Cada año, las salas de cine de todo el mundo se ven invadidas por la ola de películas de verano; una tras otra, salen producciones a gran escala en las que se gastan millones de dólares para filmar y producir efectos especiales y para contratar actores de renombre con la finalidad de apoderarse de las taquillas internacionales. En 2013 hemos recibido agradables sorpresas y visto fracasos de todo tipo; ahora toca el turno de la cinta que cierra con broche de oro esta época de locura visual en la que robots gigantes pelean contra monstruos; hablamos de Titanes del Pacífico. Suena ridículo e incluso muchos quieren evitarla sin pensarlo, pero cuando sabemos que la mente maestra de Guillermo del Toro, experta del género fantástico, es quien la dirige, la atención de propios y extraños se vuelca rápidamente hacia lo que podría ofrecernos.

Olvida por completo lo que has visto antes, Transformers, por mencionar un ejemplo. Titanes del Pacífico muestra el verdadero significado de las batallas a gran escala. El exceso de efectos y explosiones nunca se había visto mejor, cada instante de la acción está acompañado de imágenes sorprendentes que te harán agradecer que la producción sea de esta época y no cuando se hacían con marionetas gigantes sobre maquetas. Es claro por qué Warner confió ciegamente en este proyecto y dejó todo en manos de del Toro, considerado por muchos un director de culto de la cultura pop.

La película inicia con la definición de 2 términos: el japonés Kaiju, que significa monstruo, y el alemán, Jaeger, que quiere decir cazador. La Tierra está bajo ataque; la aparición de un abismo dimensional en las profundidades del Océano Pacífico permitió la llegada de bestias colosales que buscan destruir todo a su paso: los Kaijus. La cinta, lejos de mostrar el origen de estos monstruos o de explicar la razón por la que la humanidad construyó a los Jaeger para eliminarlos, narra cómo han logrado sobrevivir todos esos años y ahora, cuando parece que el final está cerca, los monstruos evolucionan para contrarrestar las defensas creadas por la humanidad.

Guillermo del Toro, ha hablado de su amor al boom japonés que vivió en su infancia y esto se refleja a la perfección en la cinta. Desde el inicio, las imágenes en pantalla harán regresar a su niñez a todos aquellos que soñaban con Ultraman, Rodan, Mothra y Godzilla, ahora remasterizados para un nuevo público; no hay que esperar menciones directas, sólo guiños a la antología de monstruos y robots que inspiraron al director, quien incluso se tomó la libertad de colocar elementos lovecraftianos que se le había negado incluir en otros proyectos.

El elenco no cuenta con actores de renombre; del Toro en lugar de buscar caras famosas, usó las que encajaran a la perfección en los papeles de los pilotos de los mechas. Charlie Hunnam (Sons of Anarchy) y Rinko Kikuchi (Babel) son los protagonistas, quienes tendrán que lidiar con sus propios demonios antes de poder tomar el control de los Jaeger. Tal vez te parezca que la interacción de los personajes humanos queda relegada frente a tantos efectos, pero cada protagonista tiene su historia, donde nos explica la razón por la que se vuelven pilotos; aún cuando el guión no las aborda de manera profunda.

En los papeles secundarios, destaca Idris Elba (Thor, Prometheus), quien demuestra que impondrá su sello, sin importar el personaje. También está presente Ron Perlman (Hellboy) como un traficante, que en realidad agrega un elemento cómico. Y aquí hay es importante enfatizar que la línea de del Toro con sus personajes es la búsqueda de acción con toques de comedia. Es claro que ningún actor estará nominado a algún premio de la Academia, pero los personajes tienen sentido y cada uno busca llenar un rol esencial dentro de la trama.

Si eres de los que prefiere mantenerse virgen cuando se trata de ver trailers de películas, estarás feliz de saber que aunque se ha mostrado mucha acción en ellos, queda mucho por ver en el producto final. No vamos a revelar detalles, pero la magnitud de las peleas no tienen comparación con otra cinta que hayamos visto; este es el filme que Guillermo del Toro imaginó para todos aquellos que jugaban a destruir el mundo con sus muñecos y pequeños robots.

Industrial Light & Magic, encargados de los efectos, nuevamente se lucieron. Tus pupilas reventarán con explosiones demenciales y destrucción masiva, a las que se suman increíbles batallas acuáticas y estupendas secuencias de acción. Recuerda que los mechas y los monstruos son entidades gigantescas, por lo tanto, es necesario recrear a la perfección y con naturalidad cada aspecto de la devastación generada, así como representar a los Kaijus como bestias anormales, que liberan ácido y tienen un brillo azul único.

Los titanes robóticos necesitan ser controlados por pilotos mediante una conexión neuronal, algo quizá la resulte familiar a los conocedores de animes como Evangelion, sin embargo, Guillermo del Toro se basó en los antepasados de éste. Cada piloto controla un hemisferio cerebral del robot y al unir memorias y mentes, se hacen uno con la máquina. Esta es la razón por la que resulta tan importante que los 2 humanos sean compatibles, pues una conexión fallida puede resultar en la inactividad del Jaeger.

Este es el tributo de Guillermo del Toro al Japón que nos entregó el origen de las historias de robots contra monstruos. Inmensas batallas, increíbles escenas de destrucción y una trama que aunque ligera, acierta al otorgar una sensación de satisfacción al terminar la película. Titanes del Pacífico puede abrir las puertas a nuevos Blockbusters en los que no sea necesario incluir caras bonitas para lograr algo de calidad, sino que se enfoquen en agradar a los fanáticos. Prepárate para, en palabras de Guillermo del Toro, “el mejor porno Robótico” del verano.