Dragon Ball Super: Super Hero: una película que no necesita a Goku para triunfar

Gohan y Piccolo son los protagonistas de esta historia que regresa sus orígenes


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Dragon Ball Super: Super Hero es un esfuerzo por ofrecernos una dirección diferente a lo acostumbrada y nos demuestra que Dragon Ball es más que la historia de Goku y peleas al por mayor. Es una película que vuelve a sus orígenes con los toques de humor que caracterizan la obra original de Akira Toriyama. Con esto, me queda claro que Toei Animation quiso tomar riesgos como el uso de modelos en 3D en lugar de animación tradicional en dos dimensiones; uno de los cambios que de inmediato encendió las alertas de los puristas, sobre todo, después del festín visual que vimos en Dragon Ball Super: Broly. La cereza en el pastel fue el cambio de voz en español latino para Gohan, que nos mantuvo a la expectativa de saber quien le daría vida al coprotagonista de esta película. En cuanto a este tema no hay por qué preocuparse, ya que Luis Manuel Ávila hace un trabajo sobresaliente, pero de esto les hablaré más adelante.

El resultado es una propuesta que se siente diferente a lo que hemos visto en Dragon Ball Super, sin batallas intensas en exceso y que toma a la familia como tema central; un nuevo enfoque que da continuidad a la historia de Broly que nos mantiene entretenidos con una historia sencilla pero entrañable y muy divertida.

De vuelta a las raíces

Dragon Ball Super: Super Hero parte de un conflicto provocado por la Patrulla Roja, aquella organización criminal que ha enfrentado a Goku desde hace muchos años. El legado de este grupo de maleantes sigue presente y busca continuar con el desarrollo de nuevas tecnologías para cumplir sus objetivos de venganza. En el otro lado de la historia vemos a Picoro, quien podemos tomar como el protagonista real de esta película, ya que es el personaje con más presencia en pantalla y también el más involucrado en el conflicto central.

En este proceso vemos como la comedia se apropia de la historia con situaciones ridículas, chistes y una que otra frase improvisada por parte de Carlos Segundo, que deja ver una dirección de doblaje más libre y natural. Además, un aspecto evidente es que la historia no pretende marcarnos de por vida o superar a su predecesora, más bien, es una alternativa que busca sacar provecho de su propio universo. Es decir, es simple y predecible, pero, a pesar de tener un inicio lento, cumple con hacernos reír de vez cuando, sorprendernos con referencias al pasado, y consentirnos con peleas increíbles y nuevas transformaciones. Es una muestra de que Dragon Ball se puede aprovechar de muchas maneras. Por otro lado, crea una línea que parece ser canónica con ciertas apariciones, que probablemente sigan su curso al terminar los nuevos arcos del manga, pero quizá me estoy adelantando.

El otro lado de esta historia es el tema de la familia y paternidad. Gohan es el personaje que más subes y bajas ha tenido en las diferentes etapas de Dragon Ball. Desde su infancia con su poder inigualable; su etapa protagónica en la saga de Cell con su transformación y el inolvidable grito de Laura Torres; hasta alcanzar el estado definitivo en la saga de Majin Buu. El contraste ocurre en Dragon Ball Super, donde Gohan sufrió una caída en su poder al convertirse en un padre de familia responsable y trabajador. En esta película, el guion le da un giro a este perfil y lo convierte en el guerrero que tanto extrañamos, dejándolo en un buen lugar durante el clímax de la película.

Gohan vuelve a ser el peleador que tanto extrañamos
Gohan vuelve a ser el peleador que tanto extrañamos

El resurgimiento de un héroe olvidado

Es momento de hablar de uno de los temas más comentados antes del estreno: el doblaje. Es cierto que la fijación de los fanáticos de Dragon Ball por el doblaje ha alcanzado un punto religioso. La voz de personalidades como Mario Castañeda, René García, Lalo Garza y Carlos Segundo comparten un vínculo prácticamente inquebrantable con sus personajes. Por esto, la ausencia de Luis Alfonso Mendoza (q.e.p.d.) pesa tanto, sobre todo cuando el protagonista es Gohan. Asimilar un cambio de la magnitud es complicado, pero como lo dije antes, no hay de que preocuparse.

Desde el primer momento que aparece Gohan en pantalla, se nota la experiencia de Luis Manuel Ávila al alcanzar un tono muy similar al original, pero al mismo tiempo dándole su propio estilo sin buscar imitar. Puedo asegurar que la transición al cambio es buena y supera con creces las altas expectativas en torno a su desempeño. Esto se nota especialmente con la fuerza de su voz en batalla y sobre todo en los gritos, los cuales nos dejaron preocupados al escucharlo por primera vez en el trailer.

Piccolo es el verdadero protagonista de esta película
Piccolo es el verdadero protagonista de esta película

Acercándose, el peligro viene ya

Ahora vamos con las quejas, que no son tan grandes pero se pueden magnificar dependiendo del grado de nostalgia en cada fanático de Dragon Ball. Lo primero es la parte visual, que tiene altas y bajas. El cambio a modelos 3D tiene un gran impacto que afecta principalmente en las batallas, porque hace ver a los personajes más rígidos y menos flexibles de lo normal. A pesar de esto, sus rostros son muy expresivos y hay momentos donde es sorprendente la calidad de efectos a tal grado de alcanzar un parecido con los trazos originales. El siguiente punto es la historia, que goza de resolver problemas sin tanta justificación. Sobre la marcha habrá momentos en donde se plantean problemas que son resueltos prácticamente de manera inmediata. Y aunque hay guiños al pasado, queda la sensación de creer que todo pasa por mera conveniencia y para mantener el ritmo de la película.

Y en cuanto al ritmo, debo decir que es un poco inconsistente. Al principio se nos presentan a los nuevos villanos, sus motivaciones y planes para tener la victoria. Este proceso se siente un poco largo pero es mal necesario para dar contexto más adelante. La narrativa mejora pero se le pone un freno con la intervención de 2 personajes. Este segmento da la impresión de estar ahí para llenar huecos que dejan ciertos personajes, aunque no aporten nada a la historia de la película. Lo mismo pasa con otros personajes clásicos, que da gusto tenerlos de vuelta aunque su participación sea limitada. Me hubiera gustado que se hubiera sacado más provecho al cambio de varios diseños y, tal vez, aprovechar el tiempo para desarrollar un poco a más a Gamma 1 y Gamma 2. Estos enemigos tienen su encanto y justifican el sub título Super Hero con su personalidad y efectos tipo viñeta al atacar.

"Dragon Ball Super: Super Hero le da su lugar a dos de los mejores personajes de Dragon Ball con la dosis de protagonismo que se merecen"

Dragon Ball Super: Super Hero es una película que busca darnos una alternativa a quienes hemos visto la misma fórmula repetirse por tantos años. Es una historia divertida que le da su lugar a dos de los mejores personajes de Dragon Ball con la dosis de protagonismo que se merecen. También es justo reconocer que la decisión de cambiar la estética de Dragon Ball fue algo riesgoso, y aunque es un cambio que llega pesar, también es fácil de asimilar mientras disfrutamos de la película. Dragon Ball Super: Super Hero no es la mejor película basada en el universo de Akira Toriyama pero es un buen intento por demostrarnos que la franquicia tiene mucho más que ofrecer que el legado de Goku. Sin duda, una gran recomendación para disfrutar en fin de semana.

Dragon Ball Super: Super Hero es traída por Crunchyroll y estará disponible en cines de Latinoamérica a partir del 18 de agosto en japonés y doblada al español.

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