Los peores y más decepcionantes videojuegos de 2023

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Redfall

¿Dónde firmamos? Fue lo que pensamos cuando escuchamos que Redfall sería diseñado por Arkane Austin, estudio aclamado por crear Dishonored y Prey; algunos de nuestros favoritos incondicionales. ¿Cuál era el truco? Que sería una experiencia cooperativa y, aunque sonaron las alarmas, nos emocionamos con la idea de tener un simulador inmersivo cooperativo. Nada nos preparó para la tremenda decepción que nos llevamos.

Redfall es un juego sin alma; un looter shooter incompetente en todo sentido y departamento. Loot: desabrido e insatisfactorio; historia: corriente y a medias; campaña: inadecuada e improvisada; personajes: básicos y antipáticos; enemigos: con muerte encefálica; cooperativo: pésimo y descuidado. En resumen, un juego que te roba toda motivación para querer terminarlo; una pesadilla andante.

El resultado está lejos de ser sorpresivo después de conocer el testimonio de quienes estuvieron detrás del juego. Según testimonios, Redfall fue un proyecto sin dirección, anémico de talento, hecho bajo el inteligente mandato de ZeniMax Media para producir un videojuego con oportunidades de monetización, es decir, un juego como servicio. Más alarmante, Redfall puso en evidencia la incapacidad de Microsoft para crear franquicias exitosas, una mancha que llevará por muchos años.

Arkane, uno de nuestros estudios favoritos, nos decepcionó

The Lord of the Rings: Gollum

The Lord of the Rings: Gollum fue revelado en 2019 como un juego diferente de El Señor de los Anillos. Llamó la atención por su protagonista, uno de los personajes más interesantes de la franquicia.

¿Qué podía salir mal? Pues bueno, todo. El proyecto de Daedalic Entertainment y Nacon fue un absoluto desastre: mecánicas anticuadas, un mundo insípido, una narrativa decepcionante y una experiencia sumamente lineal y aburrida. Sí, todo lo contrario a la increíble obra de J. R. R. Tolkien.

Resulta impresionante que un título con un material base excelente no tenga algo rescatable. El juego fue tan malo, que condenó a Daedalic Entertainment, pues hubo despidos, la compañía se retiró del desarrollo de videojuegos y tuvo que cancelar otro proyecto basado en la misma franquicia.

El título no sólo fue un castigo para los jugadores, sino también una copa envenenada para sus creadores. Pero ¿qué ocurrió? Gollum fue planeado como un proyecto ambicioso, pero su presupuesto no era ni de cerca el necesario para alcanzar la grandeza que algunos esperaban. Sabemos que el estudio, especializado en aventuras narrativas, se enfrentó a diversas dificultades durante el desarrollo, incluyendo crunch. En resumen, el caos reinó de principio a fin.

Un juego que simplemente no debió existir

Skull Island: Rise of Kong

Cuando pensábamos que la maldición de los juegos licenciados era cosa del pasado, llegó Skull Island: Rise of Kong. El juego de IguanaBee, estudio chileno, y GameMill Entertainment fue producto de una serie de malas decisiones: poco tiempo de desarrollo, financiamiento insuficiente, crunch y demás problemas que dieron como resultado uno de los peores juegos de los últimos años.

El título se hizo viral de la noche a la mañana, pero no por las razones que sus desarrolladores esperaban. Skull Island: Rise of Kong carece de todo lo que tiene un buen juego y, en su lugar, sólo ofrece mecánicas repetitivas, animaciones pobres y una narrativa que intenta brillar sin buenos resultados.

En lugar de ser ese título que nos contaría la interesante historia de origen de King Kong, se convirtió en el hazmerreír de Internet por sus escenas hilarantes, fruto de una pésima gestión y de otras prácticas de la industria. Una lástima.

El resultado de pésimas decisiones administrativas

The Walking Dead: Destinies

GameMill Entertainment no sólo nos entregó el infame Skull Island: Rise of Kong, también fue el responsable de The Walking Dead: Destinies, otras de las aberraciones de 2023. El juego de Flux Games, estudio brasileño, parece sacado de hace décadas: jugabilidad arcaica, animaciones obsoletas y todo lo malo que un pésimo juego de la era de PS2 pudo tener.

El juego prometía una aventura inmersiva basada en el universo y en la narrativa de la popular serie para televisión. La idea era que los jugadores construyeran su propia historia de The Walking Dead a partir de sus decisiones, pero absolutamente todo salió mal.

The Walking Dead: Destinies es un golpe bajo a los fans de la franquicia y, sin problemas, uno de los peores juegos que hemos visto durante los últimos años.

Una falta de respeto para los fans de The Walking Dead

The Day Before

El premio a la estafa del año es, literalmente, para The Day Before. Todo inició en enero de 2021, con una revelación que lucía bastante prometedora: un MMO con tintes postapocalípticos que recordaba bastante a The Last of Us. Fntastic y Mytona supieron aprovechar el hype inicial para inflar su proyecto y prometer lo inalcanzable.

