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Los metroidvanias son complicados porque a veces es difícil descifrar nuestro siguiente paso o lo que tenemos que hacer; por lo mismo, la exploración profunda es vital para poder progresar. Astronite es mucho más difícil porque, además de que cumple con esto, es sumamente exigente y requiere que cada uno de nuestros movimientos sea preciso.
Jamás había jugado un metroidvania tan castigador y complicado. Más allá de que por momentos me perdí y de que algunos enemigos son difíciles de eliminar, el plataformeo es muy ajustado y cualquier paso en falso significa tener que intentarlo de nuevo. En algunas ocasiones, esto me motivó a seguir intentándolo, pero algunos sectores o muertes fueron tan injustas o difíciles, que el estrés me superó.
Prepárate para el reto
Astronite es muy fiel a la vieja escuela, pues además de su pixel art sencillo y con únicamente 2 colores, trata de dar la menor información posible para que obtengamos las respuestas conforme progresemos. Además, como en los primeros metroidvanias, cada vez que morimos renacemos en un punto de guardado. Esto es algo que los títulos modernos dejaron de lado, pero aquí es muy importante buscarlos y guardar.
Un juego más moderno del que toma inspiración es Hollow Knight. Primero, porque cada vez que morimos debemos ir a ese punto a recoger nuestros recursos (algo que originalmente se implementó en otros títulos). En segundo lugar, porque el combate es parte crucial para avanzar. Lastimosamente, el de la entrega de Team Cherry es mucho mejor, pues el de Astronite es básico y a veces juega en nuestra contra.
Al ser tan parecido a un videojuego de NES, únicamente tiene 4 direcciones a las que podemos apuntar, lo que resulta muy incómodo para los estándares y juegos de hoy porque los enemigos se mueven en todas direcciones y casi siempre nos quedan esquinados. Algunos títulos de la era de 8 bits permiten apuntar a las esquinas, pero Astronite, no.
¿Creen en el amor a primera vista?
El afán de querer ser un juego retro en una época en la que constantemente hay metroidvanias nuevos que buscan innovar termina por afectarlo. En general, Astronite recoge muchos elementos de varias entregas, clásicos y modernos, pero aporta poco. Por ejemplo, su estilo visual en blanco y negro, que al instante recuerda a Gato Roboto y Undertale juega en su contra.
Lo digo porque en un género tan saturado es importante resaltar desde lo visual. Los ejemplos perfectos son la saga de Ori, Blasphemous, Hollow Knight y ELDER LILIES, que con sólo verlos ya dan ganas de jugarlos. Gato Roboto no destaca por sus colores o estética, pero al menos tiene a un gatito, mientras que en Astronite nada puede ser un gancho instantáneo. Es una lástima, porque vale la pena probarlo.
No aseguro que sea del agrado de todos porque hay personas que prefieren otro tipo de entregas o que juegan para relajarse y evitan estresarse, pero definitivamente su dificultad es ideal para los gamers más hardcore. Esa es su única distinción.
Mucho reto y poco premio
El plataformeo siempre ha sido vital para los metroidvanias, y es común llegar a una parte donde pensamos “es imposible seguir”, pero conforme conseguimos mejoras y habilidades nos vamos armando lo suficiente para cumplir cualquier objetivo. En Astronite es rara la ocasión en que sintamos lo mismo, porque en general hay muy pocas herramientas nuevas que podamos conseguir.
Al inicio de la aventura, se nos despoja de nuestra arma, jetpack, dash y habilidad para respirar bajo el agua, y la primera misión es obtener todo de vuelta. Una vez que lo hacemos, sólo nos falta conseguir mejoras para cada herramienta. Esto lleva a que la exploración sea emocionante por momentos breves, porque muy temprano en el juego ya tenemos casi todo de regreso, y sólo falta explotar al máximo cada uno.
Además, hay zonas extremadamente complicadas, donde cada acción debe ser milimétrica y muy bien pensada, y hay que recorrerlas por completo. Únicamente se nos premia con una mejora para el arma, jetpack o dash, y cuando reunimos varias se nota la diferencia, pero individualmente sólo nos hace pegar corajes porque sentimos que nuestro esfuerzo se recompensó con muy poco.
