Para nadie es un secreto que Street Fighter II representó no solo un renacimiento en la era de los Arcades, si no también una mina de oro para Capcom. Con más de veinte millones de máquinas vendidas las ganancias no fueron cortas para la empresa japonesa.
Sin embargo en algunas regiones, entre ellas México, la cantidad de equipos que existían corriendo el juego de manera no oficial fue enorme, al grado de que en el país tri-color básicamente no se vendió ni una sola Arcade de Capcom de la primera versión del juego.
Esto llevó a la compañía a crear un sistema "anti-piratería" que sería implementado en su siguiente hardware, el CPS System Dash y posterormente en el CPS System II, que tendría encriptados los juegos a lo largo de la placa, datos que solo podrían ponerse en orden y ejecutarse por medio de una clave de encriptación almacenada en una memoria RAM que dependía del suministro eléctrico de una batería incluida en la placa.
Juegos como Super Street Fighter II, Alien vs Predator y X-Men vs Street Fighter fueron algunos de los que se ejecutaban en estas placas... Y así como las medidas "anti-piratería" que vemos hoy día, trajo más problemas que beneficios en el mediano y largo plazo.
En primer lugar, los operadores que habían adquirido los juego veían como, al paso de algunos años, estos dejaban de funcionar al perderse la carga de la batería y, por consecuencia, los códigos almacenados en la memoria RAM. Esto les obligaba a enviar la máquina de regreso a Capcom para una reparación de la misma, y tanto los costos de envío y mano de obra corrían a cargo del operador, lo que simplemente derivó en que muchas de esas máquinas terminaran siendo desechadas.
Afortunadamente y gracias, como suele suceder en estos casos, a los hackers quienes se encargaron de volcar el contenido de estas placas en archivos ROM podemos disfrutar hoy día de estos títulos en su forma original. Además, de nuevo gracias a hackers, recientemente se encontró la manera de desencriptar en contenido de las placas muertas, de manera que se pueden poner en servicio de nuevo.
Con el cierre de Emuparadise (uno de los sitios más importantes en materia de ROMS e ISOS), se ha abierto ampliamente el debate acerca de la conservación de juegos retro, y se ha citado ejemplos como el que acabo de mencionar para hacer notar que, en muchas ocasiones, las compañías que crean esos juegos son las que menos hacen por preservarlos, incluso poniendo en riesgo la obra en afán de maximizar sus ganancias.
Actualmente no existe compañía alguna que sea si quiera capaz de legalmente restaurar y ofrecer el catálogo completo de sus propias consolas. Diversas licencias, obras en el limbo legal y código fuente perdido son algunas de las razones por las que simplemente no pueden hacerlo. Y evidentemente tampoco tienen la voluntad para invertir el tiempo y los recursos en lograrlo... ¿Qué otra alternativa existe si no la emulación?
Las obras son legalmente de las compañías, basado esto en leyes que se han alterado para beneficiar principalmente los intereses de "The Disney Company", pero moralmente no deberían tener el derecho de hacerlas desaparecer, pues forman parte de la historia de millones de personas y del legado cultural de la especie. El negocio tiene su lugar y estas empresas se han beneficiado ampliamente de ello, y el beneficio humano de la distribución de una obra que ya redituó el esfuerzo de su creador es mayor en valía que la ganancia monetaria de una empresa. Es mi opinión.
Saludos y gracias por prestarme un poco de su tiempo.