Hoy corresponde que sigamos bañándonos de nostalgia y recordando aquellos títulos que en gran medida dan sentido a lo que jugamos. Hoy nos estacionaremos en las instalaciones del Capcom de antaño para echarnos una pestañita y sumergirnos en un mundo al que sólo se puede acceder con los ojos cerrados.
Si alguien sabe hacer juegos de licencia, es Capcom. Durante la época del NES y el SNES nos deleitó con varias propuestas muy bien logradas. Vaya, incluso The Little Mermaid estaba divertido y tenía su chiste. Ya no hablar del gran Disney’s Aladdin para Super Nintendo o las 2 partes de Duck Tales y Chip & Dale. Se trata de un terreno en el que la compañía se ha desenvuelto muy bien, y el título que hoy nos ocupa no es la excepción.
Little Nemo: The Dream Master es la adaptación de una adaptación; es decir, el material original proviene de un cómic llamado Little Nemo in Slumberland escrito por Winsor McCay a principios del siglo XX. Posteriormente, Tokyo Movie Shinsha realizó un filme basado en el cómic (Little Nemo: Adventures in Slumberland - 1989), el cual sirvió de inspiración para el título de NES que apareció en nuestro territorio en septiembre de 1990. No se trata de cualquier película, ya que en su desarrollo tuvo entre sus filas a varias figuras del cine, como George Lucas o Hayao Miyazaki. Además, el guión fue escrito por Richard Outten y Chris Columbus, quien años más tarde dirigiría las primeras 2 cintas de la saga de Harry Potter y la por muchos repudiada Pixels en 2015.
El año es 1905; el lugar, Nueva York. Nemo duerme cuando recibe la visita de una comitiva transportada en un gran dirigible proveniente de Slumberland. Le hacen la invitación, a nombre del Rey de aquella tierra (Morpheus), para ser el compañero de juegos de la Princesa Camille. Después de pensarlo un poco, sobre todo porque él nunca ha jugado con niñas, Nemo acepta la invitación y así inicia su aventura. Nuestro pequeño héroe, estando en pijama y descalzo, debe navegar por 8 distintos sueños para cumplir con su misión.
¿Alguna vez has escuchado la frase “en el quinto sueño”? Aquí la vivirás de manera literal al ir avanzando por distintas zonas que brillan por su diseño y variedad de retos y mecánicas. El objetivo en cada caso es recolectar un cierto número de llaves para abrir las correspondientes cerraduras al final de cada nivel. Aquí me hubiera gustado que el juego no sólo te dijera cuántas llaves tienes, sino cuántas necesitas, ya que resulta muy decepcionante llegar a la meta y darte cuenta de que te has quedado corto. La característica principal del modo de juego radica en la interacción que Nemo tiene con algunos animales en los que se puede convertir o montar para alcanzar ciertos puntos importantes en cada nivel. Para que cada criatura se duerma y Nemo pueda controlarla, éste debe alimentarla con 3 dulces. Así, el protagonista adquiere las habilidades correspondientes, que van desde saltar a gran altura o trepar por las paredes hasta introducirse en la tierra para descubrir algunos secretos u objetos importantes. Me parece muy curioso que los animales se duerman mientras los usas, ya que es como soñar dentro del sueño.
Es aquí donde quiero hacer una pequeña pausa para hablar de la naturaleza onírica del juego. Es importante tenerla siempre presente, ya que de lo contrario muchas situaciones a lo largo de la travesía de Nemo pueden sentirse fuera de contexto. Desde el punto de vista técnico y práctico, Little Nemo: The Dream Master puede considerarse simplemente como un plataformero más, pero si se profundiza en su premisa, pueden encontrarse aspectos de la vida de Nemo que resultan muy interesantes. Dentro de la simpleza de la historia se puede apreciar la necesidad de aprobación por parte del protagonista. Sus sueños lo llevan a un mundo en el que él es una pieza clave para que todo salga bien, mientras que al mismo tiempo puede ser la causa de la perdición de Slumberland al no cumplir con su misión. Después del sueño 7, la princesa Camille le confiesa a Nemo que la verdadera razón de su invitación es que Morpheus ha sido secuestrado por el rey de Nightmare Land, por lo que le entrega un cetro que es la única arma con la que se puede destruir al villano. Todo está en manos de Nemo. ¿Qué pasó? Él sólo iba a jugar con la princesa y ahora resulta que sobre sus hombros está la responsabilidad de salvar a todo el reino de los sueños, de sus propios sueños. Aquí hay algo que me llama mucho la atención, porque casi al final de la odisea nos venimos enterando de que se llevaron a Nemo a Slumberland con engaños. Para mí no tiene sentido, ya que dudo mucho que, de haberle dicho la verdad desde el principio, él se hubiera negado a ir. Digo, es regla básica de los héroes que a donde te mandan, tú vas. Ahí queda para la anécdota.
