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Esta semana, dos noticias contrastantes nos dejan pensando en el estado de la industria. La primera se refiere al fin de la producción de Xbox One en todas sus versiones por parte de Microsoft: la compañía anunció que se concentrará en Xbox Series X y Series S de ahora en adelante. Por otra parte, tenemos la noticia opuesta en PlayStation: Bloomberg reporta que Sony ha instruido a sus socios ensambladores continuar con la producción de PlayStation 4, para aliviar la escasez de PlayStation 5 entre sus consumidores.
¿Qué pasa? Del lado de Xbox, Phil Spencer ha mencionado recientemente en una entrevista para el New York Times que la actual generación de consolas de la compañía, es decir, el Xbox Series X y el Xbox Series S, se están vendiendo más rápido que cualquier generación anterior de Xbox. Aunque Series X es difícil de encontrar, Series S es fácilmente encontrable.
Todo lo contrario ocurre con el PlayStation 5. La consola es difícil de conseguir, y está agotada. Como reporta Bloomberg, la compañía había planeado parar la producción de PS4, pero ahora ha pedido a sus ensambladores continuar la producción para aliviar la escasez de PS5, que se traduciría en menos ventas. Como menciona Bloomberg, esto es un trato entre Sony y las ensambladoras para asegurar la continuidad de los contratos y ganancias de ambos.
Entonces... ¿qué pasa? ¿Está Sony en crisis por producir una consola vieja y Microsoft en abundancia por concentrarse en sus consolas modernas? No exactamente. Remitiéndonos a la tabla de ventas, la situación no ha cambiado un ápice desde el inicio de la pandemia. Nintendo sigue fuerte en todos los mercados y es la consola más vendida del mundo mes con mes. PS5 cada vez vende mejor, aunque sigue sin llegar a sus números, pero si se le suman los del PS4 casi llega a las 400 mil unidades, nada mal. Finalmente, Xbox Series X y S están detrás de ambas, y las ventas de Xbox One son casi insignificantes.
Esto quiere decir que, en esencia, a Xbox ya no le conviene continuar la producción de sus viejas consolas, porque cerca de 6 mil unidades extra ya no justifican su manufactura. Sony todavía usa al PS4 como compensación por la escasez de chips, que ha provocado una escasez para todas las consolas current-gen. En especial, los números en Japón son fuertes para PS4, mientras que el PS5 tiene problemas en dicho país. Por tanto, tiene toda la lógica del mundo continuar ofreciendo dicha consola.
¿Qué pasará este año? Ya hay que admitirlo. Switch será el rey de esta generación. Es indiscutible. La pandemia no va a terminar pronto, y mientras la economía no regrese, es imposible que las consolas de Sony y Microsoft dominen el mercado. Esta es la realidad. Peor aún, el año viene fuerte para Nintendo, con Kirby and the Forgotten Land, Bayonetta 3 y Breath of the Wild 2 para culminar el ciclo de vida de la consola. Nintendo ha dominado: ahora, es tiempo de pensar en lo que sigue. Mientras, Microsoft y Sony deben consolidar sus cuotas de mercado, y repensar el concepto de consola high end para un futuro pandémico.
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