Arkane Studios se ha consagrado dentro del género de sigilo con maestría. Con Dishonored, la secuela y más recientemente con Prey, el estudio ha obtenido una tracción impresionante gracias a la cuidadosa creación de mundos sistemáticos que generan completa admiración. Ahora sabemos que son dignos sucesores de lo que Looking Glass Studios construyó a finales de los 90 y se han consolidado+ como los actuales amos del género de sigilo y los simuladores inmersivos.

De esta forma, Dishonored ocupa un peldaño especial por ser la primera entrega que nos embarcó en una entrañable historia de venganza y retribución, que fascinó a propios y extraños y exaltó las filosofías de diseño que pensábamos perdidas. El lanzamiento de Dishonored: Death of the Outsider es un acontecimiento especial que pone punto final a la historia de Emily Kaldwin, pero no a la ficción del universo que cuidadosamente fue construido a lo largo de los años.

Dishonored: Death of the Outsider es la más reciente entrega del estudio, un lanzamiento Stand-Alone que toma lugar después de los sucesos de la última entrega, Dishonored 2, por lo que es evidente que conocer la franquicia es un requerimiento para poder disfrutar plenamente este lanzamiento. Los que han tenido la fortuna de jugar Dishonored saben que sus acciones repercuten dentro de la historia; por ejemplo, si preferías transitar avenidas sangrientas en vez otras calmadas y oscuras, lo más probable es que tus crueles acciones se vieran reflejadas en el final. De acuerdo con la historia de Death of the Outsider, la trama se ubica dentro del universo donde Kaldwin gobierna con armonía y todos estos sucesos son reflejados dentro del juego, sólo es cuestión de saber dónde mirar.

La estructura de Death of the Outsider es similar a la de Dishonored 2. Aquí debes completar un objetivo principal dentro un rico escenario que demanda atención a cada detalle. Todo funciona como un reloj finamente ajustado y es tu deber aprender el funcionamiento de cada parte, pero no es lo único a que lo que debes prestar atención. Esta entrega se caracteriza por introducir contratos que Billie Lurk, nuestra protagonista, puede emprender, así que durante cada aventura debes abrir los ojos y oídos para detectar indicios sobre el paradero de tus objetivos secundarios y dirigirte a ejecutar la acción.

Los escenarios donde sucede la acción son recalentados de locaciones que visitamos en el pasado, salvo un par de niveles adicionales que fallan en capturar la esencia de las entregas anteriores. Sin embargo, el límite de extensión tiene aspectos positivos. Debido a que visitas continuamente las locaciones, es posible ser testigo del impacto que tus acciones tienen en el mundo de juego, lo cual difiere con las entregas originales donde el resultado se ve reflejado en la secuencia final. Aquí destaca la posibilidad de regresar a la escena del crimen y ver las consecuencias tus actos.

Otro departamento donde destaca Death of the Outsider es en la atención a los detalles. Escudriñar el escenario y ser testigo de fragmentos narrativos ambientales es uno de los puntos más fuertes de la franquicia y solo los jugadores más pacientes han aprendido a descubrirlos. El sublime trabajo de iluminación en cada nivel es un gran logro por parte del juego y es otro apartado digno de elogio gracias a la increíble utilización de elementos visuales que se conjugan con luces y sombras para acentuar de forma única los niveles.

A pesar de que la hechura de las locaciones destaca por la atención a los detalles, no podemos decir que su diseño sea brillante. Death of the Outsider carece de un gran momento de revelación y asombro como la mansión con mecanismos de reloj de la segunda entrega. La locación que apenas logra sorprenderte está en una de las misiones posteriores que te dirige al banco —el más seguro en todo Karnaca, segpun dicen—, pero su ejecución quedó a deber a los seguidores de la franquicia por diversas inconsistencias y falta de imaginación en el diseño de los enfrentamientos. Es entretenido, pero no sobresaliente.

La experiencia de juego que define a la franquicia se mantiene familiar y apegada a lo que conocemos. Por ejemplo, nuestro protagonista puede correr, saltar y aferrarse a las superficies para ascender con agilidad y el combate mantiene la torpeza clásica que nos indica que la experiencia es de sigilo y no de combate. Esta entrega presenta algunos ajustes a los poderes y aquí destaca la habilidad similar a Blink, que funciona como se espera de un poder que apoya la movilidad del personaje. El cambio está en las propiedades de su comportamiento; por ejemplo, si empleas el poder a través de un enemigo, puedes eliminarlo a costa de perder algunos puntos de salud en una visceral y sangrienta explosión de gore.

Por otro lado, Billie emplea 2 poderes adicionales cuyo diseño se orienta a pasar desapercibido; con uno de ellos la protagonista cambia su apariencia facial por el de otro personaje para evitar ser detectada como una amenaza. Este poder te permite seguir avenidas singulares de sigilo, lo cual es un recuerdo lejano de las habilidades que empleaban Corvo y Emily, generalmente orientadas al asesinato. El otro artilugio te permite detectar los peligros que hay más allá de tu posición, lo cual es útil para hallar la variedad de Bonecharms que completan tu álbum de estampillas. Estos poderes, de acuerdo con la narrativa, fueron extraídos de Void, a diferencia de los poderes clásicos de Corvo y Emily que son regalos del Outsider.

La diferencia radical sobre estos poderes en comparación con los de sus antecesores es que ahora pueden ser utilizados en sucesión gracias a barras de poder que se regeneran constantemente. Esta modificación al sistema te libera de terribles pociones que regeneran tu poder, lo cual te hace sufrir en situaciones apretadas cuando te encuentras sin suministros. En Death of the Outsider puedes usar sin límites artificiales las habilidades, lo cual tiene como objetivo abrir el mundo de posibilidades del sistema de juego y es una mejora sustancial.

Concluir Death of the Outsiders podría tomarte un suspiro porque, en esencia, es corto: 5 misiones. Sin embargo, consideramos que debido a la naturaleza del género, donde es necesario tomar una pausa para medir todas las variables del combate, el sigilo y la exploración, la experiencia tiende a crecer con la longitud del juego. Death of the Outsider brilla cuando te dejas atrapar por el vibrante mundo y planificas con cuidado tu siguiente movimiento, por lo que no es una entrega que requiera un acercamiento conciso de “querer acabarlo”. Si lo que pretendes es precisamente sólo terminarlo, te perderás muchos detalles oscuros que lo enriquecen. De cualquier manera, la duración del juego es un factor que afecta nuestra apreciación porque, al final de la aventura, nos quedamos con una sensación de vacío, de que algo hizo falta y que no pudo entregar con efectividad.

Sentimos que Death of the Outsider pudo ser mucho más y dista mucho de llegar al nivel de The Knife of Dunwall y The Brigmore Witches. A pesar de los tropiezos de su diseño que carecen de la imaginación clásica de la franquicia, es posible ser testigo de leves vestigios de la singular experiencia del sistema de juego que nos hizo vibrar de emoción en el pasado. A pesar de que es un juego relativamente corto, los fans de Dishonored sabrán apreciarlo por lo que representa y las avenidas que explora; sin embargo, los que son ajenos a la franquicia podrían sentirse decepcionados por su compra. En fin, diríamos que estamos frente a un epílogo insatisfactorio.