Al inicio de la guerra moderna de las consolas, las principales herramientas que tenía un juego de video eran el poder de sus gráficos y el equipo de marketing que tenía detrás. Originalmente ICO estaba siendo desarrollado para PS One y terminó por lanzarse en PS2 sin mucho aviso. Se trata de un juego de corte muy clásico, con gráficos poco impresionantes, pero con una estética elegante que lo lleva hacia adelante y lo convierte en una opción bastante sólida.

Con el PS2 llegó la era de mostrar que los títulos de una consola eran más impresionantes que los de otras, el marketing estaba hecho para vender los juegos como un producto completamente distinto, como experiencias multimedia de alto presupuesto y mensajes comerciales difíciles de comprender; ICO carece de eso, es un pequeño y oscuro videojuego desarrollado por japoneses, que vive de la emoción generada por la gente y con los gráficos de un juego que parecía haber salido hace un par de años.

La primera impresión es que tenemos en las manos uno de esos juegos enmarcados por cinemas muy largos, pues el intro dura varios minutos, pero una vez que comienza la aventura, pocas veces será interrumpida. La historia es simple: eres un niño que nació con cuernos en una villa donde suceden muchas calamidades y después de un tiempo, la mayoría de los habitantes decide que todo lo ocurrido es culpa tuya, después de todo, tienes cuernos. Cuando cumples doce años deciden sacrificarte encerrándote en una especia de sarcófago, pero para tu suerte, un terremoto lo hace caer y adquieres de vuelta tu libertad.

Estás en un gigantesco castillo en el que deberás librar todos sus obstáculos y peligros, que son puzzles y elementos de plataforma, para poder huir. Al principio seguramente no entenderás lo que sucede, pues no hay instrucciones de ningún tipo, pero una vez que comiences a avanzar tendrás todo bajo control. No te preocupes por el combate, sólo necesitas atacar un botón sin piedad.

Después de resolver tu primer puzzle rescatarás a Yorda, la peor novia que cualquiera pudiera tener: adorable, bonita, la piel más increíble del mundo y muy, muy necesitada; lo que se conoce como una mujer de alto mantenimiento.

La pobre Yorda no puede escalar, saltar o hacer acrobacias como ICO, así que deberás guiarla, ayudarla a subir escalones, alentarla a saltar, y hasta tomarla de la mano para traerla por todos lados, a menos claro que quieras avanzar al paso más lento posible. Así es como el juego se convierte en una larga lucha por crearle caminos y abrirle el paso.

Aún si dejamos las bromas de lado, la realidad es que Yorda es el gran problema de ICO, de modo que su misión es de escolta. Y todos odiamos las misiones de escolta en los juegos. Por otro lado, lejos de que esta mecánica de juego resulte negativa, alimenta el interés que puedes sentir por la aventura y la historia, y así se presenta uno de los mejores elementos del juego: la relación entre ICO y Yorda.

Sí, es un cliché. La pareja que lo perdió todo: él, odiado por sus compatriotas y abandonado para morir solo por el bien común, ella… lo averiguarás cuando lo juegues, no nos gusta contar las cosas que pueden arruinar la experiencia. Juntos son la bella y la bestia, el niño con cuernos y la niña perfecta y etérea. Es como una canción de amor y dolor, la historia que hemos leído miles de veces, pero nunca creada con tanta devoción y perfección.