Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, ha anunciado a través de un comunicado oficial de la Casa Blanca que promoverá una ley que prohibirá la distribución de videojuegos en los que aparezca cualquier tipo de violencia.
El magnate metido a anfitrión de un programa de TV, metido a político y que ha sabido ascender hasta convertirse en el actual presidente de Estados Unidos ha mostrado su rechazo tajante a cualquier tipo de violencia audiovisual, y ha empezado su campaña para erradicarla con el mundo de los videojuegos. De esta forma, a partir de la aprobación de esta ley, juegos como Street Fighter V, Call of Duty o Elder Scrolls V: Skyrim tendrán que dejar de distribuirse de manera oficial en el llamado país de las libertades. Según afirman fuentes no oficiales, el político quedó horrorizado al ver jugar a un primo tercero suyo a Killing Floor 2, tras lo que afirmo "La libre circulación de armas es una cosa, pero esto ya pasa de castaño oscuro".
Será el primer paso del plan de Trump, ya que su administración ha confirmado que lo siguiente será la televisión y el cine. Compañías como Lucasfilm ya están imaginando una forma de saltarse la prohibición para su serie Star Wars, aunque no acaban de dar con la tecla: "Podríamos cambiar las batallas de sables láser por batallas de insultos... En Monkey Island funcionaban bastante bien."
En el mundo de la TV AMC también se ha pronunciado al respecto: "antes de que esta ley sea vigente tendremos que librarnos de Negan, que es una bestia parda. También cambiaremos la forma de propagación del virus, de los mordiscos a besitos cariñosos." Sin embargo, afirman que "será todo un reto adaptarse a esta nueva normativa".