En comparación con Xbox y PlayStation, Nintendo está en una posición bastante estable gracias a Switch. La consola híbrida tuvo un éxito sin precedentes, que resultó aún más espectacular por el contrastante fracaso de Wii U. Sin embargo, se acerca el momento en que la compañía dejará atrás uno de sus sistemas más populares y dará el paso a una nueva generación de hardware.
Todo cambio implica riesgos, y Shuntaro Furukawa, presidente de la empresa, lo sabe muy bien. No en vano admitió ante inversionistas que la transición de Switch a su próximo hardware será complicada. La realidad es que Nintendo teme a la nueva generación y tiene varias razones para ello.
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El fracaso de Wii U aún persigue a Nintendo
La historia de Nintendo está llena de altibajos, pero pocos tan alarmantes y recordados como el tropiezo de Wii U. La casa de Mario venía de una de sus mejores generaciones gracias a Wii y Nintendo DS; sin embargo, una serie de malas decisiones y una pésima estrategia de comunicación pusieron en riesgo a toda una generación.
Wii U fue pensado como un sistema innovador, con el sello que siempre ha distinguido a Nintendo. A la vez, fue continuista y recuperó el nombre de su antecesor para, supuestamente, atraer a una enorme base de usuarios ya fieles a la marca. No obstante, Wii U es la prueba de que hasta los más grandes pueden caer muy bajo.
Del 2012 al 2017, la consola sólo vendió 13.56 millones de unidades y 103.60 millones de juegos. Estas cifras contrastan de forma asombrosa con los 139.36 millones de Switch y los 1200 millones de juegos que se han vendido durante los últimos 7 años. Naturalmente, Nintendo tiene pavor de dejar atrás este enorme éxito, pues existe la posibilidad de regresar a un periodo oscuro y lleno de incertidumbre como el de Wii U.
Lo sabemos: la transición de una generación a otra es complicada para todas las compañías. Se trata de un momento clave para su negocio y cualquier paso en falso puede ser un error garrafal que ponga en riesgo su futuro. Basta con recordar las consecuencias que tuvieron la infame presentación de Xbox One y las decisiones cuestionables que Sony tomó para el lanzamiento de PlayStation 3.
La situación de Nintendo es compleja, pues es cuestión de tiempo para que Switch se convierta en su consola más popular y vendida de la historia. Actualmente, sólo está por detrás de Nintendo DS, que despachó 154.02 millones de unidades. Se calcula que el sistema híbrido ha generado cerca de $77 MMDD de ingresos hasta ahora. Debido a esto, es normal saber que la próxima generación será uno de los desafíos más grandes que afrontará la compañía en su historia moderna.
¿Cómo aseguras que tu próxima consola tenga el mismo impacto y nivel de ventas que Switch? Simplemente no hay una fórmula que lo garantice. Nintendo arrojará pronto una moneda al aire que, incluso con la victoria de su actual sistema, no le asegura resultados favorables.
En la actualidad, la compañía de Kioto no pasa por una crisis visible, tal como ha ocurrido con Xbox y PlayStation en los meses recientes. Sin embargo, dentro de la compañía hay, sin duda, una sensación de incertidumbre que Furukawa comunicó en días recientes.
“Abordamos nuestro negocio todos los días con un profundo sentido de urgencia. La transición generacional de consolas de videojuegos nunca es fácil. Hemos experimentado desafíos importantes después de plataformas exitosas varias veces, por lo que nunca consideramos que nuestra situación actual sea totalmente segura”, afirmó.
La compañía es consciente de que no tiene nada garantizado a pesar de su enorme legado y la importancia de sus franquicias, sobre todo porque la próxima transición de Switch a su sucesor recuerda inevitablemente a la de Wii y Wii U. En ambos casos, los nuevos sistemas generaron una expectativa inmensa, justamente por el impacto que tuvieron sus antecesores. Nintendo puede ser continuista o innovar hasta dejarnos con la boca abierta e, incluso así, sabe que su triunfo no está escrito en piedra.
Uno de sus mayores retos es mantener cautivos a sus jugadores, sobre todo si su nueva consola es continuista, conserva el concepto híbrido y resulta ser una especie de Switch con esteroides. Nintendo debe evitar errores de comunicación, resaltar hasta el cansancio las novedades que ofrecerá su próximo hardware y, por supuesto, ofrecer una selección atractiva de juegos para su lanzamiento.
