Nos guste o no, Jim Ryan ha sido fundamental para el éxito y el crecimiento de PlayStation desde sus orígenes. Pese a esto, su visión de hombre de negocios le costó el desprecio de una gran parte de la comunidad por un simple motivo: sacrificó aspectos importantes de la marca y la llevó a un camino que no es del agrado de todos.
Próximamente, Ryan dejará su puesto como presidente de Sony Interactive Entertainment y jefe de PlayStation. Así que es la oportunidad ideal para que las compañías replanteen algunos puntos de su estrategia y, por qué no, den marcha atrás a ciertas decisiones controvertidas que se tomaron durante la gestión del directivo.
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Nadie quiere juegos como servicio de PlayStation Studios
Para expandir el alcance de PlayStation y maximizar sus ganancias a futuro, Ryan decidió apostar en grande por los juegos como servicio. Esta estrategia está aún muy lejos de concretarse y los fans han sido muy vocales: no quieren juegos como servicio de PlayStation Studios.
El plan es que importantes franquicias entren a este sector y, al mismo tiempo, crear nuevas IP que se conviertan en minas de oro. Actualmente, la compañía tiene más de 12 juegos como servicio en desarrollo, pero llegarán justo cuando este modelo de negocios está en evidente decadencia.
Anteriormente, te hablamos de los riesgos que esto implica para la compañía y algunos de sus estudios más destacados. Un error en su estrategia puede acarrear serios problemas no sólo a su imagen, sino a su futuro entero.
El gran problema del plan de Ryan es que ni siquiera los estudios de PlayStation y sus desarrolladores están contentos con la idea. La meta de la compañía es que, para el año fiscal 2025, su inversión en juegos como servicio pase de 12 a 60%, con la promesa de que no descuidarán aquellas producciones que son el sello de la marca, es decir, los single-player.
No obstante, está claro que habrá sacrificios, problemas y más cambios en el camino que no agradarán a los fans de hueso colorado. En días recientes, se confirmaron despidos en Naughty Dog y problemas en su nuevo proyecto que, precisamente, es un juego como servicio.
Debido a todo esto, creemos que PlayStation tiene una oportunidad para analizar mejor el panorama, ajustar sus planes y enfocarse en lo que mejor sabe hacer. No decimos que deseche por completo los juegos como servicio, pues son una parte importante de la industria, pero les convendría pensar más en lo que quieren sus desarrolladores y jugadores. Con suerte, evitará una catástrofe que resulta inminente para muchos.
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PlayStation tiene un gran legado que debe respetarse
Por más que intentó ocultarlo, es evidente que Ryan tiene poco de jugador y, por ende, no comprende del todo la importancia que el legado de PlayStation tiene para sus fans. ¿Quién no recuerda cuando despreció los juegos antiguos de la marca y funciones como la retrocompatibilidad?
Para su mala suerte, durante su gestión hubo decisiones que impactaron directamente en el legado de la marca y, por supuesto, en el apego que los jugadores tienen con ella. Para empezar, le dio la espalda a Japón en un afán de americanizar PlayStation y llevarlo a nuevas audiencias.
A pesar de que el directivo negó la existencia de este plan, hubo consecuencias de este cierto desinterés en el país asiático. Creativos de la talla de Teruyuki Toriyama, Keiichiro Toyama y más desarrolladores japoneses abandonaron la compañía. La gota que derramó el vaso fue el criticado cierre de SIE Japan Studio, conocido por Ape Escape, LocoRoco, Patapon y Gravity Rush, sagas que le sumaron un gran valor a la marca a pesar de no ser los grandes éxitos comerciales.
En el mismo sentido, bajo la gestión de Ryan también se cerró PixelOpus, estudio que no estaba enfocado en las grandes producciones, pero que tenía potencial para ofrecer experiencias distintas y darle variedad al ecosistema de PlayStation.
Por último, el directivo despreció a prácticamente todos los equipos de PlayStation Studios y su trabajo en algunas de sus declaraciones sobre la compra de Activision Blizzard. Todo con tal de no perder Call of Duty, misión en la que fracasó. Incluso insinuó que es mejor mantener en el cementerio a sagas como SOCOM, Killzone y Resistance, pues no tiene nada que hacer en el mercado actual.
PlayStation podría cambiar su visión y dar a su legado el peso que realmente tiene para sus jugadores. También podría dar otra oportunidad a las producciones más pequeñas, en lugar de apostar por remasters y remakes de sus grandes AAA. Así le inyectaría variedad a su ecosistema y atendería una necesidad de su audiencia.
