Otra semana, otra crisis en los videojuegos... Y esta vez le toca a Ubisoft, que reveló resultados desastrosos en su último informe financiero. La compañía admitió ante sus inversionistas que sus planes de crecer un 10% quedaron frustrados, pues la compañía de hecho se contrajo un 18% en el año pasado, lo que ha provocado una oleada de despidos, cierre de oficinas en Europa, cese de operaciones de servicio a clientes en partes de Estados Unidos, y un año sin grandes novedades en lo que se refiere a lanzamientos. Las pérdidas equivalen a 538 millones de dólares, con una caída de 56% en ventas... lo que nos lleva a preguntarnos... de seguir así... ¿Ubisoft desaparecerá? Veamos...
Los rumores sobre una posible venta de Ubisoft ya han estado circulando entre los círculos de insiders... A inicios del año, Jeff Grub de Giant Bomb señaló que Ubisoft está tocando a las puertas de otras compañías, intentando proponer fusiones o la simple venta. Sin embargo, ha tenido muchas dificultades: la compañía es demasiado grande e inestable, y su propia estructura de desarrollo se ha convertido en un elefante blanco. En resumen: Ubisoft es demasiado grande y ofrece muy poco. Encima, las pocas compañías que podrían tener el líquido para comprarla, como Microsoft, están justo en un proceso problemático en lo que se refiere a consolidar adquisiciones importantes como Activision-Blizzard, por lo que lo último que quieren es dar a los reguladores más armas en sus argumentos sobre un monopolio. Así que, en ese frente, Ubisoft está curiosamente bloqueado.
¿Qué hará la compañía? Parece que el único plan está en intentar explotar el éxito de su franquicia clásica que todos queremos: Assassin's Creed. La compañía ha reportado que a pesar de no tener un nuevo título desde 2020, la franquicia sigue siendo enormemente atractiva para los jugadores, y sus ingresos en términos de jugadores activos y dinero gastado sólo se han incrementado, contra el desgaste que sería natural en el mercado. Por lo tanto, la compañía va a apostar todo a Assassin's Creed: Mirage, que tendrá lugar en Bagdad, un escenario clásico para una saga que empezó en el Medio Oriente. Por supuesto, no sólo de Assassin's Creed vive el hombre, así que el siguiente gran juego en desarrollo que está a punto de ser lanzado es Avatar: Frontiers of Pandora, adaptación de la billonaria franquicia de James Cameron; una entrada más en The Division, y otro "juego grande". Todo esto suena muy bien, pero la pregunta es... ¿será suficiente? ¿La crisis de Ubisoft es definitiva?
La respuesta a esta pregunta está en el concepto que ya habíamos presentado al lector en entregas pasadas: el ciclo industrial. Recuerden, entre más crece una industria, sus condiciones cambian: primero hay una proliferación de competidores y propuestas, para después dar pie a una etapa en la que sólo pocos grandes sobreviven, mientras el resto es asimilado, llamada "etapa de consolidación" o madurez. Esta etapa es la que estamos viviendo. Grandes que antes eran indispensables hoy han sido incorporados a mega-titanes; la existencia de estudios independientes es cada vez más difícil. Pero Ubisoft está en una posición muy extraña: es una compañía que busca ser consolidada, pero es demasiado fuerte para ser vendida por cacahuates, y demasiado débil para ser vendida por un precio exorbitante, encima de que los reguladores en estos momentos están como sabuesos sobre las adquisiciones.... ¿qué les queda?
La verdad es que no hay muchas opciones. Anticipando: no, Ubisoft no va a desaparecer por el momento, justamente es demasiado fuerte para ello, su identidad y su talento todavía le permiten seguir vigente; sin embargo, tampoco la tiene fácil para sobrevivir en un ambiente en el que hasta Activision fue vendida. Hay pocas opciones, pero los augurios de venta son cada vez más fuertes. La otra opción es recurrir a más reestructuraciones (es decir, despidos) u obtener financiamiento externo (es decir, gubernamental) pues se trata de la única compañía de videojuegos francesa que es competitiva en el mercado global. Nosotros le apostamos a la venta, pero esto dependerá mucho de si Microsoft tiene éxito en sus adquisiciones pasadas y si realmente está dispuesto a pasar el infierno regulatorio una vez más. Pero de algo estamos seguros: a pesar de sus fracasos, no queremos ver a Ubisoft colapsar y vender sus propiedades intelectuales a destajo. Pero el riesgo es real, y el desenlace depende de la capacidad de sus ejecutivos de capitalizar y re-estructurar uno de los legados de desarrollo más fuertes en la industria. Nos vemos.
VIDEO: Assassin's Creed no salvará a Ubisoft
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