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Si te gustan los JRPG es probable que hayas jugado algún Final Fantasy y su música permanezca en tu memoria. Es normal recordar un tema de batalla o alguna melodía que acompaña un momento contundente en los títulos de Square-Enix, pues el potencial de la música de tantos compositores ha servido como acompañamiento durante muchos años. Algo interesante es que, además, esas composiciones han sido protagonistas en la saga Theatrhythm: un juego de ritmo con elementos RPG que fue lanzado para 3DS hace más de 10 años y que aprovechaba la pantalla táctil de la portátil. Tras una larga gira, parece que el concierto cerrará el telón después de un último movimiento en lo que promete ser un magno evento. Además de reunir más de 385 canciones, Theatrhythm: Final Bar Line ofrece cambios en su esquema de controles y algunas novedades, pero sin cambiar la fórmula. ¿En verdad es una carta de despedida? Te lo cuento en esta reseña.
Lo primero que debes saber es que Theatrhythm: Final Bar Line carece de historia. Es natural pensar que el juego puede explorar una narrativa similar a Dissidia: Final Fantasy, pero no es el caso. Al inicio hay poco contenido disponible, así que el primer paso es entrar en el modo principal para desbloquear las canciones. En el modo Misiones de Serie están agrupados todos los juegos, pero sólo algunos estarán disponibles desde el principio. Para desbloquear el resto necesitas superar las canciones de cada bloque y sobre la marcha encontrarás una llave para liberar otro juego. Este proceso es obligatorio para conseguir todas las canciones, así que, si tienes alguna saga favorita es recomendable empezar por ahí. Toma en cuenta que necesitarás un buen rato si quieres liberar todo el contenido, pues hay que acabar la lista de cada título.
Al iniciar alguna serie recibes personajes para integrar tu equipo; cada guerrero tiene estadísticas propias y subirá de nivel mientras juegas, como en un JRPG clásico. Al ganar experiencia y subir de nivel aprenderán nuevas habilidades y se harán más fuertes. Podrás personalizarlos, así como la invocación que te acompaña y otros detalles estéticos. Si quieres hacer las cosas más sencillas, hay una opción para equipar lo mejor de forma automática.
Cabe aclarar que organizar tu party no es lo primordial porque no es un juego de rol en forma, aquí lo importante es tu habilidad con las manos. De cualquier manera, personalizar a tu equipo es de las cartas fuertes de Theatrhythm: Final Bar Line porque puedes elegir a tus personajes favoritos sin importar de dónde vengan, así fue que cumplí mi sueño de tener a Cloud, Vincent, Noctis y Vivi en un mismo grupo. Puedes guardar varias combinaciones y usar a tu equipo favorito cuando quieras.
Los elementos RPG están fuera de tu control y se activan según los aciertos, además de otros factores en las batallas. Todo ocurre de forma automática y su función es tratar de cumplir objetivos que se estipulan al principio de la partida. Por ejemplo, si estás en una canción de Final Fantasy IX te pedirán que la superes con Zidane o Vivi, pero si es un objetivo menos específico como vencer al jefe o evitar que te cures, será suficiente con llevar personajes fuertes, con buenas habilidades, una buena invocación o evitar incluir algún curador como Aeris. Cumplir estas misiones te obligará a poner atención antes de comenzar cada canción para tener un extra. Debo confesar que hay algunas melodías que no me gustan tanto de juegos como Final Fantasy VIII, así que preferí superarlas y dejar los objetivos para no complicarme la vida. Si decides pasar sin completarlos no recibirás penalización, simplemente se marcará como “superada” en lugar de presumir el distintivo “completada” y podrás seguir tu camino.
Si completas la misión conseguirás algunos ítems que te hagan ganar más experiencia o mejorar alguna estadística. En algunos casos recibirás Collecta Cards, una especie de tarjetas intercambiables que irán llenando un álbum especial. La mayoría son imágenes de personajes con el estilo minimalista de Theatrhythm, pero también hay imágenes memorables de los juegos originales. Las Collecta Cards son una forma de motivar a quienes no están interesados en perfeccionar sus récords en todas las canciones y buscan completar 100% el juego. Eso sí, las imágenes que se ven en el modo Museo después de conseguirlas son algo pequeñas. Me hubiera gustado que, como en otros juegos, pudieran verse con detalle y, de paso, dieran algún dato interesante de cada juego. Las tarjetas también son premio para cuando juegas en línea, como detallaré más adelante.
Ahora, lo más importante: el ritmo y la música. Como te decía, Theatrhythm: Final Bar Line incluye 385 canciones en el juego base. La mayoría, en sus versiones completas, pero hay algunas con varias versiones y diferente duración. Luego de elegir canción y preparar tu equipo, comienzas a jugar con un sistema que combina elementos de Osu! con algo de Hatsune Miku: Project DIVA. Tendrás que presionar cualquier botón y seguir las rutas, en caso de que lo marque la pantalla. Lo importante es ser preciso para que los ataques sean críticos y hacer cadenas largas para evitar el daño. Este sistema parece simple, sobre todo porque ya no hay que presionar la pantalla con un stylus, pero exige atención y habilidad con los dedos. La transición a controles es muy buena, y si has jugado títulos anteriores quedarás muy satisfecho.