Esta bola de nieve creció durante meses hasta que los desarrolladores tuvieron que enfrentar el inevitable lanzamiento. En realidad, lo hicieron varias veces, pues el juego sufrió múltiples retrasos que eran acompañados de más promesas y, por supuesto, muchas polémicas, como acusaciones de plagio y fraude.

Tras cambios en el motor de desarrollo, equipos de voluntarios trabajando en el proyecto, problemas legales y muchas excusas por parte de Fntastic, The Day Before por fin debutó el pasado 7 diciembre y sucedió lo que muchos temían: el juego resultó ser uno de los grandes fiascos de la historia.

El título es un desastre técnico que no ofrece nada de valor. Tal vez lo único interesante es la historia de este timo, que concluye con el sorpresivo cierre de Fntastic y reembolsos masivos.

Exoprimal

Exoprimal está muy lejos de ser un desastre; tiene conceptos interesantes, su rendimiento es impecable y, en general, es divertido. Al final del día, eliminar miles de dinosaurios con exotrajes es tan apantallante como suena. Sus destellos de grandeza nos emocionaron, pues son un recordatorio de que hay muy buenas ideas; por desgracia, se quedó a la mitad del camino y pasó sin pena ni gloria.

El problema de esta propuesta multiplayer es su estructura de juego como servicio, porque evita que alcance su verdadero potencial. Repetir las mismas misiones una y otra vez con variaciones mínimas es monótono, y ni siquiera el sistema de combate es capaz de sostener una experiencia que intenta emocionar con el mismo truco. A eso hay que sumar la presencia de micropagos, pases de batalla y un formato de temporadas. ¿Ya mencionamos que cuesta $60 USD?

Seremos ser honestos: teníamos pocas expectativas por Exoprimal. Está en la lista porque es una decepción, si lo comparamos con el resto de lanzamientos de Capcom. En un año en el que debutaron Street Fighter 6 y Resident Evil 4, simplemente no hay lugar para un título como éste.

La buena racha de Capcom terminó con Exoprimal

Crash Team Rumble

Tras años de ausencia, Crash Bandicoot regresó y nos cautivó con un remaster de su trilogía original, el regreso del spin-off de karting y una 4.ᵃ entrega. Estábamos emocionados por el siguiente gran paso, pero resultó ser una experiencia multijugador muy olvidable.

Estamos a favor de que las franquicias salgan de su zona de confort y experimenten con nuevos conceptos; sin embargo, Crash Team Rumble se limita a seguir las peores tendencias de los juegos como servicio, así que tiene pases de batalla, microtransacciones, ausencia de modalidades off line y actualizaciones de contenido basadas en temporadas. Sus mecánicas son competentes y hace un buen trabajo en adaptar a los personajes y sus habilidades a un entorno competitivo, pero es un producto gris y poco emocionante.

Es posible que muchos hayan olvidado la existencia de este título, y eso habla muy mal de su alcance. Desconocemos si fue un fracaso, pero sería una pena que este spin-off ponga a dormir otra vez al marsupial más querido del gaming.

Un experimento divertido, pero que pierde su magia rápido

Minecraft Legends

Minecraft es uno de nuestros juegos favoritos de toda la vida. Nos gusta por su espíritu inventivo y porque fomenta la creatividad. Es una experiencia a la que regresamos constantemente a pesar de que tiene más de una década con nosotros. Es un juego excelente, pero como franquicia deja mucho que desear.

Ese es el mismo caso de Minecraft Legends, un juego que lleva Minecraft en el nombre, pero olvida todo lo que significa; una muestra perfecta de lo difícil que es diversificar una franquicia.

Minecraft Legends es un intento de RTS para principiantes —para niños —, sin embargo, carece de estructura para que los recién llegados comprendan los fundamentos del género. El resultado es un juego cansado para los casuales e insatisfactorio para los experimentados.

Además, está plagado de errores y carece de funciones de comunicación cuando quiere ser una experiencia social, lo que afecta a quienes quieren trabajar en equipo.

Sobre todo, Minecraft Legends es un juego que olvidó por qué lleva el nombre de Minecraft en el título, pues falla en capturar el espíritu inventivo y de creatividad que nos encanta del original.

Forspoken

Todavía no sabíamos cómo se veía el PlayStation 5 y Square Enix ya nos había presentado su primer gran proyecto para la consola: Project Athia. En su primer vistazo, el juego prometió ser la primera épica para la que en ese entonces era la siguiente generación de consolas. Las expectativas eran altas, ya que era una franquicia nueva del equipo de desarrollo que nos entregó Final Fantasy XV. Casi 3 años después, Project Athia debutó bajó el nombre Forspoken y fue una increíble decepción.

No es como que Forspoken sea una completa basura. Se trata de un juego que hace varias cosas de forma competente; sin embargo, ninguna se ejecuta de forma brillante. El resultado es un juego gris, con un sistema de combate entretenido, una historia curiosa y un giro interesante, pero con varios momentos que provocan grima, así como un mundo abierto enorme, pero vacío y carente de magia. Así pues, lo que debió ser el inicio de una ambiciosa franquicia, terminó siendo un juego del montón. Si lo encuentras barato tal vez pases un buen rato, pero no esperes mucho más.