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Cuando Square Enix anunció el desarrollo de un remake de Secret of Mana mi reacción inmediata fue de emoción. Pensé: “después de tantos años de espera, uno de los JRPG más emblemáticos de los 90 viene de regreso y seguro lo hará mejor que nunca”. Todo el optimismo se derrumbó cuando terminé de ver su avance revelación. Sus gráficos similares a los de un juego para móviles y una poco atractiva actuación de voz me hicieron pensar que se trataba de un simple proyecto de bajo presupuesto y en el que había poco esfuerzo.
Así pues, comencé a jugar Secret of Mana para PlayStation 4 lleno de escepticismo. No había manera de que el remake fuera una experiencia tan agradable como la del juego para Super Nintendo y mucho menos que lo superara en algún sentido. Afortunadamente, no tuvo que pasar mucho tiempo para que me diera cuenta de que me equivocaba en unas cosas.
Una vez que terminó la descarga de la PlayStation Network, la nostalgia me invadió gracias a una escena introductoria que es prácticamente una calca de la del lanzamiento original. Apelar a este tipo de sentimientos es una manera efectiva de erradicar toda predisposición negativa, así que cuando inicié una nueva partida y vi las ilustraciones de la presentación de la historia desapareció el cinismo y decidí cambiar de actitud y dar una oportunidad al juego.
Una presentación sin mucho encanto
Es claro que el tema más controversial del remake son los gráficos, así que comenzaré por ahí. El apartado visual de Secret of Mana es mejor que el del primer trailer y los videos con gameplay que liberaron hace meses. La versión final del remake presenta mejor iluminación, mayor contraste y sombras más cuidadas. Tampoco debes esperar una diferencia enorme, pues son ajustes sencillos que simplemente entregan gráficos que lucen un poco más refinados.
El verdadero problema de los gráficos se encuentra en su estilo. Secret of Mana para SNES actualmente no es considerado un juego impresionante en este sentido; sin embargo, sus personajes y escenarios capturaron el encanto de las ilustraciones de Hirō Isono. Por su parte, el remake opta por un estilo chibi similar al de Adventure of Mana y el remake de Final Fantasy IV, aunque con texturas de más calidad. Esto tiene como resultado un juego que, si bien no luce mal, tampoco tiene las cautivadoras ilustraciones que forman parte esencial del alma de la franquicia Seiken Densetsu.
Los cambios visuales también están presentes en los escenarios y mapas, los cuales se ven un poco más grandes y abiertos. En general, son copias fieles de los originales, por lo que reconocerás cada lugar de inmediato, pero también hay un minimapa que presenta cada escenario justo como se veía en el Super Nintendo.
El remake cuenta con nuevas cutscenes que muestran partes de Secret of Mana desde otra perspectiva. Lo malo es que los personajes en ningún momento mueven los labios y sus animaciones faciales son un poco limitadas. Esto no es del todo malo, pero cuando lo combinamos con las pobres actuaciones de voz en inglés, obtenemos escenas nada atractivas.
El otro gran cambio en la presentación de Secret of Mana es una banda sonora con remixes de los temas compuestos por Hiroki Kikuta. Esta versión del soundtrack tiene sus altibajos: algunas canciones suenan frescas y llenas de energía, pero otras son molestas ―como el tema de peleas contra jefes―. Lo bueno es que en el menú de opciones puedes seleccionar la banda del juego de 16-bits.
En mi tiempo con Secret of Mana encontré un par de bugs visuales. El primero apareció cuando, después de ver la pantalla de Game Over, cargué el archivo de guardado rápido. Cuando volví al juego vi que el espíritu de Primm era dorado y no gris. Una vez que la reviví al dormir en un hostal su cuerpo seguía teniendo tonalidades doradas por todas partes. El segundo bug que noté ―si es que puede llamarse así― es que al morir se pone la pantalla en negro e inmediatamente después aparece una captura del momento en que perdí. Fueron detalles muy pequeños e incluso puedo parecer quisquilloso por quejarme, pero representan una falta de cuidado de parte de los desarrolladores.
Modernizando un clásico
En miles de ocasiones se ha dicho que Secret of Mana es un clásico y no es para menos, ya que se trata de uno de los RPG de acción más influyentes de la historia y fue pionero de varios conceptos ―como la barra de stamina― que actualmente van de la mano del género.
Modificar las mecánicas básicas habría sido un sacrilegio por parte de Square Enix, así que tomaron todo lo que hizo especial al juego y lo dejaron como era en Super Nintendo. Por otro lado, hay que recordar que Secret of Mana no era perfecto, por lo que Square Enix aprovechó la ocasión para pulirlo y refinarlo.
Una de las características que destacan es el esquema de control. En general, es igual que en Secret of Mana para SNES al presentar un botón de acción, uno para correr, otro para abrir el menú del personaje elegido y un último para abrir la configuración de los aliados. Lo interesante es que el remake cuenta con la opción para asignar ciertas armas, objetos o hechizos a los botones R1 y L1. ¿Recuerdas los calabozos en los que a cada rato tenías que cambiar entre el látigo y la espada? Pues eso ya no será molesto puesto que podrás elegir otra arma con sólo presionar un botón. ¿Te cansaba abrir el menú constantemente para usar la magia más efectiva contra un jefe específico? No te preocupes, ahora basta con que la asignes a uno de los búmpers para que la acción no se detenga.
