Ha pasado más de una década desde que las batallas entre mascotas cimbraron al mundo; a partir de entonces hemos visto desfilar cientos de títulos con esta temática, la mayoría para las consolas portátiles de Nintendo. Al parecer la fórmula sigue siendo exitosa y franquicias como Fossil Fighters siguen buscando ese segmento del mercado.

Tras lograr un considerable triunfo en Jápon y uno más moderado en América con el primer Fossil Fighters, Nintendo SPD lanzó el segundo título de la saga Fossil Fighters: Champions para Nintendo DS, una nueva aventura en la que los dinosaurios son desenterrados, revividos y entrenados para deleitarnos con feroces peleas y ganar un campeonato.

Así es, se trata de atrapar fósiles, no animales, lo que daría otro título al juego, uno mucho más comercial; sin embargo, es precisamente esa diferencia su principal atractivo. La búsqueda, extracción y limpieza de los restos óseos de antiguos animales prehistóricos es lo que separa a Fossil Fighters de Pókemon.

No encontrarás una historia compleja ni dinámicas de juego variadas como en los títulos de este género, aquí todo gira en torno a las batallas y al desarrollo de tus mascotas, aspectos sumamente cuidados por los desarrolladores. Sin embargo, la robustez y profundidad de estas características no compensan el hecho de que tanto el sistema de combate como la historia padecen del mismo mal, pues para entender lo que está pasando o para saber cómo combatir tenemos que pasar por una enorme cantidad de diálogos en texto que sólo desaparecen hasta oprimir un botón, de modo que el interés que puedas tener en la trama probablemente se vea sesgado por el ímpetu de avanzar.

Toda la aventura de desarrolla en Ribular Town, un pequeño pueblo cuya economía seguramente gira alrededor de las peleas de vivosaurs, pues sólo encontrarás instalaciones para este fin, por ejemplo hay en una tienda de compraventa de fósiles y objetos relacionados donde puedes conseguir mejoras para tu equipo de exploración y de limpieza; una establecimiento especializado en la limpieza de fósiles donde puedes recibir dinero por limpiar los huesos de otros entrenadores y por supuesto, una arena donde se realizan las batallas del torneo.

Ribular Town colinda con Teasure Lake, un lago donde puedes buscar fósiles de vivosaurs terrestres y marinos. Jungle Labyrnth también está en las afueras del pueblo y se trata de una enorme selva donde hay restos de vivosaurs aéreos y de fuego; en ambos sitios encontrarás a otros entrenadores a quienes puedes retar a duelos amistosos que ayudan a mejorar las habilidades de las mascotas guerreras.

La limpieza de piezas probablemente sea la parte más entretenida de este juego, pues desenterrar los fósiles es una experiencia que incluye varias actividades y herramientas. Es necesario retirar una capa de piedra y tierra que cubre los huesos de los nanosaurios y para eso tenemos tres instrumentos: un martillo con el que se eliminan las partes más grandes de la cobertura, rayos X para identificar el lugar donde se encuentran los huesos y evitar dañarlos, y finalmente el taladro, que ayuda a limpiar las partes más delicadas y pequeñas. Para realizar la tarea tendrás un límite de tiempo y un límite de daño, pues si golpeas con mucha fuerza o con mucha insistencia, puedes dañar los huesos y perder tu fósil. Si lo limpias de manera satisfactoria el fósil irá directo a una máquina donde se reviven los vivosaurs y de ahí se trasladan a tu inventario.

Fossil Fighters: Champions es un juego con un par de implementaciones entretenidas e interesantes al sistema de juego conocido por todos de atrapar criaturas, pero la excesiva cantidad de diálogos y la complejidad del sistema de pelea alejarán a una buena cantidad de posibles compradores, que en este caso son los niños.