Los mejores puzzles que no son Tetris

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Una de las mejores cosas de los videojuegos y de cómo han evolucionado con el paso de los años es la variedad que ofrecen. Hoy, hay una opción prácticamente para cualquiera y no sólo en términos de software, sino también gracias al inmenso mosaico de plataformas en las cuales se puede jugar. El gaming puede hacerse presente en cualquier momento y lugar, y por eso se ha convertido en un elemento indispensable cuando se analiza la cultura contemporánea.

Entre los géneros disponibles, uno que se ha ganado un lugar en el corazón tanto de entusiastas como de visitantes casuales del medio es el de los llamados puzzles o juegos de rompecabezas. Seguramente en este momento estás pensando en el título que se menciona en el encabezado de este artículo. No te culpo, ya que la creación de Alexey Pajitnov es, sin duda, el estandarte universal de este tipo de juegos. He decidido dejarlo fuera por esta ocasión, ya que considero que, siendo el gigante que es; ya se ha dicho todo lo que se puede decir de él. Sin embargo, conociéndome, no descarto la posibilidad de que en algún momento lo use para algo (*suspiro*).

Tal vez lo que más me atrae del género es que casi siempre se puede abordar sin prisas, analizando cada movimiento y planeando cuidadosamente cada estrategia. Siempre me ha parecido una especie de remanso, aunque existen algunos juegos que pueden sacarte de tus casillas, pero de alguna manera ayudan a alejarse un poco del estrés y la vertiginosidad de los títulos de aventuras, peleas u otros géneros. Hablemos, pues, de aquellos puzzles que me han impactado de alguna manera y que han absorbido una cantidad absurda de mi tiempo, alimentando mi obsesión por no dejar títere sin cabeza y mi firme determinación de que no existe desafío alguno que me pueda dejar en la lona.

Adventures of Lolo

En este caso seré breve, ya que hace un par de años dediqué sendos textos a las versiones americanas y a las orientales. Es una franquicia que me conquistó desde el primer contacto que tuve con ella. Como ya te he contado, no pude soltar la trilogía del NES hasta terminarla. Lo mismo sucedió con la entrega de Game Boy y recientemente me he dado a la tarea de terminar los representantes de Famicom, los cuales tienen una dificultad más elevada.

Es muy penoso que esta fabulosa saga se haya perdido en las arenas del tiempo, pero al menos seguimos teniendo la posibilidad de disfrutarla. Justo en estos días conseguí la tercera entrega de NES en cartucho, con lo que pude completar la trilogía. Era algo así como un crimen que no la tuviera, pero ya me encargué de ello.

Adventures of Lolo: un puzzle que quedó en el olvido
Eggerland: el Lolo de oriente

Braid

Seguramente en más de una ocasión has tenido el deseo de regresar el tiempo cuando estás jugando. Ya sea porque se te escapó algún objeto, caíste en algún abismo o simplemente porque te das cuenta de que pudiste haber hecho algo mejor. Esta maravillosa creación de Number One basa su premisa justamente en eso. Para resolver cada uno de los puzzles es necesario regresar el tiempo con el fin de probar distintas estrategias hasta encontrar la adecuada. Este concepto del manejo del tiempo está perfectamente representado en la portada del juego, en la que podemos ver un reloj de arena roto. Es simplemente una genialidad.

Más allá de la portada, el aspecto visual de Braid destaca por su colorida ambientación y jugabilidad fluida. La animación de los personajes y elementos del entorno está muy bien realizada. Me llamó la atención sobre todo la física del cabello de Tim, el protagonista del juego. Es un arte tan especial que se siente como si estuvieras navegando por una pintura. Cosas tan sencillas como la lluvia cayendo y golpeando contra el suelo aportan en gran medida a la inmersión del jugador.

El objetivo en cada nivel es recolectar una serie de piezas de rompecabezas que poco a poco van revelando detalles importantes de la historia. El nombre de cada escena te da una pista de lo que debes hacer, o bien, es un guiño a algún título clásico plataformero como Elevator Action o Donkey Kong (Jumpman). La dificultad de los retos va aumentando mientras avanzas, además de que las pequeñas piezas de historia que vas obteniendo despiertan tu curiosidad y simplemente no quieres soltar el control.