Algo que me dejó muy contento es que todas las canciones tienen algo único en sus patrón. Por ejemplo, algunos exigen que muevas la palanca arriba y abajo, haciendo formas onduladas o que presiones alguna dirección con ambos sticks. Estos distintivos ayudan a que los juegos de ritmo den la sensación de estar jugando algo distinto con cada canción y que se disfrute más jugar alguna canción. Después de tanto jugar Overworld es seguro que te vuelvas un maestro y busques retos nuevos. Pensando en esto, Theatrhythm: Final Bar Line incluye un modo multijugador en línea. Aquí pondrás a prueba tu poder contra 3 jugadores, pues además de cuidar tus movimientos, deberás estar al tanto de las trampas que se pongan frente a ti. Mientras sigas tu cadena de críticos y aciertes serás recompensado con trampas que pondrán botones fantasma, objetos que cubran la visión de tus rivales o harán cambios en la velocidad de las notas. Este modo es una buena forma de darte un respiro pero eso es todo. Al ganar subirás de rango y recibirás algunas Collecta Cards, nada más.
También vale la pena hablar de la dificultad. En resumen, es adecuada y ajustable en varios niveles; existen 3 dificultades principales y puedes cambiarlas sin restricciones. Algunos objetivos te pedirán alguna de forma específica y naturalmente recibirás más puntos cuando una canción sea más difícil; la buena noticia es que el juego no te obliga a jugar canciones exageradamente complicadas para seguir adelante. Esto no quiere decir que sea un paseo por el parque, pues el reto es la mejor parte de los juegos de ritmo y Theatrhythm: Final Bar Line cumple con creces este apartado. Sentir que mejoras tu velocidad y precisión en cada canción es muy satisfactorio.
Además de sus controles, este juego de ritmo brilla por su diseño minimalista que da identidad a la franquicia. El concepto de Theatrhythm parte de las puestas en escena con escenarios donde una obra va cobrando vida. Los protagonistas cuentan una historia distinta en cada acto y, aunque no sean fieles a los héroes de las historias originales, pueden identificarse algunos distintivos. Es casi como si fueran marionetas que pueden cambiar de vestuario según sea el caso, pero sus movimientos emblema van más allá. Podrás verlo si desvías la mirada de los patrones que aparecen en pantalla y observas a tus personajes pelear contra los enemigos. Por cierto, hay un detalle menor que puede resultar confuso, ya que normalmente cada canción es temática y aprovecha los enemigos de cada juego. Por ejemplo, si es Final Fantasy VI te cruzarás con Kefka, pero al eliminarlo puede aparecer Ifrit o Shiva, que no pertenecen a ese universo. Esto no afecta al juego, pero resulta curioso.
Las lista de canciones consienten a quienes hemos seguido a Final Fantasy desde sus orígenes. Si tienes una canción favorita es probable que la encuentres aquí, sin importar si se trata de la línea principal o de algún spin off. Eso sí, es probable que no encuentres algunas versiones; por ejemplo, algún tema con arreglos de The Black Mages. También toma en cuenta que no se incluyen canciones de otras franquicias de Square-Enix en el juego base, pero podrás adquirirlas como DLC de paga. Los paquetes incluyen The World Ends With You, Chrono Trigger, NieR y Octopath Traveler, entre otras. Los paquetes irán llegando poco a poco y podrás adquirirlos todos en la versión digital deluxe o por separado.
Aunque es evidente la saturación de contenido de paga, las canciones incluidas con el juego base son suficientes para entretenerte por horas. Por cierto, hay un gran ausente que no llegará a Theatrhythm: Final Bar Line; es una lástimaque Kingdom Hearts no formará parte del juego porque tiene su propio título musical... me refiero a Kingdom Hearts: Melody of Memory.
El desempeño de Theatrhythm: Final Bar Line en la versión para Nintendo Switch (que jugué para esta reseña) es bueno. En el dock y modo portátil pude jugarlo sin complicaciones; de hecho, me parece que se disfruta más en su versión para llevar. El juego fue pensado para consolas portátiles en sus orígenes y su formato tipo arcade es ideal para jugarlo en cualquier momento. Es claro que el juego es poco exigente por su presentación, pero es importante que no presente problemas por temas de precisión. Finalmente, el apartado sonoro es primordial y la música de fondo se combina con algunos efectos y los sonidos de la batalla sin ensuciar las melodías.
Theatrhythm: Final Bar Line es el punto más alto de una saga dirigida a los melómanos y a quienes buscan poner a prueba sus habilidades. A primera vista, esta posible carta de despedida es un gran paquete que los fans de Final Fantasy apreciarán, pero también mantiene un alto estatus como juego de ritmo con un sistema de juego bien diseñado. Es probable que los seguidores de Theatrhythm echen de menos el formato con la pantalla táctil, pero es fácil acostumbrarse a los cambios. Además de estos cambios encontrarás pocas sorpresas porque se nota que querían entregar una recopilación antes que una fórmula distinta. El formato arcade provoca que el modo principal y el multijugador se sientan como un acompañamiento por su simpleza y falta de incentivos para los jugadores casuales. Por otro lado, si amas Final Fantasy y lo tuyo es ponerte a prueba, Theatrhythm: Final Bar Line te dará horas de diversión.
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