Te doy la bienvenida una vez más a estos viernes de nostalgia. Hoy ni las gallinas ponen, así que es momento de relajarse y platicar acerca de una trilogía que, aunque no es original del Nintendo Entertainment System, sí es una de las más relevantes de la consola.
Cuando los universos de las arcades y las consolas caseras se encontraron en el camino, pudimos disfrutar de verdaderas joyas. De algún modo, todos sabíamos que no se trataba de la misma experiencia, pero tener la oportunidad de jugar esos títulos en los que tantas monedas gastábamos, ahora en la comodidad de nuestra casa, tenía mucho valor. En la máquina de 8 bits de Nintendo se hicieron muchos de estos ports, entre los cuales destacan Contra (que es incluso mejor que la versión de arcade), Pac-Man, Gun Smoke o Rygar. Era un terreno muy fértil para este tipo de adaptaciones, a pesar de que las cualidades técnicas en ese momento no se equiparaban con las de las llamadas maquinitas. Este fenómeno siguió dándose en la generación posterior, antes de que las consolas caseras tomaran la delantera y condenaran al olvido a sus contrapartes tragamonedas, por lo menos de este lado del mundo.
Un antagonista inesperado
Double Dragon es una de las sagas más representativas del género beat ‘em up. Se trata de una especie de sucesor espiritual de Renegade, cuya premisa es muy similar y es conocido como el primer exponente de la serie Kunio de Technos. Los protagonistas en Double Dragon son los hermanos Lee, una clara alusión al maestro de las artes marciales. Los nombres que eligieron para ellos no podrían sonar más americanos: Billy y Jimmy. Además, la versión de NES dio un giro argumental drástico con respecto a su contraparte arcade, ya que en este caso el único héroe es Billy, quien busca rescatar a su novia secuestrada por una organización conocida como Black Warriors, cuyo líder es ni más ni menos que Jimmy Lee. Así como lo lees. Este cambio tan extraño se debió a que, por las limitantes técnicas de la época, no fue posible para los desarrolladores incluir el juego cooperativo para 2 jugadores, como en la versión de arcade, por lo que, en el caso del port de NES, la mecánica de multijugador se da por turnos y en ambos casos se usa a Billy. Dadas las circunstancias, creo que fue una buena decisión. Al menos, mucho mejor que dejar a uno de los hermanos fuera de la historia, lo cual le hubiera quitado la esencia completamente. En lugar de eso, pudimos tener una gran aventura con su buena dosis de dificultad y un inesperado final en el que debemos pelear con nuestro propio hermano.
Esta primera iteración de la serie en el NES tiene algunas características que no regresaron en entregas posteriores, como la posibilidad de subir de nivel para adquirir nuevas habilidades o la ligera pérdida de linealidad en una de las misiones. Específicamente me refiero a la escena 3, en donde Billy debe navegar por diferentes escenarios y entrar por ciertos pasadizos para encontrar la salida del nivel. En caso de no hacerlo, su destino es repetir sin fin la misma escena. Me recordó a lo que sucede en Super Mario Bros. con algunos castillos, en donde debes tomar la ruta correcta para evitar que el escenario entre en un bucle interminable.
Tiene ciertos glitches y la acción por momentos se siente un poco lenta, pero en general es un muy buen port y una digna entrada de los hermanos Lee a las filas de Nintendo. También cuenta con un modo de juego bastante extraño de peleas uno a uno en el que los personajes controlados por la consola siempre tienen gran ventaja. Son de esas cosas que uno ve y piensa: ¿por?
Una dulce venganza y otro giro de tuerca
Un año después de la primera parte, Acclaim Entertainment publicó Double Dragon II: The Revenge. Aunque la estructura difiere mucho de lo visto en las arcadias, se trata de un excelente port en el que se incluyó, ahora sí, el multiplayer cooperativo. Fue el primer juego de Double Dragon que jugué en mi vida y quedé impresionado por varias razones. La acción de golpear o patear depende de hacia dónde está viendo el personaje y del botón que se presione, la música de Kazunaka Yamane es de lo más memorable, jugarlo en la dificultad más alta permite ver el mejor de los finales y cuenta con cinemáticas al estilo Ninja Gaiden que relatan la historia y le dan mayor profundidad.
La venganza que buscan los hermanos Lee proviene de que los Shadow Warriors asesinaron a Marian, la novia de Billy. Extrañamente, la maldad de Jimmy que tanto nos sorprendió en la primera parte, aquí quedó completamente en el olvido. Una vez más se debió más a cuestiones técnicas que de guión, ya que en este caso sí se pudo explotar la mecánica de 2 jugadores. Sin embargo, no nos quedamos sin sorpresas, porque la leyenda dice que cuando dos dragones suben al cielo, desciende un ángel. Ese ángel es Marian, la novia resucitada de Billy.