Aunque la existencia de estos hotkeys es bienvenida, no puedo dejar de pensar en que su potencial no se explotó por completo. Me refiero a que los gatillos (R2 y L2) no se usan y pudieron aprovecharse para tener acceso rápido a más acciones. Entiendo que el PS Vita no cuenta con estos botones, pero no hay razón para la que la versión para PS4 no deba tener la opción.
La acción de cambio de personaje ahora está asignada a la cruz direccional del DualShock 4. Si bien pasar de Randi a Primm o Popoi no era complicado con el control de Super Nintendo, la acción se siente más rápida en PlayStation 4. Aunque parece poca cosa, este hecho me motivó a cambiar mi estilo de combate para usar a cada aventurero en distintos momentos de la batalla.
El cambio de control de la cruz direccional al stick análogo también se ve reflejado en Secret of Mana para PS4 al ser la base de un sistema de movimiento que se siente más fluido. Esto también tuvo impacto en mi manera de pelear, ya que ahora resulta más fácil acercarse a los enemigos desde distintos puntos del escenario.
Algo que agradezco infinitamente es la función de autoguardado. En mi tiempo con el Secret of Mana original pasé horas haciendo grinding en un lugar para después perderlo todo por no tener cuidado y morir. Gracias a que el remake guarda cada vez que aparece una pantalla de carga esto ya no es un problema. Eso sí, la función llega tras el sacrificio de uno de los espacios de guardado ―ahora hay 2 en lugar de 3―; no obstante, dudo que esto sea un problema, ya que quien necesite más simplemente puede crear otro perfil en su consola.
Ahora bien, aunque puedes jugar Secret of Mana como un single player, fue su modo cooperativo el que atrajo a muchos. Esto es igual en el remake y, una vez que tengas suficientes miembros en tu equipo, podrás reunirte con otros 2 amigos para disfrutarlo. El modo es prácticamente igual que en Super Nintendo, lo cual podría ser perfecto… Por ejemplo, aunque Square Enix aseguró que no sería así, el ritmo de batalla se detiene cuando un jugador quiere usar un hechizo. Además, me parece un error que el jugador 1 sea el único con la opción de elegir las hotkeys y tampoco estaría de más la opción de multijugador online.
Para los que prefieran jugar solos, Square Enix implementó nuevas opciones de inteligencia artificial, las cuales permitirán decidir el comportamiento de los aliados. La característica no es muy profunda porque únicamente presenta 3 estilos de combate ―atacar al mismo enemigo, apoyar a uno de los aliados o ir en contra de los enemigos que nadie esté atendiendo― y dejarte elegir el nivel de carga para sus ataques. El único detalle es que aún hay ocasiones en que se quedan atascados en zonas de los escenarios.
Este remake era la oportunidad perfecta para que Square Enix arreglara todos los problemas del original, pero persisten molestos detalles, como que las tiendas no te informan si el equipamiento que estás a punto de comprar es mejor o peor al que tienes. Además, la detección de golpes presenta muy pocos ajustes, por lo que habrá ocasiones en que tu arma toque a un enemigo y el daño no se registre.
La historia de siempre
El esqueleto de la historia de Secret of Mana es prácticamente el mismo al del título de 1993: tomas el control de Randi, un chico que después de sufrir una estrepitosa caída encuentra una legendaria espada enterrada en una piedra. Randi la retira después de que un espíritu misterioso lo invita a hacerlo, pero su acción aparentemente inocente marca el inicio de una nueva era de inestabilidad en la que distintas facciones lucharán por el poder de Mana.
En la narrativa del remake se añadieron líneas de diálogo que expanden la relación entre Randi, Primm y Popoi que usualmente salen cuando descansas en un hostal después de completar algún punto importante de la historia. Ten en cuenta que no afectan a la historia principal y únicamente exploran más las personalidades de los protagonistas y sus motivaciones.
Como mencioné, el remake también cuenta con cutscenes nuevas donde Square Enix muestra la historia del RPG desde una perspectiva cinematográfica, sin embargo, la pobre animación y la mala actuación de voz hacen que salgan sobrando. Cada vez que las veía pensaba en lo bien que lucirían si siguieran la misma línea que la introducción. Es decir, si fueran secuencias con ilustraciones y poca animación con un narrador que explicara lo que está pasando.
Un remake que vale la pena, pero no levanta los estándares
A fin de cuentas, es evidente que Secret of Mana no eleva los estándares de los remakes, pero está lejos de ser lo pésimo que muchos esperaban. Sí, es un trabajo que se queda corto en comparación con lo que los fans de Seiken Densetsu esperaban del regreso de su entrega más célebre; sin embargo, tiene un inmenso respeto por la obra original al conservar los elementos que lo hicieron un clásico y modernizar algunos detalles. Me atrevo a decir que varias de sus novedades hacen que sea su versión más accesible disponible en consolas.
Pese a los problemas, el remake de Secret of Mana es una experiencia tan divertida y emocionante como la original. Debajo de todos sus errores y los polémicos cambios visuales, está el mismo juego del que era casi imposible despegarme y que reinicié decenas de veces sólo por regresar a su mundo.
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