, también agregan nuevas opciones en combate y en las secuencias de predador.

El sistema de combate es exactamente igual a como lo recordamos de Asylum y City. Se basa en apretar los botones adecuados en el momento correcto y mover el stick izquierdo en la dirección deseada, para atacar, contraatacar, eludir o romper la defensa de los enemigos. En lo personal, diré que dicha mecánica es el atractivo mejor logrado de la serie Arkham, pues permite que jugadores inexpertos lo disfruten y que los hardcore se impongan el reto de no ser golpeados y encadenar el combo más largo posible al usar todas las técnicas del futuro Caballero de la Noche, mismas que se desbloquean y compran conforme asciende niveles. El único inconveniente que encontré yace en unos guantes electrificados que se obtienen en la campaña; esto porque todo el encanto de las peleas desaparece cuando dichos aditamentos tienen la capacidad de tirar al suelo de manera instantánea a casi todos los tipos de enemigos, sea la nueva variante que usa kung fu como ofensiva o los que emplean escudos para protegerse.

En cuanto al modo predador, también regresa idéntico a su versión de iteraciones previas. Continúa siendo ese aspecto que permite a Batman convertirse en un cazador de enemigos. Aún sucede en ciertos cuartos con rejillas en el suelo y en las paredes, así como donde hay columnas pronunciadas y techos especiales para atacar sin ser detectado. Cabe subrayar que, en esta ocasión, las circunstancias para aprovechar este modo son menos recurrentes en comparación con los enfrentamientos mano a mano.

Quizás en Origins Batman todavía no sea el Caballero de la Noche, pero ya es el más grande detective del mundo. Su habilidad para resolver casos criminales está presente y ahora habrá más interacción. Esta vez no sólo se escanean pistas, también es posible recrear escenas completas para llegar al fondo de los misterios. Esto significa que, además de analizar muestras de sangre o calcular el ángulo y trayecto de una bala disparada, a partir de deducciones podemos suponer qué fue lo que realmente sucedió en cada situación. Después, está la opción de rebobinar o adelantar una especie de cinta que simula paso por paso lo que aconteció en el lugar de los hechos. Suena interesante y lo es, lo malo es que quien realmente hace la investigación, incluyendo las especulaciones y el resultado, es Batman; nuestro papel como jugadores se limita a identificar puntos de interés, mantener sostenido un gatillo para activarlos y retroceder o avanzar la película para encontrar pistas faltantes. De manera que, como mecánica de juego para solución de casos, el modo detective no aporta algo de valor; además, son contadas las escenas de crimen dentro de la experiencia.