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Los dispositivos con sensor de movimiento se esmeran en sumergirnos en toda clase de actividades lúdicas, pero son pocas las que se sienten naturales y aún menos las que aprovechan el auténtico potencial de los periféricos; en el caso de Move sólo hay una realmente encomiable: Sorcery. Ante la sequía de títulos compatibles con el artefacto, este título es un oasis de creatividad y entretenimiento que lamentablemente para el decadente éxito de Move, llega demasiado tarde, aun cuando plantea un esquema de juego interesante.
La historia de Sorcery narra las aventuras y desventuras de Finn, un joven aprendiz de hechicero al que, tal como dicta el estereotipo de los magos, le gusta jugar con fuerzas que aún no comprende; es así como su irresponsabilidad lo conduce a meterse en tremendo lío que implica arriesgar la vida para salvar a su mentor e incursionar en una misión para evitar la destrucción de su mundo. El argumento se atiene al cliché de los cuentos de hadas, aunque su mérito es traducir elementos de la mitología celta y del folclor irlandés a una narrativa amena y actual YO. El único problema del desarrollo argumental es que en ocasiones se plasma con una serie de escenas reminiscentes a libro de cuentos, indudablemente atractiva, pero que rompe con el estilo general del resto del juego.
Al margen de ser un concepto que se expresa relativamente interesante, es un hecho que está diseñado para las audiencias jóvenes, o dicho sea de paso, para aquellos que se consideran jóvenes de corazón. Explicado de otro modo, el conflicto entre fuerzas del bien y del mal se presenta de un modo que peca de irrelevante, pues no sólo cuenta con una villana que se ocupa de hacer cosas genéricamente malignas, sino que forma parte de una mancuerna protagónica a la que cuesta sentir real apego, aunque ambos integrantes ostentan cierto carisma.
Irónicamente, lo anterior es especialmente válido en lo que refiere a la compañera de Finn, una gata mágica que en realidad tiene poco de felino, como se muestra más tarde en la historia, la cual a diferencia de los compinches en otros juegos, rara vez se siente como una carga. Además de nunca atravesarse en tu camino y jamás molestarte con comentarios necios, participa ampliamente en el desarrollo argumental, exponiendo detalles importantes de lo que sucede en pantalla. Es un personaje interesante, pero que carece de desarrollo efectivo.
Haciendo a un lado los pormenores de la trama, la sustancia de la experiencia de juego se constituye en la ejecución de hechizos, que como podrás inferir, se realizan al blandir y apuntar con Move. A reserva del concepto mágico y medieval, Sorcery bien podría catalogarse como un shooter, con la diferencia de que en lugar de llevar una AK-47 como arma predilecta, utilizas una varita mágica. Por supuesto, prescindir de balas para abrirte paso entre criaturas fantásticas tiene la gran ventaja de brindar un interesante repertorio de poderes.
La magia de Sorcery radica en su esquema de control, dado que usar Move y el dispositivo de navegación o un DualShock en su defecto, pautan un ritmo de acción constante, con la virtud de que éste no es un shooter sobre rieles, sino una propuesta en la que te mueves a discreción. Puedes explorar, ocultarte o incluso correr, si es que las cosas se tornan complicadas; cabe aclarar que rara vez llega al punto en que debas huir, pues aún en la mayor dificultad basta afrontar a los enemigos sin reparo y esperar a que caigan uno por uno mientras esquivas sus embistes sin demasiados problemas.
En lo que pareciera una compensación al hecho de que Move no es tan preciso como el Wii Remote Plus ya que no utiliza sensor infrarrojo, dentro del juego se habilita una mira que selecciona automáticamente el objetivo, pero al margen de esta cualidad, es evidente que los controles son sumamente responsivos. Basta dar una pequeña sacudida al periférico para desatar una descarga de electricidad arcana que puedes dirigir hacia abajo, a la parte posterior de la pantalla o incluso empujar en una curva que saca a los enemigos de su escondite, todo en rápidas sucesiones de disparos que acontecen en cuestión de segundos. Desde luego, los atributos de Move también se extienden a actividades banales como darle la vuelta a llaves para abrir cerrojos o blandir el control con el fin de remover obstáculos, pero no hay más. Es lamentable, pues aunque plausible, el uso del dispositivo deja mucho que desear en lo que refiere a variedad, y es evidente que no se explotó completamente su potencial, simplemente se resume a que agites Move incesantemente, con valor práctico en batalla, sí, pero con limitada interacción en el resto del escenario.
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