Esta secuela introdujo nuevos movimientos como la patada helicóptero (Cyclone Spin Kick), el rodillazo fulminante (Flying Knee Kick) que manda a volar a todo aquel que lo recibe y el Hyper Uppercut. Por otro lado, se conservaron los copetes estilo Elvis Presley de los protagonistas. Me detengo un poco aquí porque quiero decirte que para mí esta segunda parte es la mejor. La primera vez que lo terminé me sentí como todo un héroe. La melodía que se escucha en el momento en el que están corriendo los créditos y Marian y Billy intercambian miradas para después unirse en un abrazo aún logra ponerme la piel de gallina en ocasiones. Me sentí muy feliz cuando me enteré de que Double Dragon II: The Revenge estaría incluido en el NES Classic Edition. Todo un deleite.
Las 3 piedras sagradas y nuevos personajes
En esta tercera parte ya no estamos hablando de un port, sino de un proyecto simultáneo con el de la versión arcade. En Double Dragon III: The Sacred Stones (o The Rosetta Stone, dependiendo de la región), Bimmy, perdón, Billy y Jimmy una vez más deben rescatar a Marion (sí, ahora es Marion) cuando ésta es secuestrada por un grupo que anda en busca de las 3 piedras sagradas de poder. La misión de los hermanos es recuperar las mencionadas piedras antes de que los secuestradores lo hagan, todo esto siguiendo el consejo de Hiruko, una adivina cuyas intenciones ocultas son reveladas casi al final de la historia. Aparecen también un par de personajes que expanden el universo de Double Dragon y le inyectan a la experiencia algunas nuevas e interesantes mecánicas de juego. El primero es Chin Seimei, el jefe de la misión 2 y Yagyu Ranzou, un ninja que aparece al final de la misión 3. Como sucede en Castlevania III: Dracula’s Curse, estos 2 personajes se unen a tu grupo una vez que los derrotas.
Tener nuevos personajes trajo nuevos movimientos, incluso para los hermanos Lee. Ahora pueden saltar y sujetar a los enemigos de la cabeza para después lanzarlos con gran fuerza, saltar hacia una pared para impulsarse y lanzar una patada voladora o hacer equipo para ejecutar una patada de helicóptero mucho más potente que la que pudimos ver en la entrega anterior. Por otro lado, existen armas adicionales, como una garra metálica para Chin o chacos para los Lee. Ranzou tiene una espada propia, aunque también puede lanzar shurikens. La permanencia en el juego no se basa en el número de vidas, sino en cada uno de los personajes; es decir, presionando SELECT puedes cambiar entre ellos, pero si uno pierde toda la energía, ya no podrás utilizarlo, por lo menos en ese turno.
Ahora las misiones se desarrollan en distintas partes del mundo en la búsqueda de las 3 piedras: China, Japón e Italia. El desenlace se da en Egipto, en donde se descubre que la villana era en realidad Marion poseída por un espíritu maligno. Finalmente nos llevan al lugar común en el que se presenta un breve epílogo de cada personaje, incluyendo a Hiruko y las terribles consecuencias de sus actos a lo largo del juego. La historia no ofrece nada nuevo y tiene varios clichés, pero por lo menos es un poco más elaborada que la de las 2 partes anteriores. Fieles a su costumbre, los de Technos incluyeron algunos giros en su narrativa, pero lo más innovador de Double Dragon III: The Sacred Stones radica en los nuevos personajes y movimientos. A diferencia de lo que vemos en la trilogía de Donkey Kong Country para Super Nintendo, en Double Dragon no cometieron el error de borrar del mapa a algún protagonista, sino que idearon maneras de darle la vuelta a la tortilla y proporcionar una experiencia distinta en cada una de las 3 entregas.
Desgraciadamente, esta tercera parte no tuvo el mismo éxito comercial que sus antecesores. Reportes de Acclaim Entertainment indican que alrededor de medio millón de copias se quedaron en los estantes. Es una verdadera pena, porque Double Dragon III: The Sacred Stones es una aventura que bien merece que le dediques unas cuantas horas y aprecies el trabajo que tiene detrás. Tal vez su caída se debió precisamente a los aspectos que yo señalo como virtudes y puede ser que el pensamiento colectivo haya sido: con los hermanos Lee teníamos suficiente.
¿Dónde puedo jugarlos actualmente?
- Cartuchos de NES
- NES Classic Edition (Parte 2)
- Nintendo Switch Online (Partes 1 y 2)
- Nintendo Switch ($67.80 MXN cada uno) (oferta)
- WiiU ($61.99 MXN cada uno)
- Nintendo 3DS ($61.99 MXN partes 1 y 2)
Con Double Dragon una vez más queda claro que el NES fue una plataforma que, si bien no tenía las capacidades técnicas de una máquina arcade, sí permitió desarrollar varios ports que con el tiempo se convirtieron en clásicos, algunos de ellos tan bien hechos que incluso pueden igualar o mejorar la experiencia original. Espero que hayas disfrutado este texto y que me compartas en los comentarios tus impresiones acerca de esta trilogía de 8 bits. Sí, lo sé, ya existe Double Dragon IV, pero esa es otra historia. Nos leemos en el próximo #ViernesRetro.
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