Por otro lado, sería genial que apostara más por la retrocompatibilidad para rescatar su gran legado, sobre todo porque Xbox demostró el gran valor que tiene la función para la preservación y la historia del medio.
¿Y los juegos?
Es más que evidente que el calendario de lanzamientos de PlayStation Studios ya no es como antes. Justamente debido a su estrategia enfocada sólo en las grandes producciones AAA y los juegos como servicio, el flujo de estrenos ha sido mucho más lento en comparación con años anteriores.
PlayStation ha tenido que recurrir cada vez más a relanzamientos y acuerdos de exclusividad con terceros para mantener ocupados y a gusto a sus jugadores. La cuestión es saber si podrá mantener este ritmo durante mucho más tiempo antes de que sus fans alcen la voz para protestar.
No decimos que PlayStation sufra una especie de falta de contenido justo ahora, pero es una posibilidad para el futuro cercano, sobre todo si sus juegos como servicio no cumplen con las expectativas. Al final, será inevitable que los fans vean dicha estrategia como una pérdida de tiempo y recursos, que bien pudieron destinarse a otro tipo de producciones en curso o a proyectos menos ambiciosos.
Es un hecho que el desarrollo de los grandes AAA ahora requiere mucho más tiempo. Desde esta perspectiva, la compañía podría dar ese giro a su estrategia y dejar de enfocarse en desarrollar únicamente grandes producciones de forma interna.
Una mejor comunicación enfocada en los jugadores
Lo sabemos, Jim Ryan nunca fue ese directivo con el que te hubiera encantado tener una foto. Su imagen corporativa no tiene nada que ver con la de figuras como Phil Spencer, Reggie Fils-Aimé e incluso la de otros miembros o exdirectivos de PlayStation, como Shawn Layden, Kaz Hirai, Shuhei Yoshida o Hermen Hulst.
De forma directa o indirecta, esto ha afectado la imagen y la comunicación que PlayStation tiene con sus fans desde el inicio de esta generación. La compañía ha sido más distante y esto se agrava por su ausencia en los eventos más importantes de la industria.
Por otro lado, también ha sido menos transparente y, en ocasiones, su comunicación se siente confusa. Muestra de ello es el descontento de la comunidad con Ryan y su gestión. A lo largo de los meses hemos visto varias peticiones para que el directivo abandone el barco, algo que por fin sucederá para alegría de algunos que no dudaron en festejar a lo grande.
La compañía podría aprovechar la salida de Ryan para dejar de lado su corporativismo, darle un lavado de cara a su imagen y acercarse de nuevas formas a su comunidad. Tampoco estaría mal que la compañía regresara a los grandes escenarios, reviviera esa espectacularidad de hace años y apostara por un representante que realmente logre conectar con las audiencias.
Todo esto es sumamente importante, pues PlayStation está frente a un Xbox más fortalecido que nunca y a un Nintendo con una estrategia tan sólida que pudo arrebatarle Japón. Por otro lado, gigantes como Amazon, Apple, Google y Netflix siguen en su cruzada para entrar en la industria, así que la competencia será cada vez más reñida.
Un líder que debe definir su futuro
Sin duda, la salida de Ryan puede ser un parteaguas para PlayStation. Claramente la compañía aún tiene la corona en sus manos, pero también una potencial crisis de identidad a sus espaldas. Basta con recordar la gestión de Shawn Layden para percibir el cambio de perspectiva y de negocios que hubo a nivel interno.
¿Qué pasará con la nueva cara de la marca? ¿Seguirá la estrategia planteada por Ryan o le dará un giro drástico? Aún no se sabe qué sucederá, pero está claro que la visión de negocios de Ryan dio resultados durante años. Incluso ahora, PlayStation goza de una enorme popularidad y PS5 va por buen camino pese a todos los problemas que ha enfrentado, incluyendo la pandemia.
La compañía batalla para adaptarse a un mercado cada vez más dinámico y competitivo, y por eso busca expandirse a áreas como los móviles, el PC gaming, los juegos como servicio, el cine y las series para televisión. Este proceso de diversificación es muy importante, pero claramente PlayStation ha tropezado varias veces bajo la guía de Ryan y su perspectiva a futuro parece seguir siendo confusa.
Por tal motivo, el directivo que tome la batuta tendrá que afrontar retos de muy alto nivel para seguir el paso a sus competidores y evitar quedarse atrás. Como tal, estaría bien dejar atrás varias de las ideas de Ryan o darles otro enfoque.
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