Vale la pena recordar lo que Reggie Fils-Aimé dijo sobre el tema en 2022. El expresidente de la compañía estaba preocupado por lo complicado que puede ser una transición, principalmente cuando se parte de un triunfo sin precedentes como el de Nintendo Switch.
Como conocedor de la industria y de la filosofía de Nintendo, Fils-Aimé cree que lo mejor es mantener un flujo de contenido constante, para no perder el interés de los jugadores. Asimismo, piensa que el precio y el valor que ofrecerá el nuevo hardware será vital para definir lo que sucederá a continuación.
En este sentido, Nintendo ya lleva la delantera, pues es muy raro que falle en cuanto a software. Con Switch pudo mantener un flujo constante de lanzamientos muy atractivos durante 7 años y, además, consiguió el apoyo de importantes estudios third-party. Eso sí, tuvo uno que otro tropiezo como el de Metroid Prime 4, que aún está pendiente. Pese a ello, es casi un hecho que Nintendo seguirá siendo sinónimo de calidad en cuanto a juegos.
Todos confían en que Nintendo también ofrecerá algo que acaparará las miradas en cuanto a hardware. Su historia está llena de dispositivos increíbles que han marcado la vida de muchas generaciones de jugadores, y que son producto de la excelencia en cuanto a diseño e ingeniería. Si bien existen algunas excepciones, como el Virtual Boy, son casos aislados de los que Nintendo aprendió una dura lección.
Nadie duda de que la compañía volverá a sorprender a toda la industria con su próximo hardware y juegos. La cuestión es que la industria ha cambiado a un ritmo asombroso desde que Switch debutó. Han surgido nuevas tendencias, más alternativas de consumo y una mayor competencia en ciertos sectores. Por tal motivo, Nintendo deberá adaptarse, hacer cambios a su singular estrategia o arriesgarse a continuar por el mismo camino con el peligro de fracasar una vez más.
La industria no para de cambiar, ¿Nintendo se adaptará con éxito?
La industria cambia a pasos acelerados y su etapa de consolidación continúa. Para nadie es un secreto que Nintendo prefiere mantenerse al margen de muchas tendencias. No obstante, ha tenido que dar su brazo a torcer en varias ocasiones para expandir sus horizontes. Así, ha crecido con juegos para móviles, adaptaciones a otros medios como el cine e, incluso, ha construido parques de diversiones temáticos.
Pese a ello, Nintendo aún es como un monolito que se mantiene firme en medio de la marea. La industria en general pasa por una crisis y una revolución, generadas por las grandes adquisiciones, su inestable modelo de negocios, el avance tecnológico y otros factores.
Desde que Switch debutó, PlayStation y Xbox se han fortalecido con adquisiciones importantes, como la de Bethesda y Activision Blizzard, en el caso de Microsoft. Asimismo, han apostado como nunca por el modelo de los servicios, la inteligencia artificial y han dado sus primeros pasos importantes en el juego en la nube.
Al mismo tiempo, el juego en dispositivos móviles se ha expandido a nuevos horizontes, y Switch es responsable de ello, al menos en parte. La consola de Nintendo generó un nuevo boom de PC portátiles como Steam Deck, ASUS ROG Ally, Logitech G Cloud y Lenovo Legion GO, entre otros.
Como es evidente, muchas compañías quieren una rebanada del pastel de Nintendo. Desde esta perspectiva, la competencia para el sucesor de Switch será mucho mayor, en caso de que apueste por el mismo concepto híbrido. Aún es un misterio si Nintendo se inclinará por la potencia —como en la era de GameCube— o si recurrirá a tecnologías como la inteligencia artificial y la nube para hacer frente a este nuevo panorama.
El llamado Switch 2 debe ser un hardware que abrace al menos algunas de las tendencias de la industria y, a la vez, tenga ese sello característico de Nintendo. De esta forma, puede evitar tropezar de nuevo con la misma piedra.
La compañía no debe olvidar lo que Wii U representa para su historia: en ocasiones, ni el hardware innovador ni los juegos atractivos pueden llevarte a la cima. En este sentido, Nintendo debe aprovechar al máximo su posición actual y no perder ese impulso que Switch le ha dado durante años.
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