{"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/34668\/34668_64x64.jpg","nickname":"Doble_D","user_name":"Daniel Dehesa","user_link":"\/usuario\/Doble_D","posts":349,"theme":"default","cover":false,"status":true} por
{"src_avatar":"https:\/\/cl2.buscafs.com\/www.levelup.com\/public\/uploads\/images\/34668\/34668_64x64.jpg","nickname":"Doble_D","user_name":"Daniel Dehesa","user_link":"\/usuario\/Doble_D","posts":349,"theme":"default","cover":false,"status":true}
Aunque la robusta industria del pixel está saturada de reinvenciones o ideas prestadas, es necesario valorar cada título por sus cualidades particulares. Es así que a pesar de las sospechosas similitudes de este petulante doctor en arqueología con cierto profesor erudito, Doctor Lautrec and the Forgotten Knights amerita mirarlo bajo una luz diferente, pues toma un rumbo peculiar al agregar elementos interesantes si bien poco provocativos al esquema clásico de resolución de acertijos.
Así las cosas, explorar ruinas subterráneas, resolver acertijos ancestrales y pelear contra seres sobrenaturales, actividades que para nosotros serían extraordinarias, en la vida de Jean-Pierre Lautrec y su devota asistente son afán cotidiano; pero incluso sus tareas habituales se alteran cuando toman posesión de un mapa que muestra la ubicación de los tesoros perdidos de Luis XIV, el descubrimiento del siglo si es que logran revelar los secretos. Como siempre, la misión no es tan sencilla y al igual que ellos, la misteriosa orden de los Caballeros de la Máscara de Hierro está en busca de las codiciadas riquezas. Bajo esta premisa tenemos una narrativa atestada de diálogos tanto hablados como escritos que guían la aventura, la que lamentablemente se ve obstruida de manera constante por un ritmo lento y conversaciones irrelevantes a la trama, al grado de desviarte del objetivo principal. Es una situación especialmente triste, pues los personajes son interesantes y se benefician de un buen desarrollo, sin embargo, la información de cada uno es tangencial al eje argumental y son meras distracciones que al final lucen como simple relleno y nos dejan ante una experiencia que dura más de treinta horas, pero que rara vez estimula la curiosidad.
La propuesta de Forgotten Knights está dividida en tres partes que siguen un patrón y se darán de forma cíclica hasta el final del juego: exploración, sigilo y batalla. Primero obtienes la misión y un mapa de tesoro, tras analizar la información debes guiar a Lautrec a través de París para que encuentre un destino específico que lo conducirá a las catacumbas de la metrópoli; lo llamativo de cada locación es que se trata de una fiel representación de lugares reales en la Ciudad de las luces, como la catedral de Notre Dame o el Louvre, y a modo de visita turística, en todo lugar que visites te darán datos históricos. El problema es que antes de dar con el objetivo deambularás de un lado para otro mientras los protagonistas deciden qué rumbo tomar, discusión en la que nunca podrás tomar parte; serás un simple espectador en tanto los personajes resuelven enigmas que se sumarían a la oferta de entretenimiento si se permitiera al jugador participar en su solución.
Ya sumergidos en las fauces del subsuelo, la tarea es llegar al cuarto del tesoro y evitar que te vean los policías que han montado guardia para detener a los saqueadores. Bajo una perspectiva isométrica, la idea es ocultarte tras las paredes y estar al pendiente de las rutinas de cada guardia, aunque más que un desafío mental, implica paciencia. Tras evitar ser descubierto, encontrarás puertas cuyo cerrojo es un acertijo, pero nada que desafíe tu materia gris, pues las pruebas van de encontrar las diferencias entre dos pinturas hasta dar con la siguiente secuencia en una ciclo de figuras, pasando por acomodar piezas para armar una imagen; son entretenimiento estimulante las primeras veces, pero dado que la variedad es poca y estarán presentes durante todo el juego, terminan por cansarte y caer en lo extremadamente predecible.
Por último, ya que te abriste paso hasta la habitación del tesoro, te involucras en una exótica batalla al estilo RPG. En este punto te das cuenta de que las misteriosas reliquias que buscas contienen espíritus y el único modo de reclamarlas es si las derrotas con otras entidades mágicas. Para ello, se muestra una arena circular con pedestales en los que puedes poner a tus peleadores, y varios factores influyen en la batalla: potencia de ataque y defensa del enemigo, jerarquía de los dos espíritus y posición de cada plataforma. Es una especie de tablero estratégico, el inconveniente parte de que no se dan explicaciones de su funcionamiento, y a la necesidad de hacer combinaciones o aprovechar las capacidades de cada criatura, te atienes a un tortuoso proceso de prueba y error. Una vez terminada la misión, y habiendo reclamado tu premio, eres arrastrado a la superficie para repetir la labor una y otra vez.
Este excéntrico y flemático doctor en arqueología del Museo de Historia Natural de París es la respuesta de Konami al hueco que dejó Professor Layton en el 3DS, por ello no podemos culpar la intención de crear algo similar, sin embargo el inconveniente no es el parecido, sino la falta de enfoque. Doctor Lautrec tenía mucho potencial, con su extraña mezcla de Pokémon, Indiana Jones y Metal Gear y hasta algunos toques de las novelas de Dan Brown, su pecado es que falló en reunirlos para ofrecer una experiencia divertida. Cada componente del juego tiene cierto atractivo, pero después de las primeras horas pierde el encanto, y en conjunto también fue incapaz de capturar la magia de la franquicia que le sirvió de inspiración. Lo más desconcertante de todo es la falta de dificultad, elemento esencial en un título de acertijos, y el hecho de que rara vez te sientes parte de la acción y en su lugar queda la incómoda sensación de tener en tus manos una propuesta educativa con pintorescas secciones interactivas.
Comentarios
Mejores
Nuevos