En el juego esto no es tan evidente, pero en la película hay indicios que nos dicen por qué Nemo sueña lo que sueña. Sus padres no le hacen mucho caso y su mundo se reduce a la convivencia con su mascota, una ardilla voladora llamada Icarus. El niño crea todo un universo en su mente que nos hace pensar que incluso el comité enviado para hacerle la invitación de su vida fue producto de la ya mencionada necesidad no sólo de atención, sino de afecto. En esta historia él es sumamente importante, pero su preocupación por estar a la altura y complacer a quienes le piden ayuda le genera una profunda angustia. Aunque al final la resolución es feliz porque se trata de una historia para niños, hay algunas lecturas particularmente atractivas en medio. Insisto, todo esto es más claro en la película, la cual te recomiendo que veas. Te dejé el enlace más abajo.
Aterrizando una vez más en el aspecto práctico del título, Little Nemo: The Dream Master es un manjar. La buena movilidad del personaje y las distintas tareas que debes realizar en cada nivel le dan mucha frescura y te mantienen entretenido en cada momento. La dificultad también es alta en ciertos puntos, lo cual despierta mayor interés. Aunque a primera vista y con sus antecedentes pudiera verse como un simplón juego para niños, la realidad es que va mucho más allá y nos presenta una de las mejores aventuras que se pueden jugar en la legendaria consola de 8 bits de Nintendo. Algo de lo que adolece es de la presencia de jefes finales en las escenas, los cuales aparecen sólo en el último sueño y a los que debes vencer utilizando el famoso cetro encantado. Por cierto, a partir del punto en el que obtienes esta poderosa arma, la mecánica de juego cambia enfocándose mucho más en el combate que en la exploración. Tan es así que en este punto ya no necesitas recolectar llaves. Aunque se siente raro el cambio, yo lo veo como una recompensa después de haber salido avante de los 7 sueños previos.
A pesar de que me gusta mucho la interacción con los personajes de apoyo, mi sueño favorito es el 3: la casa de juguetes. Es el único de todo el juego en el que juegas sólo como Nemo, viajando en un tren de juguete y evitando todos los obstáculos, así como una serie de picos que se mueven a gran velocidad. No sé si lo metieron sólo para experimentar, para agregar variedad o como un respiro del uso de los animales, pero fue un gran acierto. Tal vez hubiera sido buena idea incluir un nivel más con esta dinámica. Por otro lado, el último sueño sin duda representa el desafío más importante del juego y de alguna manera se siente la necesidad de haber tenido más como eso en etapas previas de la aventura.
Uno de los aspectos que con más cariño recuerdo de Little Nemo: The Dream Master es la música. Cuando pienso en ella no puedo evitar repetir alguna tonada en mi mente. El trabajo de composición de Junko Tamiya (mencionado como Gonzou en el juego) fue impecable. Desde el principio hace que te sientas en un circo o feria en donde la realidad se distorsiona, llevándote a una especie de trance que encaja perfecto con la temática del título. Se trata de una obra conformada por 19 pistas, entre las cuales mis favoritas están la de la pantalla del título y la del sueño 2: Flower Garden. Te dejo el enlace del soundtrack para que le des una repasada.
¿Dónde puedo jugarlo actualmente?
- NES
Curiosidades
- No es de extrañar que el juego tenga una dirección de arte tan elaborada, ya que el cómic original también fue innovador en su momento, usando técnicas y dimensiones nunca antes vistas.
- Hay una versión arcade que se llama Nemo. Aquí no hay dulces ni animales, sino que la mecánica se resume en golpear con un báculo y lanzar objetos. Además Flip aparece como personaje complementario en el modo de 2 jugadores.
- Aunque entre los sueños 7 y 8 Camille le entrega el cetro a Nemo, éste lo lleva a la espalda desde el principio del juego.
Enlaces que pueden interesarte
- Partida completa
- Little Nemo: Adventures in Slumberland (película completa en inglés)
- Soundtrack completo
Los sueños representan lugares que ansiamos conocer o volver a visitar. También nos permiten hacer cosas que nunca nos hemos atrevido a hacer o decir e incluso ser personas que tal vez siempre hemos querido ser. ¿Te suena familiar? Los videojuegos también funcionan así en cierta medida. En el mundo de Nemo, a pesar de las dificultades, todo es posible porque las acciones se desarrollan a partir de su gran imaginación e inocencia. En el plano real es un niño común y corriente, pero en ese universo maravilloso creado en su mente es alguien con mucho más valor, alguien a quien todos recurren cuando necesitan ayuda, alguien que tiene la capacidad de salvar el día cada vez que sea necesario. En pocas palabras, es un héroe que cada vez que posa la cabeza en la almohada se dispone a vivir grandes aventuras en un tipo de Tierra de Nunca Jamás sin siquiera salir de la seguridad y cobijo de su habitación.
Little Nemo: The Dream Master es una verdadera joya del género de plataformas que a muchos nos encanta. Está muy bien dirigido y se disfruta mucho incluso después de 31 años de su salida. Es una lástima que sólo esté disponible en la plataforma que lo vio nacer. Espero que pronto Nintendo lo incluya en su lista de títulos online. Una buena noticia es que el cartucho no es muy caro, así que puedes hacerte de una copia con relativa facilidad. Recuerda que espero tus comentarios y me gustará mucho encontrarte de nuevo en nuestro próximo #ViernesRetro.
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