El principal problema de que la exploración sea tan poco emocionante en este sentido es que la única manera en la que conseguimos otros objetos es en la tienda. En ella están el mapa, una habilidad para ver la salud de los enemigos, otra para conseguir un corazón extra, para causar el doble de daño, etc. Son varias que bien pudieron estar en el mapa, pero en su lugar tenemos que farmear para conseguirlas.
Afina esa garganta, que vas a gritar del coraje
La desventaja de que al morir perdemos nuestros recursos es de lo más común en Astronite, así que es probable que muchísimas de las veces en que vayamos a recoger nuestra alma nos maten y perdamos todo, lo que genera mucho enojo, pues las mejores de la tienda son muy útiles. Tal vez haya quienes no sufran esto, pero los gamers menos experimentados lo vivirán, y dudo que tengan paciencia para seguir avanzando.
Además, los puntos de guardado están bastante separados, así que debemos recorrer varias zonas muy complicadas para estar seguros. Si morimos en el camino, se nos regresa mucho espacio, y por lo mismo es muy probable que perdamos los recursos en muchas ocasiones.
Por todo eso, llega un momento en que este título funciona mejor como uno de acción, aventura o hasta un souls, pues los elementos que lo hacen un metroidvania están implementados de manera floja. Lo que lo salva es que pasar cada sección, acertijo o batalla es sumamente satisfactorio y nos motiva a seguir adelante, pues nos hace sentir indestructibles y todopoderosos.
No todo es estrés
Tanta traba hace que el flujo de juego sea turbulento y rocoso, pero en las partes que conecta es sumamente disfrutable. Hay un punto donde la historia comienza a decirnos más y destapar secretos o caminos de forma natural. De pronto no enteramos de que el villano principal tiene motivaciones y los jefes interactúan contigo antes de luchar, no sólo aparecen y tratan de matarte, así que es muy divertido encontrarlos.
Hablando de jefes, todos son brutales y tienen un gran diseño, pero curiosamente, no se sienten tan injustos. Hay zonas del mapa infestadas de obstáculos y enemigos, y en esos momentos Astronite se torna muy frustrante, pero los bosses, aunque al principio son muy difíciles, rápidamente revelan sus patrones y con la práctica es más sencillo derrotarlos, sobre todo si hemos recogido muchas mejoras.
Sorpresivamente, la variedad de enemigos es amplia. Al principio parece que serán los mismos, sobre todo porque el estilo artístico de muchas zonas es similar, pero conforme avanzamos y nos sumergimos, encontramos nuevos que atacan de diferentes maneras. Destruirlos no es tan complicado hasta que llega una parte del juego en donde, por razones de la historia, se vuelven el doble de resistentes, algo que resulta abrumador.
Aunque el título tenga pocas recompensas valiosas como un arma nueva o un traje diferente, al menos el mapa y sus habitantes son ese motivador necesario, pues la curiosidad de saber qué hay adelante es la razón para seguir intentando. Hay varias zonas dentro del planeta; unas son neutrales y otras como de agua o de hielo, así que los retos y la forma de superarlos cambian.
Veredicto
En conclusión, Astronite cumple con funciones básicas de un metroidvania pero también hay otras que pasa por alto. Por momentos, es mucho más similar a Celeste que a Metroid o Castlevania, con la diferencia de que en Celeste hay un modo asistencia, por lo que la dificultad y exactitud del plataformeo puede alejar a muchos jugadores que rara vez prueban el género o que buscan experiencias más sencillas.
En caso de que seas un jugador de la old school y te gusten los retos y castigos, Astronite es una mina de oro, pues aunque algunas muertes o partes parecen injustas, la mayoría de las veces avanzar depende completamente de ti y tus habilidades. Por lo mismo, derrotar a un jefe o pasar una zona llena de picos y plataformas es extremadamente satisfactorio; lamentablemente, la mayor parte del juego ese es el único premio.
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