La escasez de música me da una sensación de que algo no está bien con Tim. Bueno, definitivamente al llegar al final del juego nos damos cuenta de que, efectivamente, algo no está bien con él, pero me refiero a que es inusual que un título en el que un héroe debe rescatar a una princesa tenga un tono tan sombrío. Insisto, el final lo explica, pero si juegas sin saber ese gran detalle, puede resultar un tanto extraño. No sé si a estas alturas hablar del final de Braid se considere spoiler, pero de cualquier manera te recomiendo que, si no lo conoces, le eches un vistazo.

The Bridge

Mi padre era un gran admirador de M. C. Escher, por lo que encontrar un juego inspirado en su trabajo fue muy gratificante. AI igual que Braid, tiene un tono muy oscuro con ilustraciones a lápiz que le dan una apariencia sencilla, pero que empata muy bien con el carácter depresivo y melancólico del personaje principal, quien inicia su travesía dormido bajo un árbol. Al más puro estilo de Isaac Newton, una manzana cae sobre su cabeza y se dirige a su casa, dentro de la cual un sistema de puertas conduce a una serie de niveles en los que el manejo de la perspectiva es la clave para llegar a la puerta de salida.

Otro punto concordante con Braid es la capacidad de regresar el tiempo. La verdad se agradece, ya que con esa opción abierta ya no es necesario reiniciar el nivel, sino sólo enmendar lo necesario sobre la marcha. Es muy interesante la manera en la que puedes rotar el escenario para alcanzar puntos del mapa aparentemente inaccesibles. El pensamiento lateral y el ángulo en el que ves cada uno de los espacios es fundamental para entender cómo funciona The Bridge y así superar cada uno de sus niveles. Es una propuesta altamente recomendable.

Monument Valley

Quedé muy impresionado cuando vi las primeras imágenes de esta joya artística por parte de Ustwo Games. Como en el caso de los 2 títulos anteriores, la perspectiva, profundidad y escala de cada escena es la columna vertebral de la experiencia. El arte de Escher también puede verse aquí y se utiliza de forma magistral para marcar el camino de la princesa Ida. Me intrigan mucho las frases que acompañan al título de cada capítulo, las cuales hablan de la búsqueda de perdón, encuentros inesperados y otros aspectos de la vida con los cuales podemos sentirnos identificados.

Por ahí leí que se trata de un juego que cualquiera puede terminar, lo cual me suena extraño porque, al menos en teoría, cualquiera puede acabar cualquier juego, pero entiendo a qué se refiere el comentario. Monument Valley está pensado para ser más una experiencia que una aventura, pero no deja de ser entretenido y desafiante. Es muy satisfactorio descubrir que al mover cierta estructura podemos tener acceso a zonas que, desde nuestra perspectiva inicial, parecen inalcanzables. Se podría decir que las andanzas de Ida reflejan de algún modo las situaciones a las que nos enfrentamos como seres humanos. En ocasiones nos aferramos a nuestros métodos aunque en el fondo de nuestro corazón sepamos que no son los mejores, nos negamos a buscar el cambio y, peor aún, a aplicarlo. Me parece que este humilde pero gran juego de móviles nos da una gran lección de restauración, reflexión y nuevos comienzos.

Con la excepción de Adventures of Lolo, los títulos que tocamos esta semana tienen un componente reflexivo y nostálgico muy marcado. Quedan algunos en el tintero como Echochrome, The Witness o Portal, que sin duda merece un texto aparte. Cada una de estas propuestas representa una forma distinta y muy atrevida de hacer juegos de puzzle. En otra ocasión hablaremos de más ejemplos. Por lo pronto, te pido que nos cuentes en los comentarios cuáles son tus puzzles favoritos y recuerda que nos vemos aquí cada semana para otro #ViernesRetro.